Mesa de disección del anfiteatro anatómicoReal Academia de Medicina de Barcelona

Historias de Barcelona

En el centro de Barcelona se esconde un lujoso anfiteatro donde se aprendía a diseccionar cadáveres

El aula de anatomía del antiguo Hospital de la Santa Cruz y San Pablo puede visitarse aún hoy en día

El antiguo Hospital de la Santa Cruz y San Pablo, que actualmente alberga la Biblioteca de Cataluña y el Instituto de Estudios Catalanes, se fundó en 1401. Entonces, el Consell de Cent y el Capítulo de Barcelona decidieron reunir en un solo lugar los diversos hospitales de la ciudad, fundados entre los siglos XI y XIV, así como varios establecimientos dedicados a la caridad.

En concreto, se reunió el Hospital de la Ciudad, cerca de la Catedral; el de Marcus, en la calle Montcada; el Canonge Colom, en la calle Hospital, el dels Messells, o de los leprosos; el de San Lázaro o de Santa Margarita, en la plaza Padró; el Canonge Vilar; el Pere Desvilar; el de Santa Marta; el de Santa Eulalia del Campo, y el de los Peregrinos, o de Santa Ana.

El nuevo hospital estaba situado fuera de las murallas: el límite de la antigua Barcelona acababa en lo que hoy son las Ramblas. Con la ampliación de la ciudad y de sus murallas, toda la parte que queda a la derecha de esta calle –mirando al Tibidabo– y hasta el mercado de San Antonio quedó integrado, incluido el hospital. A su alrededor crecieron nuevos barrios, como el Raval o Sant Antoni.

El aula de anatomía

Construido el hospital, en el siglo XVI se decidió construir en el interior del recinto un aula de anatomía. El historiador del arte Frederic-Pau Verrié, en su Catálogo monumental de Barcelona, publicado en 1947, escribe:

A mediados del siglo XVll, junto a la nave de occidente del Hospital de la Santa Cruz, frente por frente con la Casa de la Convalescència y lindante con la calle del Carmen, levantábase un edificio de no grandes proporciones, conocido con el nombre de Aula de les Anatomies.

​Albergaba este edificio el Colegio de Medicina de Barcelona, fundado y establecido en aquel mismo sitio por el rey Martín el Humano en 1401 y 1403, reorganizado bajo el reinado de Alfonso el Magnánimo e incorporado al plan de disciplinas docentes de la Universidad o Studi General de Barcelona en 1565.

​La supresión por Felipe V de los estudios universitarios barceloneses en 1715 dio lugar poco después a la extinción del Colegio y consiguiente abandono del edificio, que por no ser, sin duda, obra arquitectónica de excelencia, caminó rápidamente hacia la ruina.

Aunque el Consell de Cent tomó la decisión de construir esta aula el 7 de octubre de 1638, en 1644 aún no habían empezado las obras. Como el consistorio barcelonés no tomaba la iniciativa, los administradores del hospital emprendieron las obras, pidiendo al consistorio 80 libras barcelonesas, que era el dinero necesario para finalizar la obra. Aunque el Consell de Cent votó afirmativamente para conceder ese dinero, no se hizo efectivo hasta 1659.

A partir de 1644 empezaron a formarse doctores en medicina «en el arte de la Anatomía». Se incrementaron estas como consecuencia de las plagas de peste que sufrió Barcelona. Con ellas se quería investigar por qué esta enfermedad era mortal. Como el aula no estaba finalizada, las autopsias se realizaban en el patio de la Convalecencia del Hospital. Allí se reunían para practicarlas y deliberar sobre los resultados.

Un anfiteatro de lujo

Una de las imágenes que impresionaron a los primeros visitantes, tanto médicos como estudiantes, fue el anfiteatro. Este fue construido por el carpintero Sebastián Catalá, al que se concedieron las obras el 3 de octubre de 1673. Se detalló no solo como debía ser el aula, sino también la mesa de anatomías. A saber: «Sobre una piedra de tres palmos de altura agujereada por el centro, como si de un tambor de columna se tratara, se asentaba una mesa de piedra de 10 palmos de largo, por 4 de anchura».

Sala anatómica, en la Real Academia de Medicina de CataluñaWikimedia

Esto equivalía a un poco más de 2 metros de largo por 80 centímetros de ancho. Además tenía que ser picada y agujereada «sobre un hierro con inversión que pueda girar la mesa con facilidad que convenga cuando se hacen las anatomías y cuando se lave la mesa». La mesa estaba perfectamente estudiada para que, en el momento de ser limpiada, el agua y los restos bajaran por el agujero central hacía la alcantarilla, que pasaba por debajo y conectaba con la general.

El carpintero tenía que construir, alrededor de la mesa, una especie de anillo. Alrededor de las paredes del recinto, unas gradas de madera, que serían tres, para que se sentasen los estudiantes, imitando a las ya existentes en el teatro nuevo de la Universidad Literaria y Estudio General de Barcelona.

La madera debía ser de pino blanqueado. El coste de esta obra de carpintería ascendió a 150 libras barcelonesas. Con aquella obra se pretendían dos cosas. La primera, llevar a cabo autopsias con la mejor higiene y, en segundo lugar, que los estudiantes pudieran aprender anatomía.

Hoy en día esta aula de anatomía se encuentra en la Real Academia de Medicina de Cataluña, en la calle del Carmen, número 47. El edificio, de estilo neoclásico y obra de Ventura Rodríguez, se conocía como Real Colegio de Cirugía de Barcelona de 1760 a 1843; luego Facultad de Ciencias Médicas de 1843 a 1906; y a partir de 1929 pasó a ser Real Academia de Medicina, inaugurada por el rey Alfonso XIII.

Por aquel lugar han pasado ilustres personalidades como Pere Virgili, Antonio de Gimbernat, Santiago Ramón y Cajal, Miguel Servet o Alexander Fleming. Hoy en día el aula está abierta a visitas: son los miércoles y los sábados, entre las 10.30, 11.30 y 12.30 horas.

Hay una visita especial, los sábados a partir de las 19.30 horas. Además de conocer la historia y los elementos arquitectónicos del edificio, también incluye un espectáculo de ilusionismo y uno de mentalismo, así como la degustación de una copa de cava.