Varias personas pasean por Barcelona, en una imagen de archivoEuropa Press

Vivienda

El problema de los alquileres desorbitados en Barcelona se agrava por la falta de 25.000 viviendas

La carencia de nuevas viviendas supone un problema acuciante a corto plazo tanto para la capital catalana como para su área metropolitana

Barcelona tiene un problema, a corto plazo, por lo que respecta al tema de la vivienda. No se está construyendo obra nueva, y tampoco ha aumentado el mercado de alquiler. En el área metropolitana, además, la cosas no están mucho mejor. También allí el volumen de alquileres es muy bajo y, aunque hay terrenos urbanizables, no se está construyendo vivienda nueva.

Aunque es cierto que el alquiler y la venta de locales comerciales evolucionaron positivamente en los ocho primeros meses de 2024, no ocurre lo mismo con las viviendas. Los locales en venta tienen un coste medio de 1.838 euros el metro cuadrado, mientras que los de alquiler cuestan 14,73 euros el metro cuadrado. Si hablamos de vivienda, la media de alquiler está en los 1.600 euros al mes. A esto hay que añadir un déficit de alquiler, por falta de viviendas. Hay más demanda que oferta, lo que lleva a que los precios sean tan altos.

Posibles soluciones

Se debe tomar una solución en los próximos tiempos, para que no aumente el problema e implosione. Una de las soluciones puede estar en el replanteamiento de pisos ya existentes. Es decir, remodelarlos y darles una mayor funcionalidad, sobre todo en algunos pisos con desproporcionados metros cuadrados y de alquileres antiguos.

Dicho de otra manera, reducir los existentes en otros más pequeños. Barcelona no puede crecer más, y está sería una solución para ampliar el volumen inmobiliario. También se pueden transformar locales en viviendas, como ya ha ocurrido en algunos barrios de Barcelona y en algunos municipios del área metropolitana.

Otra solución está vinculada con los 36 municipios que forman el Área Metropolitana de Barcelona. Estos aún tienen terrenos urbanizables. Si Barcelona no puede crecer, a la mejor la gente debe considerar vivir fuera de ella, en estos municipios, que actualmente tienen una buena conexión con la ciudad. El problema es que este crecimiento, de producirse, significa mejorar la movilidad.

Dos jóvenes se protegen del sol en las Ramblas, en BarcelonaEuropa Press

Si se aumenta el volumen de viviendas, y con ello las familias que vayan allí a vivir, no solo se tendrá que facilitar un mejor transporte y una accesibilidad adecuada, sino que los ayuntamientos tendrán que aumentar sus servicios. Es decir, escuelas, centros de atención sanitaria, comercios y todas aquellas infraestructuras necesarias para la comodidad de los nuevos habitantes de esos municipios.

Desde hace años los ayuntamientos se han olvidado de construir viviendas de protección oficial, sobre todo después de la burbuja inmobiliaria. Esto ha provocado que no haya accesibilidad a viviendas públicas, mucho más baratas que las privadas. El tema es que las administraciones no tienen capacidad presupuestaria y necesitan a las empresas privadas para llevar a cabo estos proyectos. La realidad es que para muchas administraciones la construcción de viviendas no es un tema prioritario.

La intención del Ayuntamiento

El consistorio barcelonés, con el alcalde Jaume Collboni, quieren darle la vuelta al tema. Si en su momento Ada Colau prometió hacer toda una serie de viviendas de protección oficial, cosa que no cumplió, ahora Collboni quiere colgarse la medalla. La empresa Incasòl, administración de la Generalitat de Cataluña, tiene planificado dar en cesión suelo urbano para que se construyan 1.800 viviendas.

También hay un acuerdo con el Consorcio de la Zona Franca de construir 1.900 viviendas más. Esto es teórico. También Colau prometió vivienda y nunca se hizo. Es de esperar que las cosas hayan cambiado y que esto signifique un paso adelante, ante el grave problema que sufre Barcelona.

Sin embargo, los expertos calculan que hay una carencia de 25.000 viviendas. Esto significa que las administraciones tienen mucho trabajo por delante, y no solo el Ayuntamiento de Barcelona, sino también los municipios que forman parte del Área Metropolitana de Barcelona.