Vox se querella contra el consejero catalán de Interior y el jefe del dispositivo policial por omisión del deber

El partido de Santiago Abascal ha interpuesto una querella este jueves contra el consejero de Interior en funciones, el jefe del dispositivo policial y todos aquellos que han ayudado a Carles Puigdemont a evitar ser detenido en su regreso a España, por omisión del deber de perseguir delitos, encubrimiento, desobediencia y denegación de auxilio a la autoridad judicial y prevaricación.

El secretario general y líder de Vox en Cataluña lo ha anunciado durante su intervención en el Pleno del debate de investidura de Salvador Illa, Ignacio Garriga, que ha manifestado que «no es lógico ni comprensible que a un ciudadano de a pie se le aplique la ley sin miramientos y, por el contrario, a un fugado de la justicia se le permita reírse de los catalanes delante de sus narices». Garriga ha denunciado que el «bochorno» vivido este jueves «no es solo fruto de la incompetencia, sino de una decisión política entre socios», y ha prometido llegar hasta el final.

Además, Vox ha pedido al Tribunal Supremo que active la orden de detención europea contra el expresidente catalán fugado. También que el jefe del operativo declare ante el juez para «aclarar qué instrucciones se dieron y por qué se permitió el grado de participación delictiva en el acto sin que se actuara convenientemente para la detención y persecución» de Puigdemont. Todo ello, incide Vox, «teniendo el responsable del operativo constancia directa de los flagrantes indicios delictivos relatados en esta denuncia».

Puigdemont paseó por las calles de Barcelona acompañado, entre otros, por el secretario general de Junts, Jordi Turull, y protagonizó un mitin ante sus seguidores, en el que expresó: «Hace siete años que nos persiguen por querer escuchar la voz del pueblo de Cataluña. Hace siete años que iniciamos una durísima represión que nos ha llevado a la prisión, al exilio». Y añadió: «A pesar del daño que nos han querido hacer, he venido hoy aquí para recordarles que aún estamos aquí. Porque no tenemos derecho a renunciar».