El expresident de la Generalitat, Pere Aragonès (i) y el nuevo president de la Generalitat de Cataluña, Salvador Illa

El expresident de la Generalitat, Pere Aragonès (i) y el nuevo president de la Generalitat de Cataluña, Salvador IllaEuropa Press

Política

Illa sufre para ocupar los 500 cargos de su 'sottogoverno' mientras cargos de ERC renuncian a dimitir

Los republicanos calculan que permanecen en el ejecutivo socialista unos 200 cargos republicanos

El PSC es quien gobierna la Generalitat, pero esta administración aún está lejos de ser completamente socialista. Y es que Salvador Illa mantiene a más de 200 altos cargos del anterior ejecutivo, de ERC, entre cargos del llamado ‘sottogoverno’ y también de organismos públicos que dependen de la Generalitat. En total, había unos 500 altos cargos, asesores y hombres de confianza del anterior ejecutivo que había que renovar, pero al PSC se le está atragantando esta misión.

Los republicanos tienen prisa y presionan para que sus cargos sean cesados lo antes posible y poder, así, aseguran, centrarse en hacer oposición. No quieren dar una imagen, en ningún caso, de que se está «colaborando» con los socialistas. Pero el gobierno de Salvador Illa no va a correr. A ojos de los republicanos, de hecho, va demasiado lento a la hora de hacer esa transición en la estructura de la administración.

Y, en cualquier caso, desde el PSC lo tienen claro. No se van a dejar llevar por estas presiones, porque lo que pretenden es «buscar a las mejores personas, con las trayectorias y currículums más adecuados». Son palabras de la portavoz del Govern, Sílvia Paneque, que, de esta forma, dejaba la puerta abierta a que continuaran en su puesto altos cargos del anterior ejecutivo.

Desde la formación republicana ya pidieron a sus cuadros que no aceptaran ninguna oferta de los socialistas. Pero, para empezar, dos de los consejeros del nuevo Govern son, precisamente, de la órbita de ERC. Estamos hablando del consejero de Política Lingüística, Francesc Xavier Vila, y de la consejera de Cultura, Sonia Hernàndez, que fue la directora general del Patrimonio Cultural con Pere Aragonès.

Y en ERC fruncen el ceño, porque Illa podría hacer lo mismo con los otros escalafones de la administración. Es decir, secretarios, directores generales, directores de servicios, delegados en el exterior, subdirectores o directores de empresas públicas, por poner solo algunos ejemplos. En la última reunión del Govern se aprobó el nombramiento de una veintena de nuevos altos cargos, pero aun la cifra se queda muy corta para el gusto de ERC.

Así, por ejemplo, se aprobó el nombramiento de José Luis Martínez-Alonso como nuevo director del Gabinete Jurídico de la Generalitat, sustituyendo a Silvia Grau; David Lizoain es el nuevo director general de Análisis y Prospectiva Económico, en sustitución de Beth Espinal. Y en el ámbito de organismos que dependen de la administración catalana, destaca el nombramiento de Elena Lladós, que se encargará de la dirección del Instituto Catalán de la Acogida y la Adopción, o Jaume Baró, que es el nuevo delegado de la Agencia para la Competitividad de las Empresas.

ERC pide que sean cesados

Pero ahí siguen en puestos relevantes, por ejemplo, el presidente del Puerto de Barcelona, Lluís Salvadó; el director del Instituto de Estudios del Autogobierno de la Generalitat, Joan Ridao; el director general para la Promoción y Defensa de los Derechos Humanos, Adam Majó o el director de la Agencia Catalana de Residuos, Isaac Peraire, que ha pedido por carta ser cesado por diferencias ideológicas y de proyecto.

La secretaria general de ERC, Marta Rovira, aseguró, en una entrevista a TV3, que entendía que hacer un traspaso en agosto era «difícil» y que costaba «encontrar a gente que pudiera ser designada para ejecutar todas las funciones del gobierno de la Generalitat», pero a estas alturas de la película, añadía, «Illa tiene que acabar de cesar a los altos cargos de Govern». ¿Y si no lo hace? ¿Y si les pide que continúen? La dirigente republicana aseguraba que desde el partido les iban a pedir que abandonaran el ejecutivo.

Alguno, como es el caso de Peraire, ya lo han hecho. Otros, de momento, guardan silencio. Un diputado en el Parlament (no de ERC) aseguraba a El Debate que, para los altos cargos, o para algunos, es muy «goloso» quedarse en la administración, aunque sea de otro color. Recuerda que ERC es un partido que está en descomposición, que la fractura interna es total, y que puedan pasar años de «travesía en el desierto». Pero claro, hay que «seguir pagando facturas y alimentando bocas», nos aseguraba.

Y otra cuestión que buscan los republicanos es «tensar» al PSC. Los socialistas reconocen que no está siendo fácil encontrar a esas personas que puedan formar parte del ‘sottogoverno’, y lo atribuyen al éxito de los socialistas en las últimas citas electorales, lo que ha provocado que muchos ocupen puestos de responsabilidad en otras administraciones, como en ayuntamientos, diputaciones o incluso en el gobierno central. Y a eso hay que añadir que este ejecutivo tiene dos consejerías más que el anterior.

También hay diferencias entre departamentos. Algunos están prácticamente completos o la transición está muy avanzada. Es el caso de Educación o de Derechos Sociales. En otros, en cambio, apenas se han producido movimientos, como en Universidades o en Acción Exterior. El gobierno de Salvador Illa aún se da algunas semanas más para completar esta renovación.

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