Cataluña
Primeras quejas de docentes por presiones para que obliguen a los alumnos a hablar en catalán
La plataforma Docentes Libres advierte que estarán «atentos» por si se vulneran derechos de profesores y alumnos
Ya van llegando las primeras quejas de profesores que denuncian que están recibiendo presiones no sólo para que ellos utilicen exclusivamente el catalán en la escuela, sino también para que les den «toques de atención» a aquellos estudiantes que hablan en castellano, y no sólo en las aulas, sino también fuera, en «el pasillo». Así lo ha explicado a El Debate Carlos Silva, uno de los portavoces de la plataforma Docentes Libres, quien también ha dejado claro que estarán muy atentos por si se producen situaciones en las que se vulneren derechos de docentes, pero también de alumnos.
Silva explica que estarán alerta para ver en qué se traduce todo esto, porque ha recordado que, siguiendo las instrucciones del Departamento de Educación, en cada centro se tiene que constituir un grupo formado por tres miembros del equipo directivo, una especie de comisariado lingüístico, que tiene que controlar en qué lengua se dan las clases, en qué idioma hablan los alumnos entre sí, pero también los alumnos con el profesor.
Y se tendrá que ver, añadía, si la información que recopilen estos coordinadores lingüísticos se traduce en medidas disciplinarias o en cualquier otra medida de tipo administrativo. El objetivo, dice, es que no se vulneren derechos de profesores y de alumnos, porque lo que se está fomentando es la «delación, la vigilancia». Una situación que considera que irá a más, y también, en consecuencia, aumentará la presión y las quejas de profesores. «Dependerá del contexto de los centros educativos y también de la zona de Cataluña en la que se encuentren».
La presión se produce a muchos niveles, cuenta este profesor, y puede ser directa o indirecta, al menos en los casos que están conociendo. Es decir, que venga de los propios docentes, pero también de los alumnos, lo que es «un aumento de tensión añadida a la vida de los profesores». De hecho, Silva ha explicado que ya les ha llegado un caso de alumnos que «le han dicho al profesor que tenía que dar la clase en catalán, y al preguntarle éste por qué decían eso, el niño respondía: la profesora de catalán nos ha dicho que teníamos que recordárselo». Es un tema muy complejo, apuntaba, porque en este caso se están utilizando a los alumnos «como mensajeros».
Alumnos como mensajeros, pero también profesores como vigilantes de sus compañeros. Una situación que fomenta el propio Departamento de Educación con esa decisión de impulsar los comisarios lingüísticos en las escuelas, y que ha provocado ya que algún docente «se haya puesto una medalla por ignorar a un alumno». Silva se refería al caso de Marc Velasco, que se presenta como un profesor de Ripoll y que en redes sociales presumió precisamente de ignorar a un estudiante por hablarle en castellano: «Ayer, en el pasillo, un alumno me dijo alguna cosa en castellano y yo le ignoré. El de al lado enseguida le dijo '¿que no ves que no te entiende, que sólo habla catalán?'. Hacer teatro se me da muy bien, pero no sirve de nada si sólo actúo yo», aseguraba este profesor.
Para Silva esta situación es de una gravedad especial, hasta el punto de que debería intervenir la inspección. Pero considera que es fruto del «sentimiento de impunidad» con el que actúa «este supuesto docente». Y, de hecho, añadía Carlos Silva, es la administración catalana «la que insta a que actuemos como ese profesor» y que «hagamos como vigilantes, para saber el idioma que hablan nuestros hijos, no sólo dentro del aula, sino también en su vida privada».
Para este miembro de Docentes Libres, sin embargo, la táctica que está llevando a cabo la Generalitat para fomentar el uso del catalán es errónea, porque los estudiantes la acaban viendo como «una lengua de imposición permanente. Es normal que la acaben identificando con el poder. Y si se convierte en una persecución, acabas rebelándote y optas por no hablarla».
Y, mientras tanto, le siguen llegando más varapalos judiciales al consejero de Educación, Josep González Cambray, quien aseguraba que, en este curso, en ningún centro, y en ningún aula, se iba a dar un 25 % de castellano. Pues de momento, el instituto Salvador Dalí de El Prat ha rectificado y a pesar de que retiró esta medida cautelar, ahora ha informado a los padres que consiguieron este derecho en los tribunales que van a dar en castellano matemáticas y educación física, además de la asignatura de español, propiamente.
Y también se ha conocido otro auto del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña que ha ordenado a la Escuela Bogatell de Barcelona que cambie su proyecto lingüístico para que contemple el castellano como lengua vehicular.