El espontáneo y cálido encuentro de la Princesa Leonor con los vecinos de Sant Feliu: «¡Viva la Casa Real!»

La primera cita en la agenda catalana de la Princesa Leonor y la Infanta Sofía ha acabado de forma inesperada. Este martes por la tarde, dentro de la agenda previa a la entrega de los Premios Princesa de Girona, estaba prevista una visita al taller del artista Jaume Plensa, en la ciudad barcelonesa de Sant Feliu de Llobregat.

Antes de que llegaran la Princesa y la Infanta, la acera frente al taller ya estaba llena de curiosos que esperaban para verlas. Algunos ondeaban banderas de España y otros –tal vez pensando en el plan de esta noche– iban ataviados con la camiseta de la Roja. «A mí me dijo mi padre que venían, y bajé corriendo de casa», contaba Pol, uno de los jóvenes que espera fuera.

«Para una vez que visitan nuestro pueblo…», apostillaba Lucas. «Yo lo vi en el móvil, pero pensé que era un bulo», explica Elena, entusiasmada con la visita: «¡Me encanta Leonor, me parece tan sencilla!». Los congregados esperaban, tal vez, que la Princesa les saludase de lejos, o que se asomase desde el coche, pero ella fue mucho más allá.

Al terminar su visita al taller de Plensa, Leonor y Sofía –ambas vestidas de blanco ibicenco– se dirigieron hacia los presentes. «Que vienen, que vienen», se oía. Una señora rompió los murmullos con una exclamación: «¡Guapa! ¿Me puedo hacer una foto?». Con una sonrisa, las dos jóvenes de la Familia Real se acercaron y se sacaron la foto. Y luego otra más, y otra…

«Voy a acercarme para preguntarles dónde han comprado esos pantalones», exclamaba una joven, hablando por teléfono. «Yo quiero una foto, pero me da vergüenza», reconocía otro que finalmente obtuvo su retrato. Y así, entre selfies, risas y gritos de «¡Viva la Casa Real!», Leonor y Sofía llegaron finalmente a su coche, tras un baño de masas en el que recibieron el cariño de los vecinos de Sant Feliu.

Un «milagro»

Antes, la Princesa y la Infanta visitaron el taller del reconocido escultor. «Que alguien me haga caso ya es un milagro –aseguraba Plensa–, y que lo hagan ellas es aún más alucinante». Para el artista, la visita de Leonor es un momento «feliz», ya que no solo era la Princesa quien entraba en su estudio, sino «la representación de la juventud».

Plensa, afable, tranquilo, ejerció de cicerone en su nave, mientras unos operarios soldaban y retocaban una de sus ciclópeas estructuras metálicas formada por letras y símbolos. «El arte es un milagro permanente», reflexionaba el catalán ante la prensa, antes de pasar a explicarle a Leonor, Sofía y una representación de jóvenes premiados por la Fundación Princesa de Girona los intríngulis de varias de sus obras.

Frente a esta audiencia atenta, Plensa habló de materiales y del nacimiento del mundo, del agua de la vida y del arte como espejo. «El ser humano es esta mezcla de fragilidad y belleza», filosofaba el escultor.

Durante la explicación, la Princesa y la Infanta han estado acompañadas por el delegado del Gobierno en Cataluña, Carlos Prieto; la alcaldesa de Sant Feliu de Llobregat, Lourdes Borrell; el secretario de Estado de Política Territorial, Arcadi España, así como varios patronos de la Fundación Princesa de Girona, como el presidente de Planeta, José Creuheras, o el presidente de Telefónica, José María Álvarez-Pallete, entre otros.