Oriol Junqueras, en una imagen de archivoCedida

Política

Junqueras promete una «comisión de la verdad» para cauterizar la herida abierta por la crisis de los carteles

Pretenden que esté abierta a militantes de diversas sensibilidades y que no sea vista como un ejercicio de «revancha política»

La crisis de los carteles es la principal herida abierta en el costado de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), que afronta este 30 de noviembre un congreso en el que se dirimirá si el próximo presidente de la formación será un retornado Oriol Junqueras –cada día más perfilado como favorito– o el poco conocido candidato del sector afín a Marta Rovira, Xavier Godàs.

Sea uno u otro quien lleve las riendas del partido, tendrá que cerrar la polémica de los carteles que insultaban a los hermanos Maragall y que se colgaron durante los pasados comicios municipales. Se trata de un episodio que sacó a la luz la estructura B de ERC, dedicada a la guerra sucia electoral al margen de la oficialidad, y que se ha empleado tanto por junqueristas como por roviristas como arma arrojadiza contra el contrario.

Desde que se hizo pública la información, Junqueras ha negado tener nada que ver con esta trama paralela. Ha trasladado el relato de que mientras él estaba en prisión, Rovira cogió las riendas desde Suiza para hacer y deshacer, relegándolo. La actual cúpula del partido reprocha a Junqueras que quiera desvincularse, ya que –al fin y al cabo– él presidía el partido cuando todo esto ocurría.

Ahora, no obstante, Junqueras sube su apuesta, y promete –según adelanta El Periódico– crear una «comisión de la verdad» para aclarar quién ordenó colgar los carteles, quién sabía qué y de quién es la responsabilidad última de lo sucedido en esta y otras campañas B. Sería una comisión abierta a militantes de otros sectores, más allá de los cercanos a Junqueras, y que buscaría llevar a cabo un «ejercicio de rendimiento de cuentas transparente».

El objetivo de Militància Decidim –la candidatura de Junqueras– es que esta comisión no sea vista como una forma de «revancha política» ni un ejercicio de venganza contra sus oponentes dentro del seno del partido. Para ello, se busca que esta comisión no dependa directamente de la nueva ejecutiva y que sus miembros los elija el Consell Nacional del partido.