Cataluña
Junts insiste en la cuestión de confianza a Aragonès, mientras que el PSC sigue tendiendo la mano a ERC y pide que no haya vetos
La negociación de los presupuestos de la Generalitat para 2023 se pueden convertir en la piedra de toque para comprobar si hay elecciones pronto en Cataluña
Junts per Catalunya tiene intención de hacer una oposición dura al gobierno de Pere Aragonès. Así lo ha dejado claro su presidenta, Laura Borràs, nada más conocerse la composición del nuevo ejecutivo, que según ella, «no tiene legitimidad política ni democrática». Y retaba a los republicanos: «le esperamos en el Parlament o en las urnas». Es decir, Junts quiere que Aragonès se someta a una cuestión de confianza en la cámara catalana o que convoque elecciones. Mientras tanto, desde el PSC siguen tendiendo la mano a los republicanos, especialmente con la vista puesta en los próximos presupuestos de la Generalitat. Advierten que sería una «irresponsabilidad» prorrogar las cuentas actuales. A todo ello, los nuevos consejeros, con excargos de PSC, Podemos y Convergència incluidos, tomarán mañana posesión de sus cargos.
En Junts lo repiten una y otra vez, ya sea su presidenta, Laura Borràs o su secretario general, Jordi Turull: Aragonès se tiene que someter a una cuestión de confianza «porque no tiene la legitimidad democrática que le ha permitido estar donde está». Borràs, en declaraciones a RAC1 censuraba a Pere Aragonès que no hubiera sido capaz de «retener la mayoría», lo que es «un fracaso de la política». También dice sentirse algo ofendida porque el presidente de la Generalitat se refiera al nuevo ejecutivo como «el Govern para Cataluña entera». Para la presidenta de Junts, quizás este era el gobierno que quería Aragonès des de la noche electoral del 14-F, y para llegar a él, apuntaba, «hizo un acuerdo que ahora ha traicionado».
Y en medio de esta batalla política están los presupuestos de la Generalitat para 2023 que estaba preparando el ya exconsejero de Economía, Jaume Giró. ERC confía en que sus antiguos socios avalen las cuentas, aunque Borràs ha lanzado pelotas fuera, dice que no quiere avanzar escenarios, entre otras cosas porque desconocen si las cuentas que se presentarán son las que estaba preparando Giró. Y los republicanos confían, que, al menos en esta cuestión, Junts no haga una oposición «destructiva» y ayuden a aprobarlos. La portavoz de ERC, Marta Vilalta, decía que «no pueden pasar del blanco al negro en una semana», y lo que «era bueno hace una semana sea malo ahora simplemente porque han salido del Govern». De hecho, recordaba a los junteros que habían sido «cómplices» del trabajo realizado por el ejecutivo de Aragonès.
Mientras tanto, el PSC sigue tendiendo la mano al gobierno de Aragonès y advierten que sería una «irresponsabilidad» prorrogar los presupuestos. Todo ello, después de que el líder de ERC, Oriol Junqueras, descartara nuevos pactos con los socialistas «porque es evidente que no están comprometidos con el fin de la represión». Algo que, para la portavoz del PSC, Elia Tortolero, poner líneas rojas, sería un «error». Por este motivo esperan una reflexión de ERC, para evitar que se puedan perder hasta 3.000 millones de euros extras para Cataluña.
Eso, además de recordar a Pere Aragonès que tiene «un gobierno más débil que hace una semana». Por eso le ha instado a detallar «qué, cómo y con quién piensa gobernar» si sólo cuenta con el apoyo de sus 33 diputados, los mismos que tiene el PSC. Aún así, los socialistas dejan claro que Cataluña no necesita elecciones, sino estabilidad, y por este motivo piden al presidente de la Generalitat que no actúe «con la calculadora electoral en la mano».
Menos ambiguos son los comunes. Su portavoz, Joan Mena, ha pedido a Aragonès que abra una ronda de reuniones para formar una mayoría parlamentaria y progresista, algo que debería hacer el presidente de la Generalitat «por voluntad propia», según Mena. Aún así, y vista la postura de unos y de otros, los comunes no descartan que se pueden celebrar elecciones a corto plazo.