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El expresidente de la Generalitat de Catalunya, Carles Puigdemont, durante el acto de celebración del cuarto aniversario de la fundación de Junts, en el Théâtre de Verdure, a 27 de julio de 2024, en Amélie-les-Bains-Palalda (Francia). Junts per Catalunya celebra su cuarto aniversario con este acto, en el que la formación arropa al expresidente catalán Carles Puigdemont, a quien no se le ha aplicado todavía la ley de amnistía. La celebración coincide con el tramo final de las negociaciones entre el PSC y ERC para facilitar la investidura de Salvador Illa como presidente de la Generalitat de Catalunya.

Glòria Sánchez / Europa Press
27 JULIO 2024;JUNTS;AMNISTÍA;INVESTIDURA;PRESIDENTE;GENERALITAT
27/7/2024

El expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont, en julioEuropa Press

Política

Junts se parte en dos acerca de la idoneidad de encumbrar a Puigdemont como presidente del partido

El largo horizonte para la aplicación de la amnistía y las dudas internas hacen aflorar tensiones en el seno del partido acerca del liderazgo del expresidente

Junts se prepara para un largo periodo de provisionalidad a la espera de que el Tribunal Constitucional dictamine sobre la idoneidad de la ley de amnistía y permita el regreso a España del expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont sin ninguna causa judicial pendiente.

Puigdemont ocupará la presidencia del partido en el congreso que su formación tiene previsto para el último fin de semana de este mes de octubre. Esto condenará a Junts a dejar vacante la cabecera de su grupo parlamentario en el Parlament, mientras que el día a día del partido quedará en manos, como hasta ahora, de Jordi Turull.

En Junts nadie se atreve a cuestionar en público la estrategia de Puigdemont, consistente en congelar el tiempo hasta que Conde–Pumpido, siguiendo los designios de Pedro Sánchez, le conceda la impunidad que permita su regreso. No obstante, en cuanto se alejan de los micrófonos, muchos dirigentes muestran su preocupación por que Junts no tenga ni un liderazgo real y efectivo ni visibilidad durante un año, o año y medio.

«Una eternidad»

No son pocos los diputados en el Parlament y alcaldes post convergentes que creen que esperar a finales de 2025 o inicios de 2026 para que Puigdemont sea un líder real, visible y presente es un plazo de tiempo muy largo. «Más de un año sin que Salvador Illa tenga a nadie enfrente es una eternidad» afirman.

Otros dirigentes de Junts van más allá y ven difícil que Puigdemont sea un dirigente válido para la actual etapa política post-procés que vive Cataluña, en la que Illa está poniendo encima de la mesa temas como la vivienda, los servicios públicos o la financiación.

Algunas fuentes recuerdan que Puigdemont afirmó que no ejercería de líder de la oposición para no minusvalorar la figura de expresidente que él encarna. En este estado de incertidumbre algunos cuadros de Junts creen que «sería un error no tener un liderazgo claro durante más de un año para luego abrir una crisis al estilo de ERC sobre quién debe ser el futuro líder del partido».

Prisa por la amnistía

Puigdemont tiene prisa en que se aplique la amnistía, y por eso permitió a su grupo en el Parlament que votará este jueves la resolución de los Comunes criticando la lentitud de la acción de la justicia e insistiendo en la consabida teoría del lawfare.

Este viernes, Ómnium Cultural se sumaba a la posición de Junts y presentaba un escrito ante el Comité de derechos humanos de la ONU pidiendo amparo para que la amnistía se aplique con celeridad. Según la organización presidida por Xavier Antich, «hay una estrategia judicial paralizadora y dilatoria para perpetuar la represión política».

Este comité, con sede en Ginebra, ya ha sido utilizado infinidad de veces por el separatismo para conseguir posicionamientos a su favor. La estrategia del independentismo ante este Comité se basa en que infinidad de asociaciones presenten el mismo tipo de escritos y pidan audiencia para exponer «su caso» ante los miembros de este comité de carácter deliberativo.

Según Ómnium, actualmente hay 1.610 personas amnistiables, de los que 726 tienen causas penales y 844, sanciones administrativas. La principal organización separatista mantiene que hasta ahora se han concedido 92 amnistías y se han denegado 57.

La justicia se defiende

En la inauguración del año judicial, este viernes, el presidente del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña, Jesús María Barrientos, negó las acusaciones de parcialidad de la magistratura, y dijo que no se moverán de su posición «a pesar de les presiones». «Que pierdan toda esperanza los que utilizan la difamación para alinear una decisión judicial con sus intereses», insistió.

A pesar de la presión, Junts es consciente de que hay que revisar los planes de regreso inmediato de Puigdemont, que hizo en el momento de la aprobación de la ley de amnistía. Las 54 recusaciones y la infinidad de recursos planteados ante el TC dibujan un horizonte de entre 12 a 18 meses en los cuales Junts no tendrá todas las armas para confrontar con Salvador Illa.

Los socialistas no tienen prisa en que vuelva Puigdemont y tampoco tienen interés en que tenga mucha visibilidad. El consejero de presidencia, Albert Dalmau, ha descartado una reunión de Illa con Puigdemont en Bruselas, tema con el que se había especulado los últimos días. La excusa del consejero para esquivar el encuentro es que Puigdemont, a diferencia del resto de presidentes con los que Illa se ha reunido, es un político en activo. Días atrás desde el PSC se había dejado la puerta abierta a esta reunión.

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