Guardias de seguridad del metro de Barcelona, en la estación de Plaza CataluñaEuropa Press

Seguridad

Los vigilantes del metro de Barcelona, hartos de las agresiones: «De noche deberíamos ir en patrullas de seis»

ADN Sindical busca personarse como acusación popular en el caso del joven de 19 años que dejó tuerto a un vigilante esta semana

La brutal agresión por parte de un joven de 19 años a un vigilante del metro de Barcelona este fin de semana ha vuelto a traer a colación los problemas que los trabajadores del sector llevan años denunciando. La víctima —que ha perdido el ojo izquierdo y se encuentra aún ingresada en el hospital— trató de frenar una pelea desatada en un tren de la L4, y fue agredida por uno de ellos, vecino de Badalona y aficionado al boxeo, según Crónica Global.

«La familia del compañero [que ha perdido el ojo] ha decidido que no presentarán denuncia hasta que salga del hospital», explica a El Debate el director de seguridad y asesor general del sindicato mayoritario ADN Sindical Seguridad y Servicios de Cataluña, Sergio Sánchez, quien lamenta que el agresor se haya «ido de rositas»: a la espera de juicio, el joven detenido fue puesto en libertad poco después, con la condición de tener que presentarse cada 15 días en el juzgado.

El caso ha llevado a los representantes de los trabajadores del sector de la seguridad a alzar la voz. Desde CC. OO. se anunció una huelga indefinida, pero esta quedó suspendida este martes tras una reunión entre los representantes de la Generalitat y del sindicato, en la que acordaron un incremento salarial de 50 euros en febrero y marzo a cambio de dejar caer la convocatoria de parón.

«Se han vendido por un puñado de monedas», lamenta el portavoz de ADN Sindical, que asegura que su organización no está dispuesta a «que salga gratis agredir a un vigilante». Por ello, han anunciado ya su intención de personarse como acusación popular en el caso, que consideran un ejemplo de «haberse pasado por todos lados» la ley de prevención de riesgos laborales.

A este respecto, el líder del PP en el Ayuntamiento de Barcelona, Daniel Sirera, reclamaba este miércoles que el consistorio se presente como acusación particular en el caso, y lamentaba que el suburbano «no puede ser un chollo para los delincuentes y un peligro para los usuarios y el personal». Desde Vox también lamentaban la situación y aseguraban que «el PSC y sus socios son responsables de poner en riesgo la seguridad de los barceloneses».

Problemas enquistados

Más allá del caso concreto, para Sánchez este episodio pone de relieve una situación endémica, con una preocupante falta de personal en el metro y protocolos de actuación «obsoletos». «Necesitamos unos protocolos acordes, elaborados por técnicos expertos, y más efectivos reales», asegura, especialmente en horario nocturno: «Por la violencia que encontramos, por la noche deberíamos ir en patrullas de seis, o como mínimo cuatro», asegura.

También reclaman que se les equipe con «herramientas eficaces» como los sprays de gel, y que se revierta la «precariedad» en los salarios, que lleva a que el puesto de vigilante no sea percibido como atractivo. La semana pasada, ADN Sindical hizo público un informe de TMB según el cual en 2024 se dejaron sin cubrir 40.279 horas de servicio, lo que supondrían 22 puestos a jornada completa. «Con las horas extras que se están realizando más los descubiertos, solamente en Metro de Barcelona habría cabida para 50 puestos más de trabajo», añaden.

Sobre la falta de formación de los vigilantes, Sánchez recuerda la polémica en verano por el preacuerdo con la empresa Desokupa —que no se llegó a firmar— y asegura que han pedido ayuda «a todo el mundo, también a los Mossos», pero que no ha dado fruto. ¿Y sobre quiénes niegan que la seguridad en el metro sea un problema? «Que vengan conmigo una noche al metro y lo verán, porque desde el Parlament y el ático de según qué edificios todo se ve muy bien», invita.