El arzobispo de París consagra el altar con aceite de origen españolEFE

Religión

Aceite español para consagrar el altar de Notre-Dame: de oliva virgen extra y hecho en Tarragona

Se trata del Aceite de Oliva Virgen Extra de Antara, de la cooperativa Coselva

La reapertura de la Catedral de Notre-Dame, en París, marcó un hito para la cristiandad en Europa: el templo gótico más famoso de Francia renacía de sus cenizas tras el devastador incendio que la destruyó hace cinco años. Este domingo tuvo lugar la consagración de su nuevo altar, una ceremonia no exenta de polémicas políticas pero en la que también hubo detalles notables, como el origen del aceite consagrado empleado por el arzobispo de París, Laurent Ulrich.

Según anunció la cooperativa Coselva, una empresa agrícola de La Selva del Camp (Tarragona), el óleo empleado por monseñor Ulrich en la ceremonia fue uno de los suyos. En concreto, el Aceite de Oliva Virgen Extra de Antara, un producto que contiene «el esfuerzo de mujeres y hombres campesinos que cuidan muy amorosamente del árbol y de la recolección de sus frutos» según explica al Diari de Tarragona la secretaria del Consejo Rector de Coselva, Núria Cochs.

Cochs destaca que el uso en la misa inaugural de la catedral francesa es todo un honor: «Nos llena de gozo haber estado presentes en este acto tan importante». Según destacaba Coselva en sus redes sociales, el aceite Antara lleva siendo usado desde 2008 para la unción de los enfermos en la archidiócesis parisina.

Según recoge el Diari de Tarragona, el vínculo de la cooperativa catalana con Notre-Dame se forjó hace dos décadas, cuando una feligresa parisina que veraneaba por la zona de La Selva del Camp quedó cautivada por el aceite de Siurana y quiso llevarlo a su diócesis de origen.

Unción con óleo

«Que el óleo santo que marcará el altar impregne de tu gracia y tu gozo a los fieles que vendrán aquí a la comunión con el misterio de Cristo», dijo monseñor Ulrich en la ceremonia. El altar de Notre-Dame recibió también una aspersión de agua bendita y una ofrenda de incienso, y en él se colocaron las reliquias de cinco santos vinculados a la Iglesia de París.

En la ceremonia participaron cerca de 170 obispos de Francia y del extranjero, junto con sacerdotes de todas las parroquias del distrito y de las iglesias orientales.