Manifestación de Plataforma per la Llengua en la que reclama que la educación sea en catalán.

Manifestación de Plataforma per la Llengua en la que reclama que la educación sea en catalánPPLL

Cataluña

Señalar tiene premio: Plataforma per la Llengua ha recibido desde 2018 más de tres millones de euros en subvenciones

Vox ha presentado una propuesta de resolución en el Parlament para acabar con estas subvenciones

Plataforma per la Llengua, que se autodenomina como la ONG del catalán, ha recibido desde 2018 más de tres millones de euros en subvenciones públicas. Concretamente, 29 subvenciones que ascienden a los 3.321.191,53 euros. Más de la mitad se trata de subvenciones directas, «a dedo». Así lo denuncia el grupo parlamentario de Vox, que ha registrado una propuesta de resolución en la que se exige que se ponga fin al reguero de dinero público que recibe Plataforma.

De hecho, la formación recuerda que la entidad se dedica a promover actos de acoso lingüístico y ha «convertido la lengua catalana en una herramienta de confrontación del castellano». Desde Vox también apuntan a que «los poderes públicos deben proteger y fomentar aquello que une y cohesiona a la sociedad. Cataluña es una región bilingüe en la que conviven el español y el catalán, pero, sin embargo, los sucesivos gobiernos de la Generalitat de Cataluña en manos de partidos separatistas han realizado una campaña permanente de desnaturalización del hecho lingüístico bilingüe de Cataluña».

De hecho, según Vox el objetivo principal es «excluir el español del ámbito público y doméstico e imponer el monolingüismo en catalán» y señala que existe una «política de imposición lingüística con entidades como Plataforma per la Llengua que mediante campañas de presión trata de imponer la preeminencia del catalán por encima del español».

Conversación con un médico sin consentimiento

Y en este punto juega un papel importante Plataforma per la Llengua, que el pasado 27 de diciembre publicó un post en la red social X, en el que denunciaba a un médico de un Centro de Atención Primaria, del CAP Larrad de Barcelona, que se negaba a atender a los pacientes en catalán. En el mensaje se incluyó una grabación de la conversación entre el médico y el paciente, que se publicó sin el consentimiento ni el conocimiento del facultativo. Para Vox, el objetivo de esta iniciativa de Plataforma es claro: «ocasionar consecuencias laborales negativas» para el médico. De ahí que haya presentado esa propuesta de resolución en la que denuncia estos métodos de acoso lingüístico.

En el audio se puede escuchar la conversación que mantienen médico y paciente, que, por cierto, por su acento, se deduce que no es catalanohablante. El facultativo le explica que no va a hablar en catalán, pero que lo entiende perfectamente, por lo que en ningún momento insta al paciente a que también se dirija a él en castellano. Sin embargo, este le hace varios comentarios al médico del tipo: «un poco de poder aprender el catalán te iría bien» o «yo no entiendo bien el castellano», y dice no entender por qué no habla catalán, «si vives aquí, comes aquí y trabajas aquí». En cualquier caso, el paciente se niega a tener otra cita con este médico y sí con otro doctor porque «habla perfectamente el catalán».

El facultativo defiende su derecho a hablar en el idioma que considere oportuno, porque en Cataluña hay bilingüismo y el castellano y el catalán son lenguas oficiales. «Se llama libertad», asegura, aunque no convence al paciente, que le insiste en que «estás aquí al servicio de la gente».

Desde Plataforma per la Llengua consideran que la actitud del médico «atenta contra el derecho de los usuarios a recibir la atención en catalán». Y apunta a que el profesional «incumple la normativa autonómica y estatal, que obliga a los trabajadores públicos a atender en catalán a los usuarios que se expresen en este idioma». La entidad cree que el médico está «en una posición de autoridad ante el usuario, que se encuentra en una situación vulnerable». Considera que la actitud del paciente es «vital» para que no imponga la opción lingüística del médico, pero también avisa al Govern de que tiene que «actuar» para garantizar los derechos de los pacientes.

Espiar a niños en el patio

Lo cierto es que no es la primera vez que Plataforma per la Llengua está en el ojo del huracán por sus campañas de acoso y señalamiento. Recordemos que llegó a espiar a los alumnos en diferentes colegios mientras disfrutan de la hora del patio para, así, conocer quién habla en catalán, quién en castellano y en qué porcentaje lo hacen en cada idioma. Así lo hizo en una escuela de Valls (Tarragona). Después de numerosas horas de seguimiento a los menores, concluyeron que el 59 % de los alumnos se comunicaba entre ellos en español, por un 39,4 % que lo hacía en catalán, algo «aterrador», en palabras de Plataforma.

También desde la entidad, con la connivencia del Govern, se ha impulsado campañas para señalar y denunciar a los profesores que no utilicen el catalán en sus clases. Se han llegado a poner en marcha en algunas universidades buzones de denuncia con esta finalidad. Pero desde las redes sociales, también se ha llegado a señalar a trabajadores. Así, por ejemplo, cuando dos mujeres increparon a la trabajadora de una panadería de la Avenida Meridiana de Barcelona porque esta les estaba atendiendo en castellano.

También la dueña de una pizzería de Barcelona denunció a los Mossos que estaba siendo acosada después de que un cliente criticase al restaurante en la antes llamada Twitter porque no le habían atendido en catalán. Ella, italiana, dijo que no podía hacerlo porque no sabía hablarlo, aunque sí le dijo que lo entendía si le hablaba más despacio. A los pocos días aparecieron pintadas en la fachada del negocio en la que decían que o hablase catalán o emigrase.

Y tampoco se libró de las críticas una camarera del bar del Parlament, Amparo. Aparecía en un reportaje en TV3, y muchos le reprocharon que utilizara el castellano. Llegaron a decir: «Si no quiere hablar catalán y desprecia la lengua de la tierra, que la echen».

De hecho, Plataforma ha puesto en marcha un «servicio de quejas lingüísticas» en el que los ciudadanos pueden denunciar y señalar a establecimientos y trabajadores que no usen el catalán. Como, por ejemplo, al camarero de una chocolatería de Barcelona. Se quejaba un internauta de que el trabajador en cuestión le había pedido el código QR en castellano, y al preguntarle si se lo podía decir en catalán, el camarero les respondió: «empezamos mal, tengo la libertad para hablar lo que quiera». Desde Plataforma per la Llengua respondieron al internauta con el enlace de este servicio de quejas.

Pero la entidad también lleva a cabo campañas contra grandes empresas por no utilizar el catalán, o no hacerlo lo suficiente. Ha pedido explicaciones a Suchard, porque en sus turrones no aparecía el catalán en sus tabletas personalizadas para reglar a familiares o a amigos, pero también lo ha hecho con Coca Cola, Netflix o Amazon.

Temas

comentarios
tracking