Historias de Barcelona
La DANA que inundó Barcelona hace 140 años y atrapó al autor de ‘La Sirenita’: «Todo eran gritos»
Hans Christian Andersen ejerció de narrador excepcional de una de las peores catástrofes vividas por la ciudad
«El agua tomaba más fuerza, bramaba como la corriente de una presa reventada, se elevaba en altas olas que rompían contra los balcones bajos de las casas». El 15 de septiembre de 1862, la ciudad de Barcelona sufría los efectos de una DANA tan devastadora como la que estos días ha azotado el Levante español, y así es cómo la describía el poeta y escritor danés Hans Christian Andersen en su libro Viaje por España.
Andersen –conocido por sus cuentos de hadas, como La Sirenita, El patito feo o La reina de las nieves– se encontraba en Barcelona haciendo turismo, y recogió su experiencia en un dietario de viaje en el que dejó constancia del terrible poder destructivo de la peor gota fría sufrida por la capital catalana en su historia, una desgracia que dejó casi mil muertos en la ciudad.
El poeta fue testigo de la tragedia en primera fila, desde su habitación del Hotel Oriente, donde aún a día de hoy hay una placa rememorando su presencia durante el desastre. «Todo eran gritos y carreras», escribía Andersen, y añadía: «Jamás había yo comprobado la magnitud del poder de las aguas, ¡era espantoso! Avanzaban ya por encima del estrado del paseo: la gente huía, clamaba, gritaba».
Las crónicas
Según leemos en las crónicas publicadas por los medios en aquel momento, La Rambla sufrió con especial intensidad la fuerza de las lluvias. «La fuerza [del agua] era tal que en la Rambla arrancó gran parte del asfalto de las aceras, y doblándolo cual si fuera de cartón, se lo fue llevando dejando fragmentos acá y acullá», recogía el Diario de Barcelona en su reportaje.
Según el portal La Rambla, dedicado a contar la historia de la vía más turística de la ciudad, la culpa del desastre no fue solo del tiempo, sino que jugó un papel determinante el derrumbe de las antiguas murallas medievales como parte del Plan Cerdá: hasta entonces, las viejas estructuras habían actuado como dique de contención de las aguas de la Riera de Malla, y sin ellas la Rambla estaba desprotegida ante un temporal de tal magnitud.