Política
Rovira se despide de ERC desmontando el relato internacional del ‘procés’: «Ni nos esperan ni nos miran»
La aún secretaria general añora su «refugio» en Suiza y dispara contra Junqueras mientras el partido se desangra
Que ERC es un partido resquebrajado en dos no es noticia, pero cada día la fisura parece agrandarse. Este lunes, la aún secretaria general del partido, Marta Rovira, ahondó en la herida abierta con una conferencia que pretendía hacer balance de sus 13 años en la cúpula republicana, pero que derivó en una retahíla de críticas a su antiguo aliado Oriol Junqueras y una confesión pública de las verdades del barquero sobre el procés y el referéndum.
En la sede de ERC y frente a un auditorio compuesto por buena parte del sector ‘rovirista’ del partido –de Pere Aragonès a Carme Forcadell o Marta Vilalta, e incluso Ernest Maragall–, Rovira aseguró que la crisis del independentismo empezó el 2 de octubre de 2017, el día siguiente de la celebración del referéndum ilegal. «Me pregunto si no tener ningún acuerdo para el 2 de octubre de 2017 era un reflejo de la falta de compromiso y credibilidad política que algunos le daban al 1-O», dijo.
Rovira se desahógó tirando de épica para relatar cómo participó en el recuento de votos del 1-O «en una sala del Palau de la Generalitat», que burló «controles policiales» y que durmió en lugares «inhóspitos» para preparar la consulta. Toda una hazaña, a su juicio, que quedó truncada inmediatamente a continuación: «El entonces presidente de ERC [Junqueras] ahora nos acusa de tapar el 1-O durante las elecciones de 2017, cuando algunos se olvidaron esa misma noche», criticó, en referencia a su antiguo socio.
Hace unos días, el exconseller y «cerebro de Tsunami» Xavier Vendrell reveló que Junqueras huyó a refugiarse en Montserrat el día siguiente del referéndum: el lunes, Vendrell estaba entre el público escuchando a Rovira referirse a esta versión. «El 2-O a la deriva se ha alargado tantos años que hoy no tenemos mayoría independentista», lamentó la secretaria general de ERC.
Además, Rovira encontró tiempo para criticar uno de los dogmas independentistas: el «Europa ens mira», o «Europa nos mira». Desencantada y de vuelta de todo tras siete años de declive, Rovira reconoció que «a nivel internacional no somos una carpeta prioritaria», e insistió: «Ni nos esperan, ni nos miran».
Ginebra, su «refugio»
La dirigente también se refirió al ambiente viciado y a la crisis interna en ERC durante la campaña previa al congreso que los republicanos celebrarán el 30 de noviembre para elegir su nueva dirección, y a la que Junqueras se presenta como candidato a presidente. «Todo ciclo tiene un final. Oriol, este proyecto que comenzamos juntos aún estamos a tiempo de acabarlo juntos y no separados y divididos», suplicó Rovira.
Así, la dirigente de salida llamó a las candidaturas que se presentarán a liderar el partido «a comenzar a confrontar ideas y dejar de atacar a personas porque piensan diferente», y aseguró que para ella Ginebra –ciudad en la que ha pasado su «exilio» desde hace siete años, cuando huyó de la justicia española, y en la que se ha construido una nueva vida– es ahora un «refugio».
Rovira también pidió disculpas por la campaña de falsa bandera de los carteles contra los hermanos Maragall, señalando que fue un error y asegurando que «ERC ha parado las campañas de contraste definitivamente y será la nueva dirección quien deberá tomar decisiones». Negó estar al frente de una 'estructura B' del partido y aseguró que no ha tomado «ninguna decisión» al margen de las estructuras del partido.
Tolo Moya
Pocas horas después de la intervención de Rovira, el exdirector de comunicación de ERC Tolo Moya ha cargado contra ella y el resto de dirigentes republicanos por el informe interno que le señala a él como máximo responsable de los carteles. «Es una broma, un informe para taparse todos, quedar bien y que no salga nada», ha lamentado en una entrevista en RAC1 este martes.
Así, Moya ha acusado al exviceconseller y exvicesecretario de Comunicación de ERC, Sergi Sabrià, de crear la estructura paralela y ha afirmado que tanto Rovira como el exvicesecretario de comunicación, Marc Colomer, la conocían.