Erra, la nueva presidenta del Parlament que combate el español en aras de «la moral y las buenas costumbres»

Anna Erra, vicepresidenta de Junts es la nueva presidenta del Parlament. así lo ha decidido el pleno en una sesión extraordinaria que se ha celebrado este viernes, en una votación secreta. La también alcaldesa en funciones de Vic ha recibido los votos favorables de su partido, de Junts, pero también de ERC. Erra sustituye en el cargo a Borràs, que recordemos, después de que el TSJC condenara a Borràs a 4,5 años de prisión y a 13 de inhabilitación por haber fraccionado contratos cuando dirigía la Institució de les Lletres Catalanes.

La nueva presidenta del Parlament ha dejado claro que va a defender «la soberanía del Parlament por encima de todo», en referencia a las injerencias judiciales que ha sufrido, a su juicio, la cámara catalana. Así lo ha dicho después de tomar posesión de su cargo, en un discurso en el que también ha advertido que «mi presidencia parte de una anomalía democrática que entre todos nos tenemos que conjurar a revertir».

Y también ha aprovechado para invitar al resto de grupos a reformar «normas que están vigentes y que se contradicen» con los dictámenes de la ONU, al avalar suspensiones sin condena firme, en alusión al artículo 35.4 del Reglamento del Parlament por el que la expresidenta Laura Borràs fue suspendida.

Pero ¿quién es Anna Erra? Su nombre ya sonaba en las últimas semanas como sustituta de Borràs, y contaba con el apoyo del sector más institucional de Junts, el sector que aglutina Jordi Turull. Además, en el congreso que celebró el partido el año pasado, después del propio Turull, fue la dirigente que más apoyo recibió.

Las polémicas de Anna Erra

Así, por ejemplo, llegó a negar el año pasado hasta en tres ocasiones que se pudieran instalar carpas a favor del bilingüismo en su municipio. La Asamblea por una

Escuela Bilingüe, el Partido Popular y Ciudadanos así lo pidieron. Y todas las peticiones fueron rechazadas. Pero no sólo fue polémica la decisión en sí, sino los argumentos que dio el ayuntamiento: esta acción era contraria «a la moral, a las buenas costumbres ciudadanas y al orden público».

En otra ocasión, en 2020, en un pleno en el Parlament, pidió que se siguiera hablando catalán a los que por su «aspecto físico o por su nombre» no parecieran «catalanes autóctonos».

Una alcaldesa que también fue citada a declarar porque, en pleno auge del proceso independentista, desde la megafonía de la Plaza Mayor se difundían consignas cada día a los ciudadanos para «no desviarse del objetivo», en alusión a la independencia de Cataluña. Mensaje que también decía que había que recordar que «hay presos políticos y exiliados». También en la Plaza Mayor de la ciudad colectivos independentistas clavaron 2.500 cruces amarillas. Eso fue en 2018