Shawn Carney, presidente de 40 Días por la Vida, en Barcelona

Shawn Carney, presidente de 40 Días por la Vida, este viernes en BarcelonaG. Altarriba

Entrevista

Shawn Carney, fundador de 40 Días por la Vida: «Trump es el presidente más provida de la historia de los EE.UU.»

El actual presidente del movimiento de oración frente a los abortorios considera «vergonzosa» la persecución que sufren en España

40 Días por la Vida es una de las principales organizaciones provida del mundo: sus campañas, presentes en 64 países, se basan en vigilias pacíficas de oración y ayuno frente a los abortorios. «Desde el año 2004, se han salvado de ser abortados 25.308 bebés», celebran desde la entidad, que arrancó en Texas (EE.UU.) de la mano de jóvenes como Shawn Carney, hoy presidente de la entidad.

Carney se encuentra estos días en Barcelona, ya que 40 Días por la Vida celebra en la capital catalana su 8º Simposio Internacional para Voluntarios Líderes este fin de semana. Antes de empezar las jornadas, mientras van llegando los primeros participantes, el activista estadounidense —y padre de ocho hijos— atiende a El Debate para reflexionar sobre las fortalezas y retos del movimiento provida a nivel internacional.

¿Por qué han elegido Barcelona para este encuentro?

— ¡Porque ya no podía callar a los españoles que me pedían que viniera a su país! (Ríe) Los líderes y voluntarios españoles de 40 Días por la Vida son fantásticos.

40 Días por la Vida tiene su base en EE.UU. ¿La victoria de Trump cambia el panorama de la lucha provida?

— Yo espero que mejore mucho. Por sus declaraciones, Joe Biden fue el presidente más proabortista de la historia de los EE. UU., mientras que por sus acciones, Donald Trump ha sido el presidente más provida, de lejos. La bendición de los provida en los EE. UU., sin embargo, es que hemos tenido un gran movimiento de base, y ahora lo vemos extenderse por el mundo.

Del mismo modo que EE. UU. se convirtió en una superpotencia abortista, exportándolo a muchos países a través de nuestras corporaciones y de organizaciones como Planned Parenthood, aunque no lo quisieran, ahora el mundo también sigue nuestro movimiento provida, mucho más robusto.

Dice que es más robusto, ¿en qué sentido? ¿Cómo cree que ha cambiado, o está cambiando, la cultura en relación a la defensa de la vida?

— La generación Z es más provida, a su edad, que cualquier otra generación previa. Tiene sentido, por el avance científico y tecnológico: hoy todos tienen una foto de su propio ultrasonido. Y en EE. UU. tumbamos Roe v Wade y no se acabó el mundo. De hecho, ahora tenemos 26 estados libres de aborto, o que lo han limitado mucho. Hay otros que lo celebran y lo permiten hasta las 40 semanas, pero esto es insostenible, es como volver a tener estados esclavistas. Creo que con el tiempo se arreglará.

Voluntarios de 40 Días por la Vida frente al abortorio Eira, en Tarragona

Voluntarios de 40 Días por la Vida frente al abortorio Eira, en TarragonaCedida

EE. UU. tiene ahora un gobierno provida, ¿qué piensa del Gobierno de España —y el de Cataluña—, manifiestamente proabortistas y decididos a perseguir iniciativas como 40 Días por la Vida?

— Europa occidental se está convirtiendo en una vergüenza para la libertad de expresión. Lo que están haciendo España o Inglaterra es vergonzoso. España es un país con tradición católica, y es muy triste que el Estado se revuelva contra sus ciudadanos por defender algo de sentido común, que la vida empieza en la concepción. No puedes hacer esto y decir que apoyas la libertad de expresión.

Es más: nosotros hemos realizado campañas de 40 Días por la Vida en China, o en el centro de Moscú, y hemos tenido más libertad de expresión allí o en Berlín que en Londres. Seguro que algunos veteranos de la Segunda Guerra Mundial enterrados en Inglaterra están removiéndose en sus tumbas.

¿Cómo valora el estado actual de 40 Días por la Vida?

— Es genial. Empezamos en Texas y el mundo llamó a nuestra puerta: no hemos buscado ir a ningún país, han ido viniendo todos. Ya sabes cómo somos los estadounidenses, creemos que nuestro país es el único: por eso es una alegría ver que hemos llegado a 64 países. Es extremadamente importante mostrar que el aborto no tiene fronteras —el 96% de los países lo promueven—, pero el movimiento provida tampoco.

En España es habitual que a los voluntarios de 40 Días por la Vida les digan «¿y por qué no vais a rezar a la iglesia?».

— (Ríe) Para un americano es muy divertido escuchar esto en España, porque es como que salimos nosotros a evangelizar al mundo, ¡que es lo contrario de lo que ha ocurrido el resto de la historia! Desde luego, hemos de rezar en nuestras iglesias y nuestras casas, pero a veces hay que salir y ser el guardián de nuestro hermano. Igual que hacemos al enviar misioneros o al alimentar a los pobres, hay veces que hay que ir a los lugares y estar físicamente presente para salvar bebés.

Por último, ¿cuál es la relación de 40 Días por la Vida y la jerarquía de la Iglesia?

— Es fantástica. Esta misma mañana me reuní con vuestro cardenal [el arzobispo de Barcelona, Juan José Omella], y no pudo ser más amable, me dio un tour por la Catedral. 40 Días por la Vida recibió el respaldo del Papa Benedicto XVI, y también del Papa Francisco, que ha sido un gran apoyo para nosotros. Yo soy católico y la mayoría de nuestro equipo y voluntarios también, pero también tenemos muy buenas relaciones con el resto de denominaciones cristianas.

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