Una de las esculturas de la fachada de la Pasión de la Sagrada Familia.

Una de las esculturas de la fachada de la Pasión de la Sagrada Familia.Vasilis Genopoulos / Pexels

Ciudad

Reunión clave para acabar la Sagrada Familia: vecinos y Ayuntamiento afrontan su principal obstáculo

La escalinata proyectada por Gaudí para la entrada al templo es el mayor escollo a resolver si la ciudad quiere ver terminada su obra magna

A la Sagrada Familia le quedan tres grandes asignaturas pendientes: la torre central, dedicada a Jesucristo; la fachada principal, bautizada como «de la Gloria», y una gran escalinata que conduciría a los visitantes desde la calle hasta la puerta central.

A finales del año pasado, el arquitecto director de las obras de la basílica, Jordi Faulí, adelantaba a El Debate que la gran torre podría estar terminada a finales de 2025, y que a partir de ahí se empezará a trabajar en el pórtico de la Gloria. En marzo, el presidente delegado de la junta constructora, Esteve Camps, preveía que los trabajos podrían terminar en diez años desde entonces… aunque para ello hay que solventar un asunto pendiente desde hace tiempo: ¿qué pasa con la escalinata?

Maqueta de cómo será la Sagrada Familia cuando finalice su construcciónDr. Guillermo Simon Castellví
Maqueta de cómo será la Sagrada Familia cuando finalice su construcciónDr. Guillermo Simon Castellví
Maqueta de cómo será la Sagrada Familia cuando finalice su construcción

Maqueta de cómo será la fachada de la Gloria cuando finalice su construcciónDr. Guillermo Simon Castellví

Sobre el papel, la entrada a la Sagrada Familia sería a través de una gran escalinata que pasaría por encima de la calle Mallorca y que desembocaría en una amplia explanada desde la cual observar el conjunto del templo en toda su magnitud. El Plan General Metropolitano de 1976 ya reservaba un amplio espacio de dos manzanas de longitud para acceder a la Sagrada Familia desde la avenida Diagonal, algo sugerido ya en 1916, pero que no impidió que el espacio se ocupase por fincas residenciales. Hoy, unas obras de este tipo obligarían a los vecinos de las manzanas afectadas a mudarse.

Reunión a puerta cerrada

Esta tensión, lejos de ser nueva, es un sambenito que han ido cargando los sucesivos gobiernos municipales. Ahora, el equipo de Jaume Collboni se ha propuesto desbloquear la situación, y para ello –como adelantó El Periódico– han convocado una reunión a puerta cerrada con los vecinos afectados este jueves, 23 de mayo, presidida por la teniente de alcalde Laia Bonet.

En el encuentro se debatirá si seguir adelante con el plan que propuso el gobierno de Ada Colau, que contempla una afectación sólo de la primera manzana, y un paseo de unos 40 metros, rebajando las expectativas de quienes querían una entrada monumental a la basílica y evitando, así, que las manzanas situadas a los laterales se vieran desplazadas. El proyecto también prevé que los vecinos reubicados –unos dos centenares– no habrían de salir del barrio, y la construcción de un párking de autobuses subterráneo.

A Bonet y Collboni se les plantea ahora la cuestión de si aceptar este plan, heredado de Colau, u otro, como el proyectado durante el mandato de Trias. O si intentar uno nuevo, más a favor de los deseos de los vecinos o de la junta constructora del templo. El jueves, sea como sea, se escribirá un nuevo capítulo de esta historia.

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