El nuevo presidente del Parlament, Josep Rull

El nuevo presidente del Parlament, Josep Rull en el centro de la imagenEuropa Press

Cataluña

Rull abre su ronda de contactos pensando en repetir elecciones mientras Sánchez acelera para seducir a ERC

El presidente del Parlament decidirá si hay candidato o convoca un acto equivalente a la investidura

El presidente del Parlament, Josep Rull, abre este martes la ronda de contactos con los líderes de los diferentes partidos con representación parlamentaria para ver si algún candidato puede contar con los apoyos suficientes para poder ser investido presidente de la Generalitat. Aunque todo apunta a que eso no va a ser así.

Ni Carles Puigdemont, ni Salvador Illa, van a contar con los votos necesarios y Rull optará por un acto equivalente a un debate de investidura. De esta forma, empezará a ponerse en marcha el reloj, la cuenta atrás de dos meses para conseguir una investidura. En caso contrario, Cataluña se verá abocada a una repetición electoral. La fecha límite es el 25 de agosto.

Pero antes de llegar a esa fecha, tienen que pasar muchas cosas. Primero, que este martes el presidente del Parlament reciba a los Comunes, Vox, PP, CUP y Aliança Catalana. Mañana será el turno de Junts, PSC y de ERC. Y está previsto que mañana o el jueves Josep Rull anuncie si cree que algún diputado puede tener esos apoyos necesarios para ser investido.

El candidato socialista, Salvador Illa, recordemos, fue el ganador de las pasadas elecciones autonómicas. Consiguió 42 diputados que quedan lejos de la mayoría absoluta, que son 68. Para llegar a esta cifra tiene dos opciones: o un tripartito de izquierdas, con Comunes y ERC, que es el sueño del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y del líder del PSC. O bien, existe la posibilidad, remota, por no decir imposible, de pactar con el bloque constitucionalista, con Vox y PP.

Y un ejemplo de que esta segunda opción es muy difícil es el hecho de que el PSC renunció a que la Mesa del Parlament tuviera una mayoría constitucionalista y agachó la cabeza frente al separatismo, que es quien controla ese órgano. Y a eso hay que añadir el «cordón sanitario» que los socialistas aplican a Vox, junto con los grupos de izquierdas e independentistas.

La financiación para Cataluña

Pero el PSC tiene también un hueso duro de roer con ERC. El problema está en que quien lleva las riendas de la negociación, Marta Rovira, no es una entusiasta del pacto con los socialistas y quiere poner un precio alto a ese apoyo: la «financiación singular» para Cataluña, o lo que es lo mismo, conseguir un el concierto económico, como en el País Vasco.

De momento, los socialistas intentan la cuadratura del círculo. Hablan de mejorar la financiación para Cataluña dentro del un sistema pactado de forma «multilateral», pero que, a su vez, sería «compatible» con que esta comunidad autónoma tenga un trato distinto con articular una financiación «más justa y solidaria», para «afianzar» el sistema de bienestar.

Y los republicanos advierten a Sánchez: financiación singular quiere decir «fuera del régimen común». Cataluña quiere tener la «llave de la caja», en palabras de la portavoz de ERC, Raquel Sans. De hecho, dejan claro al presidente del Gobierno que no debe confundir ni maniobrar porque Cataluña debe recaudar todos los impuestos. La financiación es el «mínimo» exigible para apoyar una posible investidura de Illa, aunque hay otras cuestiones en las que ERC quiere avances, como el referéndum, el catalán y el estado del bienestar. Y aun así, la última palabra la tendrá la militancia.

Junts y la repetición electoral

Esta semana el equipo negociador de ERC se reunirá con el PSC y con Junts para explorar los apoyos de una investidura. Las reuniones podrían ser telemáticas para que pueda participar la coordinadora de estas negociaciones, la secretaria general de ERC, Marta Rovira, huida a Suiza. O directamente esas conversaciones se podrían llevar a cabo en el país helvético.

Y luego está Junts. Carles Puigdemont aseguró que iba a presentar su candidatura a la investidura, teniendo en cuenta que, a priori, cuenta con más apoyos que los del PSC. Sus 35 escaños, más los 20 de ERC y los 4 de la CUP. O lo que es lo mismo, 59 frente a los 48 de los socialistas y Comunes. Esas eran sus cuentas. También decía estar dispuesto a asistir al primer pleno de investidura, el 25 de junio, independientemente del candidato.

Pero parece que Junts quiere ceder a Salvador Illa el primer intento de la investidura, una maniobra que no acaban de entender los republicanos, si es que no es para ganar tiempo ante la incertidumbre de que Puigdemont se pueda beneficiar a corto plazo de la ley de amnistía. De momento, el Tribunal Supremo y todos los tribunales disponen de dos meses para tomar una decisión. El líder de Junts no llegaría a tiempo. Y a todo esto hay que añadir los intereses de los junteros, que podría pasar por una repetición electoral y que, una vez más, ERC se plegara a sus deseos para conformar una lista unitaria del independentismo. Sería la forma de intentar atraer a un electorado que está en horas bajas.

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