Política
Rovira ofrece a los militantes de ERC pactar con el PSC como paso necesario para un nuevo referéndum
La presidenta en funciones de ERC llamó en el Consejo Nacional a reunificar el partido: «Aquí no sobra nadie»
Para la secretaria general de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) y presidenta en funciones del partido, Marta Rovira, el pacto con el PSC para una investidura de Salvador Illa no es sino un paso para «ganar espacios de soberanía» con la vista puesta en un nuevo referéndum.
Así lo aseguró en su primer discurso en la sede de la formación tras su regreso a España, el viernes, durante el Consejo Nacional de ERC. Fue una intervención pensada para convencer a la militancia de que un pacto con los socialistas no es una sumisión al españolismo sino un paso «estratégico».
Siguiendo la lógica de Rovira, las condiciones que se pacten con los socialistas han de servir para preparar a Cataluña para hacer frente a las «consecuencias» de una nueva declaración de independencia.
«Nos hemos de preparar ganando espacios de soberanía, y lo digo por el concierto económico: la soberanía fiscal hará que estemos más preparados para avanzar, y que estemos más preparados si en algún momento tenemos la oportunidad de hacer un nuevo referéndum», dijo.
Dicho de otra manera, Rovira entiende que la capacidad de recaudar el 100% de los impuestos ha de servir a Cataluña para resistir los intentos de España por evitar la eventual secesión del territorio. Así, sin nombrar al PSC explícitamente, la republicana insistió en la necesidad de «reconstruir la estrategia» y de que ERC «lidere el espacio a favor de las urnas, de la democracia».
Las declaraciones de Rovira, que recibió una sonora ovación por parte de los cuadros del partido al entrar en la sala, se enmarcan en la necesidad de que los cerca de 9.000 militantes de ERC voten a favor del acuerdo al que lleguen los equipos negociadores del partido.
Coser heridas
La llegada de la dirigente de ERC a España, después de que se haya archivado el caso Tsunami por el que estaba investigada, se produce además en un momento en el que la formación se agita como un avispero, sacudida por los malos resultados electorales, guerras internas por el liderazgo y diversas polémicas sobre el opaco funcionamiento interno de la organización.
Rovira pretende que su llegada sea un «revulsivo» –dijo– para calmar las aguas y, al menos de cara al exterior, evitar la imagen de fractura interna. «No tenemos una crisis, tenemos un debate», insistía frente a la militancia, a la que instó a «conjurarse para canalizar la autocrítica hacia donde toca», un toque de atención para dejar de airear trapos sucios.
Insistiendo en que «aquí no sobra nadie», Rovira repitió que consideraba que su etapa al frente de ERC terminará el 30 de noviembre, fecha en la que el partido ha convocado su asamblea nacional para elegir a sus nuevos líderes. «No seré candidata a nada, y menos contra Oriol Junqueras, y tampoco seré candidata a las próximas elecciones al Parlament», aseguró.
Poco antes del discurso de Rovira, se conocía este viernes que quien ella tiene en mente para liderar ERC no es Junqueras, sino la expresidenta del Parlament y de la ANC Carme Forcadell, a la que ve como una figura de consenso, y que ejercería una presidencia «simbólica». Por el momento, Forcadell –que estaba presente en el discurso del Consejo Nacional– no ha confirmado si acepta el guante.