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Un trabajador de recogida de basuras, a 10 de mayo de 2023, en Barcelona, Cataluña (España). La vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, ha avanzado que se acometerán cambios legislativos para prohibir el trabajo al aire libre cuando haya alerta roja o naranja, decretada por la AEMET, por episodios de altas temperaturas, para prevenir riesgos laborales ante olas de calor.

David Zorrakino / Europa Press
10 MAYO 2023;TRABAJO;ECONOMÍA;CALOR;OLA DE CALOR;GOLPE DE CALOR;SOL;OBRA;CONSTRUCCIÓN;CATALUNYA
10/5/2023

Un trabajador de recogida de basuras en BarcelonaEuropa Press

Economía

Los ayuntamientos catalanes aprueban sus tasas de basura para 2025 con un incremento medio superior al 100 %

En algunos casos, el precio de la nueva tasa podría alcanzar los 300 euros

Con la excusa de una trasposición de una normativa europea, familias y pequeños negocios ven como una amenaza el incremento exponencial de la tasa de basura para el próximo año. Algunos municipios ya han empezado a aprobar las ordenanzas fiscales para 2025 y la subida puede llegar a superar el 150 %. El nuevo recibo suele pasarse al cobro por parte de los ayuntamientos durante el mes de abril.

La medida, además, pretende penalizar a los que generen más residuos. Los consistorios pretenden saber quién genera más basura mediante unos contenedores que exigirán la identificación del usuario. Eso supone un nuevo coste para los comercios, que trabajan con cartón, plástico y otros productos desechables.

La razón del incremento no solo está en las medidas ambientales marcadas por la UE, sino en que en muchos casos los ayuntamientos no repercuten el 100 % del coste en el recibo de la tasa. La cada vez más compleja normativa basada en economía circular ha llevado al uso de vehículos eléctricos para el servicio de recogida, inversiones en plantas de reciclaje y demás, y esto supone un incremento de los costes en el servicio de recogida y tratamiento de basuras que, ahora, acabará repercutiéndose de forma íntegra a los ciudadanos.

El llamado «basurazo» afecta tanto a propietarios como a aquellos inquilinos a los que se les repercuta los impuestos municipales o los estén pagando directamente. Algunos ayuntamientos catalanes, por ejemplo, Barcelona, hasta ahora incluían este servicio en otros tributos, pero la ley obliga a cobrar el servicio de recogida, transporte y tratamiento de basura en una tasa específica que refleje el coste del servicio.

En estos casos no solo estamos ante un incremento de coste para los usuarios, sino que, además, el mayor esfuerzo tributario no reportará ningún bien al municipio, dado que la implantación de un nuevo recibo tiene un coste que para una ciudad de 100.000 habitantes se calcula en 4,5 millones de euros.

Por municipios

Cataluña tiene municipios situados en la parte alta del ranking de tributación. Gerona, por ejemplo, es la segunda ciudad con la tasa de basuras más alta de España. Cada municipio tenía hasta ahora un sistema de cálculo de la tasa diferente y, en consecuencia, el coste del recibo es diferente en cada uno de los 900 ayuntamientos catalanes.

No obstante, el precio medio se situaba hasta ahora cerca de los 100 euros. En algunos casos en 2025 el precio podría alcanzar los 300 euros en función de cuan caro sea el servicio de recogida de basuras en el municipio.

La fiscalidad municipal es un coste importante para familias, autónomos y pequeños negocios. Un barcelonés paga de medio 978 euros de impuestos locales al año, mientras que un residente en Tarragona paga 917 euros anuales en tributos municipales. Uno gerundense, 901, y un ilerdense, 862.

De hecho, entre los diez municipios con mayor presión fiscal de España, cinco son catalanes: Reus —la ciudad con mayor presión fiscal local de España—, Gerona ocupa la segunda posición, Lleida está en tercer lugar, Tarragona en el cuarto y Granollers en noveno lugar.

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