Vista panorámica de Llívia, con la iglesia de Mare de Déu dels Àngels en primer planoWikimedia

Historias de Cataluña

El pueblo español que se libró de ser francés por un tecnicismo y que nunca podrá tener murallas

La villa de Llívia está rodeada por sus cuatro costados de territorio francés, pero es española

La villa de Llívia, situada a cinco kilómetros de Puigcerdà, en el Pirineo, es el único municipio español por derecho en el Estado francés. Como tal, es un municipio más de la provincia de Gerona, con 12,84 kilómetros cuadrados y 1.428 habitantes. Está formado por tres núcleos urbanos –Cereja, Gorguja y Llívia– y cuenta con la farmacia más antigua de Europa, fundada en 1451.

Llívia limita con las comunas de Targasonne, Estavar, Saillagouse, Santa Leocadia, Bourg-Madame, Ur y Angoustrine-Villeneuve-des-Escaldes: todos ellos territorios franceses. ¿Cómo es que, a pesar de su situación geográfica, Llívia forma parte de España? Nos tenemos que remontar al 7 de noviembre de 1659, Luis de Haro y Guzmán, conde-duque de Olivares, y el cardenal Jules Raymond Mazarini, en nombre de España y Francia, pusieron fin a la Guerra de los Treinta Años en la isla de los Faisanes

En el Tratado de los Pirineos, Francia recibió el condado de Artois y una serie de plazas fuertes en Flandes, Henao y Luxemburgo, entre las que se encontraban Metz, Toul y Verdún. Los franceses devolvieron a España el Charolais -en el Franco Condado- y las conquistas de Italia. España recuperó Cadaqués, Castelló d’Empuries, Puigcerdà y Rosas.

La frontera con España se fijó siguiendo la barrera natural de los Pirineos, salvo Llívia y la Vall d’Arán. Este tratado quedó ratificado, el 12 de noviembre de 1560, con otro llamado Tratado de Llívia, firmado por Miguel de Salvá y de Vallgornera, marqués de Vilanart, por parte española, y el obispo de Orange por parte francesa.

En él se hacía una distribución, a favor de Francia, de lugares pertenecientes al Capcir y el Conflent, que pasaron a ser de pleno derecho francés. Es decir se acordó el paso a soberanía francesa de 33 pueblos y lugares del valle de Querol y el Capcir, quedando el enclave de Llívia bajo dominio español. De esta forma se fijó de un modo más preciso la división de La Cerdaña entre España y Francia.

¿Por qué Llívia se «libró»?

El cambio de soberanía no influyó a Llívia. Se ha dicho que fue un error, que por las prisas en firmar el acuerdo, y al no importar demasiado esa parte de territorio, los franceses firmaron sin discutir su dominio.

La realidad es otra que se ajusta más a lo que pasó: Llívia no era un pueblo, sino que tenía –y tiene– el título de villa, concedido por el Emperador Carlos I. Su categoría impedía que pasara a manos francesas. Estos estuvieron de acuerdo con una condición: la villa nunca podría ser fortificada.

Vista en el mapa de Llívia, rodeada por completo de territorio francésWikimedia

Cuando a finales del siglo XVIII llegó la noticia de que posiblemente Llívia pasaría a depender jurídicamente de Francia, sus habitantes enviaron una carta a José Moñino Rodondo, conde de Floridablanca, en la que hacían valer su españolidad. Aquel intento quedó en nada y Llívia continuó siendo española.

El tema se repitió en 1857, sin que se resolviera a favor de Francia, quedando en un nuevo rumor. Al respecto, en Historia del deslinde de la frontera hispano-francesa, Joan Capdevila escribe lo siguiente:

Podemos apreciar que tanto la posibilidad de ser incorporados a Francia como la presión realizada por sus vecinos siempre han alertado a los de Llívia. Durante el cordón sanitario francés de 1821 estos se quejaron de que los franceses habían aprovechado para mover mojones y usurpar tierras.

El 11 de junio de 1866 se firmó en Bayona otro tratado de límites entre España y Francia, desde el Valle de Andorra hasta el Mediterráneo. En los artículos 21, 22, 23, 25 se puede leer que los franceses continuaban prohibiendo que Llívia se fortificara militarmente, artículo 22, que los ganados de Llívia tienen libre paso a través del territorio de Angoustrine, con objeto de ir a los pastos de Carlit y regresar de ellos, artículo 23.

Los 21, 24 y 25 permitían el paso de los habitantes de Llívia por los caminos de la Mola, Creuheta, Estavar y Egat; y que los franceses continuarían continuará gozando de completa franquicia el uso libre de los caminos que cruzan el término enclavado de Llívia y el de Puigcerdà.

Como curiosidad hay que explicar que en 1910 el Papa Pío X concedió el título pontificio de «conde de Llívia» con carácter personal a Dolores de Venera, viuda de Josep de Sants de Gregorio. El rey Alfonso XIII visitó la villa en 1924, para inspeccionar las obras de la carretera internacional que la unía con España.