Milicianos realizan el saludo revolucionario en 1936, en BarcelonaWikimedia

Historias de Barcelona

Ser masón era un salvoconducto para no ser asesinado en la Barcelona republicana de 1936

Un listado de 1871 nombres corría entre las patrullas de control para evitar ataques contra los hermanos de las diferentes logias

La masonería catalana fue clave para la creación de la CNT y ERC. Por ello en 1936 los que controlaban la vida social y política protegieron a sus hermanos de logia. ¿Cómo lo hicieron? Recopilaron listados en las diferentes logias y confeccionaron uno nuevo. Hicieron copias y se las dieron a las diferentes patrullas de control que actuaban en Barcelona.

Así, antes de detener a alguna persona, antes miraban si estaba o no en el listado. De estar, salvaba la vida. En este listado aparecen 1871 nombres. Además, tampoco eran perseguidos, a priori, miembros de los partidos que formaban parte del Frente Popular, aunque algunos acabaron asesinados. Por lo que respecta a los masones, tampoco se perseguía a la mujer e hijos, siempre y cuando vivieran en la misma casa. Lo que pasara fuera de ella se escapaba del control oficial.

En el listado aparecen personas de todas las profesiones, desde comerciantes a relojeros, pasando por abogados, electricistas, actores, escritores, mayordomos, contables, publicistas, peluqueros, médicos, periodistas, mecánicos… La verdad es que quien o quienes transcribieron los listados no vigilaban demasiado. En el original aparecen 2049 nombres que, una vez cotejados, se quedan en 1871 sin repeticiones.

La inmensa mayoría de los 1871 masones son anónimos. Personas normales y corrientes, como los demás, con la particularidad de ser masones. Eso suponía un salvoconducto en una época en la cual la vida valía muy poco, y en la que cientos de catalanes fueron asesinados por diferentes causas, en la tapia de un cementerio, en un descampado, en una cuneta, o en cualquier calle.

Eso sí, a un masón esto no le podía ocurrir, pues sus hermanos lo protegían y velaban para que no les pasara nada. Pues bien, de los 1871 masones del listado, solo 86 salen de ese anonimato y tenían un cierto reconocimiento social. Y son estos los que reseñaremos a continuación.

Militares y políticos

En orden alfabético encontramos al capitán de carabineros José del Álamo Troya; al directivo de la Liga Española de Fútbol Luis Aymaní Baudina; al periodista de Última Hora y L’Humanitat –ambos propiedad de ERC– José Aymaní Serra, y a los militares Enrique María Álvarez Samper o José Bardiza Sanz.

Entre los miembros de ERC que aparecen en el listado encontramos a Martí Barreda Maresta, Enric Canturri Ramonet, Joan Casanovas Maristany, Josep Dencás Puigdollers, Carles Martí Faced, Jaume Miravitlles Navarra, Mateo Ruíz o Porlan Félix Templado Martínez. Además, claro, del presidente de la Generalitat, Lluís Companys Jover, también presente en la lista.

Otros políticos en el listado son Joan Carnudella Barberá, de Estat Català; José Berenguer Cros, del Partido Radical Socialista; Emiliano Iglesias Ambrosio, del Partido Republicano Radical; Antonio Jiménez Jiménez, de Extrema Izquierda Republicana Federal; Juan Lamoneda Fernández, de la UGT; el sindicalista Pedro Martín Puente; Antoni Montanes Castany, del Partido Radical, o Joan Torres Picart, de Estat Català.

Artistas, juristas, periodistas

Tenemos, dentro del terreno artístico, a Luis Capdevila, autor del libreto de la zarzuela Cançó d’amor i de guerra y a Leopoldo Carona Carreras, autor de Canto nocturno en las trincheras, así como el pintor Pere Pruna Ocerans, el escritor José Navarrés Castabella, el compositor de pasodobles Vicente Martín Quirós, el fotoperiodista Agustí Centelles Ossó o el cantante Orestes Casagrande Cappellaci.

Dentro el mundo del Derecho, encontramos a Ramón Chorro Llopis, que se hizo famoso por ser fiscal en los falsos juicios que se celebraron en Barcelona; Enric Darnell Martín, José tomás Piera; o Mario Verdaguer Travesí, siendo sobrino del abogado y político Narcís Verdaguer Callís.

También hay militares. Recordemos que en aquella época era normal ser militar y masón. Entre ellos está Pedro Bruzo Valdés, José María Escassi Cebada, Emilio Escobar Udaondo, Ramon García Larrea, Vicente Guarnier Vivancos, José Guarnier vivancos; Arturo Mena Roig, Bartomeu Muntaner Cirici, Juan Valdés Martel, Franciso Laguna Serrano, Ignacio López Molina, Eduardo López Ochoa Portuondo, Marín Montagut Batlle, Sebastián Pozas Perea o Enrique Sacanell Lázaro.

Del mundo académico y periodístico, vemos a Rosendo Castells Vallespí, Antonio García Banús, Francesc Bergós Ribalta, Juan Gutiérrez Gili o Francisco Madrid. El listado también incluye el nombre de tres hermanos de ilustres personajes. Así, tenemos a Manuel Companys Jover, Francesc García Oliver y Carles Gerhard Ottanwaelder, hermano del compositor Robert Gerhard.

Cuatro personajes notables

Como curiosidad hablaremos de cuatro personajes que aparecen en el listado. El primero es Eduardo López Ochoa Portuondo, gobernador militar de Cataluña. A pesar de estar en este listado, murió asesinado en el hospital de Carabanchel (Madrid), decapitado, siendo su cabeza puesta en un palo primero y colocada entre las piernas abiertas en forma de compás, en un macabro ritual masónico.

El Profesor Asmara se llamaba en realidad Eduardo Anaya Mena. Era presidente de la Federación Espiritista Española. En el Congreso Espiritista Internacional de Barcelona, celebrado en 1934, fue escogido presidente de la Federación Espiritista Internacional. Fue encarcelado en el penal del Puerto de Santa María, una vez finalizada la guerra civil, bajo la acusación de ser «hombre libre y honrado», con el agravante de espiritista.

Emilio Sagi Liñán nació en Argentina el 25 de marzo de 1900 y murió en Barcelona el 25 de mayo de 1951. Futbolista, era conocido como Sagi-Barba, al ser hijo del barítono Emilio Sagi-Barba. A los 15 años José Samitier lo avaló para que entrara a jugar en el DC Barcelona. Estuvo en este equipo de 1916 a 1936.

Finalmente el listado incluye un nombre curioso: Gonzalo Suárez Navarro. Como hemos dicho anteriormente, quien confeccionó el listado no se ocupó demasiado de él y se dedicaron a picar nombres, sin importarles nada más. Pues bien, este es el caso de Suárez. Este militar murió en la Plaza de San Jaime de Barcelona, a manos de los Mossos d’Esquadra, el 6 de octubre de 1934.