El candidato de Nova Esquerra Nacional, Xavier GodàsEuropa Press

Política

El rival de Junqueras reconoce la realidad del separatismo: «No tenemos suficiente fuerza y estamos solos»

Godàs se alinea con la posición de Rovira y pide renovar las caras al frente de los partidos independentistas

El líder de la candidatura ‘rovirista’ a la presidencia de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), Xavier Godàs, ha reclamado al partido hacer un ejercicio de «sinceridad» acerca del procés independentista. «No tenemos suficiente capacidad ni fuerza interna para plantear la independencia. Y estamos solos. No nos reconoce ni Andorra. Esto es un hecho», ha reconocido en una entrevista con el digital nacionalista VilaWeb.

El candidato de Nova Esquerra Nacional –principal rival de Oriol Junqueras en la pugna por liderar el partido– ha tratado de usar este repentino ataque de honestidad como acicate para renovar la cúpula del partido, tirando también implícitamente contra Carles Puigdemont, a quien todas las quinielas sitúan como nuevo presidente de Junts en pocas semanas.

«Los liderazgos del procés han seguido una cierta omertá sobre qué no ha funcionado", asegura Godàs, advirtiendo que se llegó a 2017, fecha del referéndum ilegal del 1 de octubre, con una «debilidad manifiesta». «Hace falta más sinceridad en el diagnóstico. No se ha ido más allá en el diagnóstico por no herir», considera.

Su análisis coincide en buena medida con lo que ya planteó la actual secretaria general del partido, Marta Rovira, en su regreso a España, cuando defendió el pacto con los socialistas y la lucha por el cupo catalán como una estrategia a largo plazo para erigir «espacios de soberanía» que permitan al independentismo tener fuerza interna para resistir la respuesta del gobierno ante una hipotética nueva declaración de independencia.

Guerra interna

Preguntado por el grado de virulencia que está alcanzando la disputa interna en el partido republicano, Godàs asegura que «el nivel de crudeza» le genera «una gran inquietud, porque bordea la agresión». También advierte que, con el «nivel de acritud» que hay en ERC, el partido corre el riesgo de acabar envuelto en una montaña de despropósitos, una actitud que la militancia no entiende, por lo que reclama “un debate sereno, sincero y una dirección responsable».