Torres de la Sagrada Familia, en Barcelona.Basílica de la Sagrada Familia

Ciudad

Las tres claves del acuerdo con los vecinos para terminar la polémica escalinata de la Sagrada Familia

El Ayuntamiento se compromete a encontrar una solución definitiva durante este mandato

Para terminar la Sagrada Familia de Barcelona, uno de los principales escollos es la gran escalinata que habrá de dar acceso a la puerta principal del templo, situada en la Fachada de la Gloria, aún por construir. La construcción de esta estructura, no obstante, lleva décadas paralizada, ya que implicaría la demolición de algunos de los bloques de pisos construidos frente a la basílica.

Este jueves, una delegación del Ayuntamiento presidida por la teniente de alcalde Laia Bonet y la Asociación de Vecinos y Vecinas de la Sagrada Familia se han reunido a puerta cerrada para encontrar una solución al encaje de la escalinata, y desatascar así el último tramo del largo proceso de construcción de la Sagrada Familia.

Acabada la reunión, el responsable de Urbanismo de la entidad vecinal, Gabriel Mercadal, detalla a El Debate los tres puntos de acuerdo a los que han llegado con el consistorio. El primero es el respeto a una perenne reivindicación de los vecinos: que las obras afecten al menor número posible de hogares.

Así, en el acuerdo alcanzado por ambas partes se recoge la voluntad de «respetar el derecho a la vivienda» y «minimizar las afectaciones», garantizando además que los vecinos que tengan que ser realojados no tengan que marcharse fuera del barrio.

Durante el presente mandato

El segundo compromiso que adquiere el Ayuntamiento es el de encontrar una solución definitiva durante este mandato: en concreto, el texto reconoce «el compromiso de completar un cambio del planteamiento urbanístico vigente» antes de las próximas elecciones municipales, previstas para 2027.

En concreto, esto supone concretar en los próximos tres años una modificación del Plan General Metropolitano de 1976, que reservaba un amplio paseo de dos manzanas frente a la Sagrada Familia, que llegaría hasta la Diagonal. El gobierno de Ada Colau propuso una reforma de este plan, hecha pública en las últimas semanas, que rebajaba la afectación a una única manzana.

Para la asociación de vecinos, este compromiso del Ayuntamiento supone «sacar definitivamente la angustia de los vecinos, resultante de la incertidumbre».

Por último, el acuerdo hace referencia a la tercera parte en disputa, el templo de la Sagrada Familia, ausente en la reunión, y señala que será la basílica quien tendrá que costear todos los gastos de la operación.