Cataluña
ERC y Junts hacen valer sus votos y aprietan al PSOE: presupuestos de la Generalitat y alcaldía de Barcelona
Los republicanos dicen que los catalanes no entenderían que se aprobaran las cuentas generales y se rechazaran las de la Generalitat
Los socialistas, sobre todo los socialistas catalanes, se han empeñado en defender una y otra vez que el acuerdo entre los partidos independentistas con el PSOE, y que permitió la investidura de Pedro Sánchez, no iba a influir en la toma de decisiones del partido en Cataluña. Pero la otra parte, desde luego, no lo ve así.
De hecho, desde ERC advierten que presupuestos de la Generalitat y presupuestos Generales del Estado tienen que ir de la mano. Junts también presiona lo que puede y con lo que puede: votará no al decreto ómnibus de medidas sociales, si es que uno se llega a un acuerdo de última hora, porque considera que podría poner trabas a la ley de amnistía. Pero también Xavier Trias y Junts meten prisa al alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, para que acabe de decidirse y anuncie quién será su socio de gobierno. El socialista gobierna la ciudad gracias a los votos de comunes y Partido Popular, pero todo apunta a que es Junts quien lidera la carrera para entrar en el ejecutivo municipal.
Los presupuestos de la Generalitat
De momento, a los republicanos, lo que más le preocupan son los presupuestos de la Generalitat. Pere Aragonès solo cuenta con 33 diputados y necesita sí o sí el apoyo de otros grupos. El año pasado, consiguió sacarlos adelante gracias a comunes y el PSC. Pero los socialistas se ponen duros. Su líder, Salvador Illa, ha advertido que si no se materializan los compromisos adquiridos en el pasado acuerdo de presupuestos, «no hay posibilidad» de abrir una nueva negociación.
Entre las cuestiones pendientes está la firma del convenio para la B-40, que confían en que se pueda materializar en los próximos días; la aprobación del Plan de Desarrollo Urbanístico del Hard Rock y que se constituya la comisión técnica entre la Generalitat y el Gobierno para estudiar la ampliación del aeropuerto de Barcelona. Y a esto hay que añadir, dicen los socialistas, otros incumplimientos en temas relacionados con la sequía, cuestiones sociales o con los ayuntamientos.
Desde hace un tiempo, los republicanos hacen continuos llamamientos a la «responsabilidad» de los grupos parlamentarios, pero especialmente del PSC, para que apoyen los presupuestos. Ante la postura de los socialistas catalanes, en ERC van presionando un poquito más. De momento, se han lanzado mensajes, más que advertencias serias, en la línea de que los presupuestos de la Generalitat y los del Estado tienen que ir de la mano.
Así lo advertía la portavoz adjunta de ERC, Raquel Sans, en una entrevista a EFE: «son cuestiones que deben ir en paralelo». Pero también aseguraba que los catalanes «no entenderían» que se pudieran aprobar las cuentas del Estado, pero, en cambio, no se diera luz verde a las de la Generalitat.
E Illa, a su vez, avisa a los republicanos de que no habrá «cambio de cromos». Y añadía: «si alguien piensa eso, se puede llevar un desengaño». Sí, se muestra predispuesto a negociar con ERC y Junts, pero pide que antes se cumplan con esos compromisos que quedan pendientes de los presupuestos de 2023.
Lo cierto es que el gobierno de ERC está en una posición débil. Solo cuenta con el apoyo de su grupo parlamentario. Salvador Illa es consciente de esa debilidad, pero también de que en Madrid, Pedro Sánchez depende de los votos de los independentistas. Y, por lo tanto, no es tan fácil que deje caer a Pere Aragonès para que se convoquen elecciones anticipadas en Cataluña. Tampoco hay que perder de vista que algunas encuestas recogen una caída importante del PSC debido precisamente a los pactos de Sánchez con los independentistas.
El gobierno de Barcelona
Por otro lado, la ciudad de Barcelona es otra de las cuestiones que se han planteado, que se han puesto encima de la mesa, después del acuerdo entre PSOE y Junts. Desde un primer momento, Xavier Trias ha dejado claro que la alcaldía no estaba en cuestión, pero sí ha cogido fuerza la posibilidad de la llamada «sociovergencia» en el ayuntamiento de la capital catalana. Es más, se apunta a que el exconsejero Damià Calvet puede ser futuro teniente de alcalde con Collboni.
El pacto parecía inminente hace unos días. Se ha enfriado ahora la cuestión. En cualquier caso, ambos partidos se reunirán estos días, una vez que ya han pasado las fiestas. En varias entrevistas radiofónicas, Xavier Trias decía estar tranquilo, porque la decisión de llegar a un acuerdo con Collboni no dependía de ellos, sino de «quien quiere gobernar, y después nosotros tenemos que poner las condiciones».
Y Trias también está pendiente de este posible acuerdo, para anunciar cuándo abandona el Ayuntamiento. «Siempre lo he dicho, si se produce o no el pacto, cuando esté clara la situación, me iré a casa», ha explicado. En cualquier caso, los socialistas también pueden optar por un gobierno tripartito, con ERC y comunes. Pero en este caso, y a la hora de tomar una decisión definitiva, también puede pesar mucho la aritmética en el Congreso de los Diputados.
Junts, en cambio, sí que presiona sin disimulo alguno, advirtiendo que votará en contra del decreto ómnibus que impulsa el ejecutivo de Sánchez. A los separatistas no les gusta ni el fondo, ni la forma, y así se lo han hecho saber a los socialistas. Consideran que puede poner trabas a la ley de amnistía. Eso, por un lado. Pero, por el otro, tampoco ven con buenos ojos que se pueda tramitar como proyecto de ley, lo que consideran una «trampa». «No nos fiamos» del Gobierno, han dicho desde Junts, que, desde un primer momento, quieren dejar claro que no van a vender sus votos a cualquier precio y van a dejar caer las veces que haga falta al ejecutivo de Pedro Sánchez.