Ciudad
La receta de Barcelona para ser hoy una ciudad más silenciosa que hace cinco años
Los niveles de ruido en la ciudad han bajado entre un 5 % y un 6 %, según el Ayuntamiento
El ruido es una de las plagas que deben soportar los ciudadanos de una gran ciudad, como es el caso de Barcelona. Muchas son las protestas vecinales, y como respuesta el actual consistorio barcelonés ha desplegado una serie de planes específicos enfocados a la reducción de decibelios.
Según el Ayuntamiento de Barcelona, parte de su población se ve afectada por niveles de ruido superiores a los establecidos por la Ordenanza de Medio Ambiente para uso de residencia, con valores diurnos por encima de los 65 decibelios y nocturnos sobre los 55 decibelios.
La idea era reducir el ruido del tráfico rodado planificando las calles, dando prioridad al transporte público. Asimismo aplicando sanciones contra el incivismo, la gestión de usos de la vía pública y el control sobre actividades económicas, con el establecimiento de restricciones horarias o la mejora en la insonorización de locales. Así el Ayuntamiento de Barcelona ha distribuido once sonómetros en varios puntos calientes de la ciudad. Con ello pretendían controlar la contaminación sonora de esos puntos de la ciudad.
Todas estas medidas han tenido unas consecuencias positivas. Según el Mapa Estratégico de Ruido, que comprende los años 2022 al 2027, Barcelona se ha convertido en una ciudad mucho más silenciosa que hace cinco años. Actualmente, tanto de día como de noche, el nivel de ruido en Barcelona, con respecto a los datos que se tiene de hace cinco años, han bajado entre un 5 % y un 6 %. El motivo es la pacificación de algunas calles y reducir la velocidad dentro de la ciudad.
El ruido mata
Con anterioridad a estos datos, más de la mitad de los barceloneses han vivido expuestos a niveles de decibelios más altos de los que considera perjudiciales la Organización Mundial de la Salud (OMS). Se calcula que el exceso de ruido mata, a través de cardiopatías isquémicas, a 30 barceloneses cada año.
Según el nuevo mapa, la caída del ruido en la ciudad es atribuible a las medidas tomadas durante los últimos años, como las pacificaciones y la reducción de la velocidad. El tráfico se mantiene como la fuente de ruido que más impacta en toda la ciudad, tanto de día como de noche, y su reducción ha sido la contribución más significativa a la mejora de los niveles globales.
El informe también destaca que, a pesar de la reducción general del ruido, todavía hay zonas concretas donde el ruido nocturno, especialmente aquel causado por el gran uso del espacio público, genera incomodidades. Si bien este tipo de ruido no es el predominante, sí ocupa un lugar destacado a la hora de medir el impacto en la calidad de vida nocturna. Los bares y las terrazas, a pesar de ser la alegría del barrio, también pueden convertirse en fuentes de ruido significativo, como aquellos vecinos que, antes de saberlo, empiezan a disfrutar de una copa a las 2 de la madrugada.
Las fuentes de ruido relacionadas con la industria y la infraestructura ferroviaria se han convertido en «residuales», con un impacto mucho menor sobre la ciudadanía. La teniente de alcaldía de Urbanismo, Transición Ecológica, Servicios Urbanos y Vivienda, Laia Bonet, ha explicado que el mapa confirma la idea de que se va por un «buen camino», aunque ha asegurado que hay que continuar trabajando para reducir las molestias y mejorar la salud de la ciudadanía.