Independentismo
Una comisión europea investigará en Madrid uso de Pegasus, pero no las relaciones del Govern con el Kremlin
Una eurodiputada independentista enjuiciará la labor de los servicios de seguridad del Estado
Una comisión del Parlamento Europeo –presidida por el europarlamentario neerlandés Jeroen Lenaers y de la que forman parte, entre otros, la eurodiputada de ERC Diana Riba, quien además es esposa de Raül Romeva, condenado por sedición y malversación en el procés– aterriza el lunes en Madrid. Su objetivo es investigar el presunto uso por parte del Estado del programa Pegasus, empleado para investigar a líderes políticos independentistas.
Además, la comisión está compuesta por otros dos diputados españoles, el popular Juan Ignacio Zoido, y Jorge Buxadé, de Vox. El resto de los grupos políticos europeos, incluido el del PSOE, han optado por designar a diputados procedentes de otros países. En el caso socialista la decisión de no incluir a ningún español en la expedición es para no incomodar a su propio Gobierno, y conseguir así no enfrentarse a los socios independentistas del mismo.
Moscú y la Generalitat
La comisión para investigar el uso de Pegasus coincide con las pesquisas que está llevando a cabo una comisión del mismo Parlamento Europeo sobre las conexiones del separatismo catalán con Moscú. Un informe de la Eurocámara de marzo de 2022 ponía como ejemplo de las campañas de desinformación e injerencia extranjera en la Unión Europea la relación entre el Kremlin y el independentismo catalán.
El Gobierno español ha prometido todas las facilidades para la comisión, que ya tiene cerradas reuniones en el Congreso de los Diputados y con el Defensor del Pueblo mientras espera concretar encuentros con el propio Pedro Sánchez, la directora del CNI y otros altos cargos. El encaje de estas reuniones se ha complicado por la coincidencia con la moción de censura y la festividad del lunes en Madrid.
Aragonès, contra el Gobierno
La parte de la agenda que si está cerrada y sobredimensionada es la de los encuentros de la comisión de miembros del Parlamento Europeo con los lideres independentistas. El presidente de la Generalitat de Cataluña, Pere Aragonès, poco propenso a pisar la capital, ya ha anunciado su desplazamiento para mantener un encuentro con los comisionados. Lo mismo hará la presidenta del Parlamento Catalán, la también republicana, Alba Vergés; así como una representación de la mesa del Parlamento Autonómico catalán, de mayoría independentista.
El asunto Pegasus explotó en España y se saldó con el cese de la directora del CNI, Paz Esteban, tras la publicación de un reportaje en la revista The New Yorker. La pieza periodística se basaba en un informe de Citizen Lab, un organismo vinculado a la universidad de Toronto que tras un estudio -ahora cuestionado- concluyó que más de 60 líderes políticos independentistas habían sufrido infiltraciones en sus comunicaciones a cargo de los servicios del Estado mediante el programa Pegasus; un software al que, según sus comercializadores, solo pueden acceder los Estados.
El Gobierno reaccionó con un «y tu más» y, en lugar de defender a los servicios de seguridad del Estado anunció que el teléfono del presidente del Gobierno, así como el de la vicepresidenta económica, Nadia Calviño, también habían sido infectados por Pegasus por autores desconocidos. El Ejecutivo central dio por bueno el relato de guerra sucia de sus socios independentistas con el objetivo de no alterar los acuerdos de estabilidad parlamentaria y procedió a atender la exigencia de ERC depurando la cúpula del CNI. Todo ello tras convocar la Comisión de Secretos Oficiales en la que miembros de ERC y Bildu pudieron acceder a información sensible de seguridad nacional.
Días antes del aterrizaje en Madrid de esta comisión europarlamentaria, José Javier Olivas, miembro departamento de ciencias políticas de la UNED y del LSE Ideas -el think tank de la London School of Economics- presentó en Bruselas, amparado por el eurodiputado liberal, Jordi Cañas (Cs), un informe que desmonta la teoría de la conspiración urdida por el independentismo catalán y difundida por la revista norteamericana.
En su informe, presentado en la sede del propio Parlamento Europeo, Olivas recuerda que la publicación de The New Yorker se produce como replica a la publicada meses antes en portada de The New York Times. En el diario norteamericano se relacionaba a Rusia con Tsunami Democràtic, el movimiento que mediante la red social Telegram convocaba a los militantes independentistas a cortar carreteras y calles. Tras la publicación del rotativo neoyorquino en septiembre de 2021 otros medios de referencia internacional, como los británicos The Guardian y Times, o la edición europea de Político, publicaron más revelaciones sobre las relaciones entre el independentismo catalán y el Kremlin.
Emisarios del Kremlin reunidos con Puigdemont
El informe de Juan José Olivas relaciona las visitas de emisarios rusos a Cataluña en 2017 y sus reuniones con el entonces presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, en la sede de la propia Generalitat, situada en la Plaza de Sant Jaume de Barcelona. Dichas reuniones han sido confirmadas por asistentes a las mismas, como la exconsejera de la Generalitat de Junts per Catalunya, Elsa Artadi. Poco tiempo después de reconocer su participación en estos encuentros Artadi dimitió como líder de Junts en el Ayuntamiento de Barcelona.
Asimismo, el medio de comunicación Sputnik, pilotado directamente desde el Kremlin, publicó entre el 11 y el 27 de septiembre de 2017 un total de 220 artículos sobre Cataluña. Pero Sputnik no trabajaba solo sino que parece que formaba parte de una estrategia urdida desde Moscú para desestabilizar a un país de la Unión Europea como España, dado que los mismos días el Komsomolskaya Pravda, medio de referencia del Kremlin, pidió mediante editorial la mediación internacional para resolver «el conflicto catalán». Además, Vladimir Zironovsky, político aliado de Putin, organizó una manifestación en la Plaza Roja de apoyo al independentismo catalán.
Los contactos entre Moscú y el independentismo pasaron de mediáticos a directos cuando, Josep Lluís Alay, mano derecha de Puigdemont, realizó varias visitas a Moscú acompañado de Víctor Tarradellas, ex responsable de relaciones internacionales de CDC, el partido de Jordi Pujol y Artur Mas. Sus visitas y los contactos que en ellas tenía las compartía a posteriori con Puigdemont por WhatsApp.
La conexión con Snowden
El entorno de Puigdemont celebró diversas reuniones con Edward Snowden, disidente norteamericano nacionalizado ruso. Hay indicios de que dichas reuniones fueron impulsadas por Evgeny Primakov, exministro de exteriores ruso. Las relaciones de Moscú con Alay y Puigdemont suben de nivel cuando se celebran encuentros de estos con magnates rusos promotores del uso de criptomonedas. Dichas reuniones, como informó en su día El Debate, se celebraron en Suiza y tuvieron como resultado que el Gobierno catalán pusiera en marcha un programa de «república digital» basado en la aplicación de la tecnología ‘blockchain’ y la creación de tres criptomonedas: Croat, Catalan Coin y Meal Token.
Tsunami Democràtic, entre el 14 y el 20 de octubre de 2019, tras la sentencia condenatoria a los lideres del ‘procés’ provocó 500 actos violentos en Cataluña, con lo cual la colaboración rusa fue muy eficaz para los intereses agitadores del independentismo.
Pero no era la primera vez que Moscú intervenía en favor del independentismo. La colaboración entre Moscú y los jerarcas independentistas fue muy intensa en el momento álgido del 'procés'. En septiembre de 2017, cuando los tribunales ordenaron cerrar las webs de la Generalitat informativas del referéndum ilegal del 1 de octubre, desde Moscú se clonaban dichas webs para que aparecieran alojadas en servidores extranjeros.
El informe de Olivas concluye que estamos ante una campaña de desinformación a gran escala en la que se instrumentalizaron medios de comunicación e instituciones regionales, nacionales e internacionales. Pero hay una pregunta a la que el informe no responde: ¿por qué el Gobierno español da amparo a esta campaña de desprestigio contra él mismo y contra España?
El objetivo del informe de Citizen Lab es que los agitadores, que alteran la convivencia democrática en Cataluña, pasen de alborotadores a víctimas, pero ante todo busca que se tape la conexión rusa con el independentismo catalán.