El futuro de Puigdemont: sus voceros alertan de que incumplirá su promesa de irse si pierde la investidura

A pocas horas de que el Congreso de los Diputados apruebe definitivamente la Ley de Amnistía, el ex presidente Carles Puigdemont ha dejado caer ya que romperá su palabra y no cumplirá con el órdago que lanzó antes de las elecciones.

Si bien el 9 de abril, en plena precampaña, anunció en una entrevista para RAC1 que abandonaría «la política activa» si no lograba ser investido, ahora desliza lo contrario, por boca de algunos de sus voceros.

Las declaraciones más claras en este sentido llegaron el miércoles, en una entrevista concedida por su mano derecha, el eurodiputado y candidato a las elecciones europeas de LliuresxEuropa, Toni Comín, a El Nacional. «Lo que dijo es que solo tenía sentido ocupar un cargo institucional si era el de presidente de la Generalitat», reformulaba Comín, y añadía que la negativa a asumir el cargo de jefe de la oposición «no quiere decir que se retire de la política».

A este «donde dije digo digo Diego» neoconvergente se le suma una segunda reflexión de Comín ensalzando a Puigdemont. «En este momento –apuntaba– el independentismo solo tiene un líder en el ámbito de los partidos», en referencia a que ni la CUP ni ERC tienen cabezas visibles sólidas: los unos por estar inmersos en su algo etéreo «proceso de Garbí» y los otros por estar atravesados por luchas intestinas en torno al liderazgo del partido.

«Ahora mismo hay un líder en el independentismo, es Carles Puigdemont», destacaba Comín, para quien este «ha de continuar ejerciendo su liderazgo», aunque no ostente «un cargo institucional». «Él puede liderar el independentismo de muchas maneras», concluía el candidato.

'Sorpasso' a Borràs

En aquella entrevista de principios de abril, Puigdemont prometió que si salía derrotado en la carrera hacia la investidura pasaría a ejercer un rol simplemente institucional como ex presidente de la Generalitat, pero los globos sonda lanzados por Comín y otras figuras destacadas de Junts, como el ex alcalde de Barcelona Xavier Trias, apuntan en otra dirección.

«Junts necesita a Puigdemont para liderar el movimiento», pedía Trias en una entrevista para El Punt Avui esta semana, y aseguraba que el ex presidente ha sido quien ha conseguido «poner en orden» el partido. «Hay unas voces claras y todo el mundo tiene muy claro quién tiene la última palabra», concluía en aquella charla.

En este sentido, a lo que parecen apuntar Comín, Trias y otras voces cercanas a Puigdemont es a que éste –aunque renuncie al acta de diputado– recupere la presidencia de Junts, que perdió en junio de 2022 en favor de Laura Borràs, condenada por corrupción e inhabilitada. Una Borràs, como señalan varias fuentes, cada vez más desgastada tanto externa como internamente, cosa que abona la situación para que un congreso del partido la aparte definitivamente y otorgue de iure a Puigdemont el liderazgo que ya tiene de facto.

Primer asalto, tras las europeas

Todo depende, no obstante, de cómo acaben cayendo las fichas de la investidura. El primer asalto para dirimir este complejo puzle ya está anunciado: el 10 de junio, fecha en la que está prevista la constitución de la Mesa del Parlamento. Tanto Junts como PSC buscarán otorgar a ERC la presidencia de este órgano, con el objetivo de ganarse su apoyo y conseguir inclinar la balanza a su favor.

La estrategia a la desesperada de Puigdemont –que requeriría que el PSC se abstuviese para abrirle el camino a la presidencia, cosa que tanto Salvador Illa como Pedro Sánchez no dejan de insistir en que no ocurrirá– pasa por asegurar, como punto de partida, un liderazgo independentista en la Mesa. El siguiente paso sería maniobrar para que Puigdemont adelante a Salvador Illa y sea propuesto por el presidente de este órgano a la investidura.

Por su parte, desde ERC insisten en desvincular los pactos de la Mesa de los de investidura, y lo hacen anunciando que la consulta a la militancia de la formación sobre la investidura no tendrá lugar hasta que ya se haya constituido el Parlament. Será en un Consejo Nacional republicano el 15 de junio, según anunciaban este miércoles.