Propaganda electoral de todos los partidos para las elecciones catalanas del 12M

Propaganda electoral de todos los partidos para las elecciones catalanas del 12MEuropa Press

Elecciones en Cataluña

Así funciona el reparto de escaños en Cataluña que favorece a los partidos independentistas

El reparto de diputados por provincias favorece a los partidos con más arraigo en las zonas menos pobladas de Cataluña

Este domingo, 12 de mayo, 5,7 millones de catalanes están llamados a votar para elegir el nuevo Parlamento de Cataluña. Así, los catalanes no votarán al que será presidente de la Generalitat, sino que esta elección queda vinculada a los parlamentarios catalanes. De hecho, los pactos postelectorales pueden hacer variar el candidato elegido por los votantes: no siempre el ganador de las elecciones acabará siendo presidente.
Además, Cataluña no tiene una ley electoral propia: por eso se rige por la normativa recogida en su Estatuto de autonomía y en la Ley Orgánica del Régimen Electoral General (LOREG). En ellas se establece que el Parlamento catalán está formado por 135 escaños. El reparto por las cuatro provincias queda estipulado en 85 para Barcelona, 17 para Girona, 15 para Lleida y 18 para Tarragona.
En el artículo 161 de la LOREG se establece que la barrera legal para conseguir representación se sitúa en el 3 %. Todos aquellos partidos que obtengan un resultado por debajo de este porcentaje quedan fuera del reparto de escaños, como establece el artículo 163. Con lo cual, se establece que se necesitan más votos para lograr representación en Barcelona que en el resto, y que es mucho más fácil conseguir un escaño por las circunscripciones de Lérida o Gerona.

La fórmula d’Hondt

La conversión de votos en escaños se establece a través de la fórmula d’Hondt. ¿En qué consiste esta fórmula? En primer lugar se ordenan en una columna –de mayor a menor– la cifra de los votos de las candidaturas que hayan obtenido al menos el 3% de los votos válidos emitidos en la circunscripción.
A continuación, se divide el número de votos obtenido por cada candidatura por 1, 2, 3, 4… hasta el mismo número de escaños correspondientes a la circunscripción. Los escaños se atribuyen a las candidaturas que obtienen los mayores cocientes en un orden decreciente.
Este sistema favorece a los partidos independentistas en detrimento de todos los demás. Dicho de otra manera: un partido puede ganar las elecciones, pero eso no significa que saque mayor número de escaños que otro partido con menos votos.
Pongamos un ejemplo, centrándonos en Gerona. En las últimas elecciones autonómicas, el partido de Puigdemont, Junts per Catalunya, consiguió el 32,68 % de los votos. Sin embargo obtuvo un 41,18 % de los escaños. Así, acabó consiguiendo 10 escaños por la circunscripción de Gerona, en vez de los 7 que le corresponderían por votos.
Esto ocurre porque el independentismo siempre ha tenido más apoyo en aquellas poblaciones con menos habitantes, sobre todo concentradas en Lérida y Gerona. Con lo cual, con menos votos obtienen más escaños y, en consecuencia, más facilidad de que gane el independentismo.
Una sesión plenaria en el Parlament de Cataluña el pasado marzo

Una sesión plenaria en el Parlament de Cataluña, el pasado marzoEuropa Press

Si extrapolamos los votos y los comparamos por circunscripciones, mientras que el independentismo consiguió en Lérida y Gerona un 65 % de los votos, en Barcelona no superó el 47 %. Otro hecho significativo es el siguiente: en las últimas elecciones, la CUP consiguió un escaño más que En Comú-Podem, a pesar de que este último partido superó en 5.000 votos al primero. El motivo está en el hecho que la CUP recibe votos en todas las circunscripciones, mientras que los votos de En Comú-Podem se concentran en la provincia de Barcelona.

Modificar la ley electoral

El resultado de lo visto hasta ahora es que la formula d’Hondt no es una fotografía real del voto de los catalanes. Se ha discutido la posibilidad de cambiar la ley electoral catalana, pero esto no pasará mientras el independentismo salga ganando en el reparto de escaños. La fórmula se modificará, algún día, cuando esta ventaja se vuelva en contra.
Teniendo en cuenta lo que hemos dicho, y teniendo en cuenta que están convocados 5,7 millones de catalanes, de votar todos, conseguir un escaño en Barcelona cuesta 47.000 votos. En Lleida cuesta 20.000 votos y en Tarragona y Girona se necesitan 30.000 votos. Con lo cual, la desproporción en el sistema electoral catalán se establece en que hay muchas poblaciones donde el voto vale más, al ser más caro su voto que para el votante de Barcelona.
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