Policía Nacional y Guardia Civil creen que el «globo sonda» sobre puertos y aeropuertos prepara el terreno para el aterrizaje de los Mossos

Están expectantes y reconocen estar desorientados. Es lo que han explicado a El Debate representantes de asociaciones de la Guardia Civil y de la Policía Nacional, ante la noticia avanzada, y luego desmentida pro el ministerio del Interior, de que los Mossos se van a hacer cargo también de la seguridad en los puertos y aeropuertos de Cataluña. Una cesión que se iba a concretar en una reunión de la Junta de Seguridad de Cataluña, presidida por Salvador Illa, y que se tendría que celebrar antes de que acabara el año.

Cesión que finalmente se va a posponer por cuestiones políticas, y por la polvareda que ha levantado ya en el seno de ambos cuerpos policiales, la noticia que publicaba La Vanguardia. Lo cierto es que el Ministerio y la consejería emitían un comunicado conjunto en el que desmentían la información del rotativo sin mencionarle. En la nota se dejaba claro que «el Ministerio del Interior y el Departamento de Interior y Seguridad Pública de Cataluña niegan que exista un acuerdo para la cesión a los Mossos d’Esquadra de las competencias de protección de las personas y bienes y del mantenimiento del orden público en puertos y aeropuertos, que corresponden en la actualidad a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado». En el comunicado también «desmienten» que la «negociación sobre este asunto esté prevista en el orden del día de la próxima Junta de Seguridad de Cataluña».

Cesiones a los independentistas

Para los agentes consultados, esto es la táctica habitual, la de lanzar un globo sonda para ver cómo se recibe, y ante la reacción, se desmiente. Pero consideran que lo que están haciendo tanto el Ministerio, como la Consejería, no es otra cosa que ir preparando el terreno para que, efectivamente, la cesión sea un hecho.

Según han explicado a El Debate, son conscientes de que la Policía Nacional y la Guardia Civil en Cataluña son «moneda de cambio» para que el PSOE pueda seguir gobernando, pueda aprobar leyes como los Presupuestos Generales del Estado. Y para ello, para tener sus votos, apuntan, darán a cambio «lo que les pidan los partidos independentistas». En cualquier caso, ya apuntan a que esa cesión ya se ha hecho en el País Vasco, y la «lógica» indica que se va a hacer lo mismo en Cataluña.

«Ya no se esconden», nos dicen otros agentes, que recuerdan que sobre ellos pesa siempre la «espada de Damocles», porque constantemente salen noticias, ya no solo por el control de puertos y aeropuertos, sino por la Policía Marítima de los Mossos, que en silencio va ganando terreno a la Guardia Civil; o por los reiterados intentos por echar a la Policía Nacional de la Jefatura de Vía Laietana en Barcelona, para convertir el edificio en un espacio de memoria. «Vivir así con muestras familias es un sinvivir», nos resume uno de los agentes, ante esa sensación de incertidumbre.

Policía en el mar y el Seprona

Lo cierto es que en la anterior legislatura, con Pere Aragonès al frente de la Generalitat, el consejero de Interior, Joan Ignasi Elena, se marcó como grandes objetivos la policía marítima, y los puertos y aeropuertos, además de que la policía autonómica pudiera participar en bases de datos internacionales y en órganos de cooperación interpolicial. Sobre estas cuestiones hay avances importantes, así como en el arrinconamiento del Seprona. Y de facto, ya se han visto algunas actuaciones que apuntan a esta dirección.

Un ejemplo es el despliegue de la Policía Marítima de los Mossos, que sin tener competencias de Policía Judicial en el ámbito marítimo, cada vez cuenta con más agentes y más embarcaciones. Por este motivo, desde el JUCIL han exigido al Gobierno que «fije y deje claro» que esta competencia en este ámbito le corresponde «de manera exclusiva a la Guardia Civil». Al contrario, lamentan, desde esta asociación de la Benemérita, que la inacción del Gobierno permita a los Mossos, que solo tienen competencias para tareas de tipo administrativo, que «excluya a los guardias civiles en tareas vitales para los ciudadanos como el salvamento marítimo».

En este sentido, la portavoz del JUCIL en Cataluña, Milagros Cívico, ha estado denunciando que los guardias civiles del Servicio Marítimo no son informados en Cataluña por el servicio de emergencias, lo que dificulta las tareas de salvamento marítimo y pone en peligro las vidas de los posibles afectados por accidentes en estas aguas. «No estamos incluidos en el servicio de emergencias del teléfono 112, de manera que, en muchas ocasiones, cuando nos enteramos de una emergencia, llegamos tarde», ha precisado.

Y teniendo en cuenta estos movimientos de los Mossos en el mar, y la pasividad del Gobierno, Cívico teme que «vamos camino de que con el Servicio Marítimo de la Guardia Civil en Cataluña ocurra, poco a poco, lo que ha pasado con el Servicio de Protección a la Naturaleza (Seprona), que literalmente ha desaparecido». Pero no solo el Seprona. El Gobierno también ha ido cerrando algunas unidades de la Guardia Civil en Cataluña. Así, por ejemplo, se suprimió la unidad de desactivación de explosivos de Lérida y también del Grupo de Rescate Especial de Intervención en Montaña (Greim) de Puigcerdà (Gerona). Desde Interior se justificaba esta decisión por «necesidades organizativas» y «con la finalidad de actualizar su distribución territorial».

En incluso con relación al aeropuerto del Prat, los Mossos de Esquadra inauguraron una comisaría junto a la Terminal 2 para incrementar su capacidad de respuesta. Allí se sitúa el Área Regional de Seguridad Aeroportuaria, agentes de los ARRO y la Unidad Técnica de seguridad Aérea, a los que habría que sumar efectivos del TEDAX y de la Unidad Canina. Estas instalaciones acogen, actualmente, a unos 300 agentes de los Mossos.