Política
Sánchez se ciñe al plan y abona con millones el camino hacia la investidura de Salvador Illa
Republicanos y socialistas hacen coincidir con las negociaciones el traspaso de más de 1.500 millones de euros pendientes a la Generalitat
Semana decisiva para las negociaciones entre ERC y los socialistas para la investidura de Salvador Illa. Las conversaciones avanzan a puerta cerrada, pero tienen necesariamente una dimensión pública, ya que la aprobación del pacto final dependerá de las bases republicanas, entre las cuales hay sectores críticos muy ruidosos contra la investidura del socialista, a quien ven como el «candidato del 155».
Por eso, como adelantó El Debate, la cúpula de ERC ha reclamado al Gobierno gestos públicos para convencer a sus bases, actualmente reticentes. El primero de ellos tuvo lugar la semana pasada, cuando el Gobierno confirmó que el traspaso de Cercanías Renfe se llevaría a cabo desde el 1 de enero de 2025, y el segundo se vivió este lunes, con el acuerdo firmado en la Comisión Mixta de Asuntos Económicos y Fiscales de que el Estado abonará a la Generalitat 1.520 millones de euros en los próximos tres años.
En concreto, se transferirán 1.058 vinculados a Cercanías y otros 450 para I+D; una lluvia de millones que se sumará a otros 442 anuales a partir de 2027, según anunciaron las consejeras Natàlia Mas y Ester Capella en la rueda de prensa posterior a la reunión. Son unas partidas que ya formaban parte del pacto de noviembre del año pasado entre ERC y el PSOE para investir a Pedro Sánchez, y que los republicanos llevan exigiendo como requisito indispensable para la negociación desde hace tiempo.
Así lo confirmaba Mas, que consideraba que este acuerdo pone el «contador a cero» en estos asuntos. Otro de los temas pendientes que hay sobre la mesa –y que ERC también ha manifestado que es imprescindible para dar más pasos adelante– es la condonación de 15.000 millones de euros de deuda del Fondo de Liquidez Autonómica (FLA), algo que, según anunció Mas, «se hará efectivo en los próximos meses».
Crisis en ERC
De esta manera, el Ejecutivo de Pedro Sánchez cumple con lo que se le ha pedido a nivel de gestos externos, en un momento en el que ERC sigue tratando de conjugar la negociación para la investidura con su crisis interna. Esta viene marcada tanto por una batalla entre bandos que el regreso de Marta Rovira ha devuelto a detrás de las cámaras como por la «guerra de los carteles», una polémica a raíz de la cual este lunes rompía su carnet del partido Ernest Maragall, exlíder de la formación en Barcelona.
Los líderes republicanos, pues, necesitan como agua de mayo todos los gestos y acuerdos posibles para convencer a su reticente militancia. Rovira y su equipo negociador necesitan elementos sólidos con los que vender el acuerdo a los cerca de 9.000 militantes de ERC como un triunfo sobre el Estado y un punto de inflexión hacia un nuevo referéndum, en lugar de como una sumisión a los socialistas para evitar una repetición electoral.
Todo ello para tratar de convencer a contrarreloj a la militancia sobre un acuerdo cuyo anuncio, según fuentes cercanas, podría darse incluso antes de lo previsto, de cara a este fin de semana.