Muralla romana en Olérdola

Muralla romana en OlérdolaWikimedia

Rutas por Cataluña

Una ruta por los castillos de Mediona y Olérdola y sus misteriosas cuevas

Se trata de dos enclaves de la provincia de Barcelona ricos en historia y en leyendas

En una época en la que los castillos formaban parte del centro civil de muchos pueblos en Cataluña, alrededor de estos surgieron muchas leyendas vinculadas a sus propietarios. Así ocurrió con los castillos de Mediona y Olérdola (Barcelona), ambos ligados a historias con cuevas y hechizos.

El castillo de Mediona se asienta sobre el congosto de Mediona que surca el río de Bitlles, afluente del río Anoia: se trata de un lugar estratégico, no por la gran panorámica del territorio, sino por la proximidad al paso que conecta el Penedès con la comarca de l'Anoia. Aparece por primera vez datado en el año 1011, y está muy ligado al linaje de los Mediona.

Restos del castillo de Mediona

Restos del castillo de MedionaWikimedia

Durante el siglo XII, la señoría eminente del castillo pasó a los Cabrera; pero los Mediona conservaron la castellanía. En 1242 el castillo de Mediona pasó a los Cardona. La castellanía, en 1266 fue cedida a Bernat de Barberà y su descendencia, que la retuvo hasta el año 1616, cuando Enric de Barberà, clérigo, la vendió a Joan Ferrer, mercader. Los Ferrer fueron castellanos hasta el siglo XIX.

En 1616, Joan Ferrer contrajo matrimonio con Mariana Puigdengoles. Se instalaron en una vieja masía del siglo XII que, desde entonces, se conoce como La Freixeneda. Año tras año, los Ferrer han cuidado las viñas y olivos de sus fincas elaborando vinos, cavas, aceites y aguardientes que homenajean a esas tierras. Dieciocho generaciones después, los Ferrer siguen en La Freixeneda

Dentro del cercado fortificado se encuentra la iglesia del castillo, dedicada a Santa María; es de una nave con bóveda apuntada gótica y ábside poligonal, del siglo XIV. Se venera el Santo Cristo de Mediona. Fue incendiada en 1936 y reconstruida en 1940.

Actualmente, el castillo de Mediona ya ha perdido su esplendor de la época medieval, aunque todavía se conservan algunos restos, de diferentes épocas arquitectónicas. Los restos de la edificación medieval se pueden visitar por el módico precio de dos euros.

La leyenda del castillo

Cuenta la leyenda que una reina fue víctima de un hechizo que sólo se podía deshacer siguiendo un ritual muy particular. Cerca del castillo de Mediona había una cueva. En ella vivía la reina hechizada. Se decía que quien pudiera deshacer el encanto, en la medianoche de Navidad, heredaría la fortuna de la reina y se casaría con la hija del monarca.

El problema es que era muy complicado llegar hasta aquella cueva. Los que conseguían acercarse, huían temerosos de la oscuridad de la cueva. A día de hoy la leyenda sigue en vigor, pues nadie ha conseguido desencantar a la reina.

Con toda probabilidad la leyenda se refiere a la cueva del Bolet, en Sant Quintí de Mediona. El trazado de esta cueva, de grandes dimensiones, es laberíntico, sobre todo en la parte más profunda, con grandes bloques cársticos solidificados. En diferentes excavaciones arqueológicas se han encontrado restos prehistóricos, íberos, fenicios y romanos.

El castillo de Olérdola

Otro castillo con una leyenda vinculada a una cueva es el de Olérdola. En realidad, es un conjunto arqueológico y monumental. Se trata de un poblado situado en la montaña de San Miguel de Olérdola, cuyos orígenes se remontan miles de años atrás. Se conoce la presencia del hombre desde la edad del bronce hasta bien entrado el siglo XX.

Su posición hizo de Olèrdola un lugar ideal en tiempos de guerra y poco habitable durante los períodos de paz. Por eso, el lugar también ha conocido largas temporadas de abandono, aunque sus pobladores han dejado huella en el lugar. En Olèrdola encontramos un oppidum íbero, un poblado fortificado y amurallado. También una impresionante fortificación romana para controlar el territorio y, en especial, la vía de acceso hacia Tarraco.

Finalmente, el conjunto consta de una ciudad medieval, con iglesias prerrománicas y románicas —las de Sant Miquel y Santa María—, el castillo y varias tumbas antropomorfas excavadas en la roca. A principios del siglo XII, se inicia la decadencia de Olèrdola y el desplazamiento de la población a la llanura.

Iglesia en el conjunto monumental de Olérdola

Iglesia de Sant Miquel, en el conjunto monumental de OlérdolaL'Arboç Turístic

El conjunto monumental, abierto al público desde 1971, es hoy en día una de las sedes del Museo de Arqueología de Cataluña (MAC). Además, fue declarado Bien Cultural de Interés Nacional el 1931 y Bien de Interés Cultural (BIC), gracias a su relevancia histórica, monumental y patrimonial.

De este castillo se explica que tenía galerías subterráneas que llegaban a las playas del Garraf. Teniendo en cuenta que el pueblo más cercano dista 14 kilómetros, las galerías debían tener una considerable extensión. También se cuenta que Olérdola nunca pudo ser conquistada, pues siempre habían suministros y ayuda que llegaban a través de esas galerías.

Otra leyenda cuenta que dos jóvenes que se disputaron el amor de una chica, intentando llevarle una joya de las que se encontraban en estas cavernas, pero se encontraron con un terrible hechizo que transformó en piedra al más atrevido de los dos.

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