El teléfono móvil se ha convertido en una adicción para algunos

El teléfono móvil se ha convertido en una adicción para algunos

Cataluña

Presión máxima sobre los profesores en Cataluña: la Generalitat controla hasta en qué idioma usan el móvil

Se están pasando encuestas entre los docentes para conocer sus usos lingüísticos, como ya se ha hecho también con estudiantes

La Generalitat tiene intención de que se doble el uso del catalán en los centros educativos y que se pase del 40 al 80 %. Es lo que dejó claro hace unos días el consejero de Educación, Josep González-Cambray. Y pretende implicar a alumnos, familias y profesores, para que se hable catalán en todos los ámbitos, más allá incluso de las aulas. Algunos centros educativos que ya se han adherido a este plan del Govern han repartido encuestas entre los alumnos, como ya avanzó El Debate, pero también entre los profesores para conocer sus usos lingüísticos.

Hemos tenido acceso a una de estas encuestas, la que se repartió en el instituto Frederic Mompou de Sant Vicenç dels Horts (Barcelona) entre los docentes. En la carta de presentación se dice que la encuesta es anónima, aunque más adelante se pregunta por la edad del profesor y a qué ámbito pertenece la materia o materias que imparte sus clases. También se explica que, para completar el proyecto lingüístico, los centros deben tener en cuenta «el contexto sociolingüístico suyo y de su entorno, el bagaje lingüístico del alumnado y las necesidades individuales, los resultados de las evaluaciones internas y externas y la competencia lingüística del profesorado». Eso sí, se quiere dejar claro que la finalidad «no es fiscalizar una conducta personal o individual, sino conocer las costumbres y usos lingüísticos de nuestra comunidad educativa como colectividad y de forma globalizada».

Familia, amistades o supermercado

En relación a los usos lingüísticos, se pregunta al profesor, por ejemplo «en el conjunto de un día cualquiera me comunica en catalán» o «¿en qué medida me comunico en castellano o en otras lenguas que no son el catalán?». También se pregunta en qué idioma se relaciona el docente con la familia, con las amistades, en establecimientos comerciales o incluso con las administraciones (ayuntamiento, policía local, Guardia Civil, o juzgados, se precisa). Es más, en este ámbito se llega a preguntar hasta en qué idioma está configurado el teléfono móvil o las aplicaciones que se descargan los profesores.

La encuesta también tiene interés en conocer en qué idioma se relacionan los compañeros y se pregunta qué idioma utilizan en las reuniones, en «las conversiones informales», y se precisa que se trata de la hora del recreo, en los pasillos o «mientras almorzamos». También se quiere saber en qué idioma se dirigen los alumnos al profesor tanto dentro del aula como fuera o qué lengua usa en las tutorías con las familias.

«Preguntas demenciales»

Para Carlos Silva, presidente de Docentes Libres, estas encuestas se envían a indicación del departamento de Educación, que, como decíamos, está llevando a cabo un plan para impulsar en uso del catalán en los centros educativos. Y para ello se ha reclutado a profesores, para que actúen como una especie de comisarios y averigüen «cuales son los usos lingüísticos en el centro y luego promover que sólo se hable el catalán en todos los ámbitos».

Silva dice que estas encuestas se han pasado en varios centros, aunque no puede asegurar si en todas están las mismas preguntas, pero lo que se quiere saber, apunta, son «cosas demenciales, no solo si se habla catalán en el aula cuando se da clase, o entre los compañeros; te preguntan si hablas catalán durante la hora del almuerzo. vamos, la media hora libre que tienes para tomar un café con los compañeros fuera del centro estás hablando en catalán». El presidente de Docentes Libres considera que el intentar controlar hasta la vida privada, más allá del ámbito laboral «en qué lengua estás hablando, tiene unos tintes absolutamente totalitarios, absolutamente dictatoriales y absolutamente liberticidas. Es una vigilancia absoluta», sentencia.

Para Carlos Silva, todo esto tiene un objetivo, y no es el de promocionar el uso del catalán y que la sociedad catalana sea bilingüe, sino que «ellos buscan la adhesión, la sumisión y el silencio de la gente». Y también que haya «una especie de comunión con la lengua catalana». se trata, añade, de «poner la lengua al servicio de una ideología, del nacionalismo».

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