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Collboni e Illa pactan que paguen más por tasa turística los cruceristas de corta estancia

El alcalde de Barcelona quiere eliminar el tope de 4 euros, el máximo que puede cobrar en concepto de recargo municipal. Aún quiere subirlo más

No se ha hablado de una cantidad concreta, pero el presidente de la Generalitat, Salvador Illa, y el alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, han acordado incrementar «sustancialmente» la tasa turística para los cruceros de corta estancia aquellos que hacen escala en Barcelona y están menos de 12 horas. Una cantidad que el alcalde, como decíamos, no ha querido precisar, pero que considera debe ser «suficiente» para gestionar el impacto que estos cruceros generan en la ciudad.

Hay que tener en cuenta que el Ayuntamiento aprobará en octubre un aumento del recargo municipal por la tasa turística. Actualmente, cobra 3,25 euros y se quiere subir a 4 euros, el límite permitido. De esta forma, un turista puede llegar a pagar, entre la tasa de la Generalitat y la municipal, hasta 7,5 euros por persona y día. Pero Collboni quiere que se modifique la ley de medidas fiscales del 2020 para flexibilizar el actual tope de ese recargo, de tal forma que el Ayuntamiento pueda decidir que ese límite sea superior a los 4 euros que se han planteado.

Según el alcalde de Barcelona, por la ciudad pasan unos 1,6 millones de pasajeros de corta estancia, un crecimiento que no es «asumible» y, por otro lado, son los cruceros de este tipo los que hacen «un uso más intensivo» de la ciudad. Por este motivo, apuesta por abrir un debate «tranquilo» sobre la fiscalidad turística en Cataluña y ha defendido que pueda servir como fuente de financiación de políticas públicas.

Desde el Govern, el consejero de Presidencia, Albert Dalmau, ha asegurado que hace falta abrir un «debate y una reflexión» sobre la fiscalidad al turismo, que se hará en el marco de la negociación de los presupuestos con el resto de partidos. Aunque considera que este debate debe ser «tranquilo» porque «el turismo es una fuente de prosperidad, aunque también tiene retos».

Los partidos que defienden este incremento, como el PSC en Barcelona, aseguran que la ciudad recauda 95 millones de euros por la tasa turística, pero los gastos que ocasiona el turismo, por la limpieza, el transporte o la seguridad ascienden a 142 millones. Es decir, la capital catalana tiene un déficit de unos 50 millones de euros. Y para ser más concretos, la capital catalana recauda 70 millones por el recargo municipal, mientras que, de la parte que establece la Generalitat, son otros 40, aunque el Ayuntamiento se queda con la mitad, unos 20 millones. Y con esa subida del recargo hasta los cuatro euros, el gobierno municipal espera recaudar otros 20 más, hasta alcanzar los 115 millones.

Seguridad y vivienda

Sobre otros ámbitos, como la seguridad, el alcalde de Barcelona ha dejado claro que el objetivo es «ser muy claros y muy contundentes contra la delincuencia y la sensación de seguridad» en las ciudades catalanas. Y ha avanzado que se reunirá en unos días con la consejera de Interior, Núria Parlón, junto con los mandos de Mossos y la Guardia Urbana, para «abrir una nueva etapa en la relación» entre los dos cuerpos respecto a su colaboración y retomar la investigación conjunta.

El presidente de la Generalitat y el alcalde de Barcelona también han pactado retomar los proyectos para construir 1.700 viviendas protegidas en la capital catalana, un acuerdo que había quedado interrumpido «por motivos presupuestarios», ha detallado Collboni. La primera fase de este acuerdo consistirá en la construcción de 637 viviendas en 11 solares que desbloquearán «de forma inmediata» este septiembre.

Y Collboni ha trasladado su compromiso de mantener el cese de la actividad de 10.000 pisos turísticos en Barcelona en 2028 y ha pedido a Illa que mantenga el decreto de la Generalitat para «blindar la decisión de suprimir los pisos turísticos en la ciudad», a lo que ha asegurado que el presidente catalán se ha comprometido.

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