El candidato de Vox a presidir la Generalitat Valenciana, Carlos Flores JuberíasVOX

Elecciones 28-M  Carlos Flores, el catedrático candidato de Vox a la Generalitat Valenciana y ajeno al aparato del partido

Tras el fiasco en Andalucía, Abascal ha apostado por personas con experiencia fuera de la política y de reconocido prestigio para consolidar su implantación territorial

Las elecciones autonómicas de junio del año pasado en Andalucía marcaron un antes y un después para Vox. Es cierto que la formación de Santiago Abascal aumentó dos escaños en el parlamento regional, pasando de doce a catorce. Sin embargo, las expectativas que ellos mismos se habían impuesto hicieron que la noche electoral se digiriera con cierta amargura.

La previsión que Vox manejaba era la de conseguir en torno a veinte parlamentarios, muy lejos de los resultados obtenidos. Para colmo, el partido sacrificó a su portavoz en el Congreso de los Diputados, Macarena Olona, para designarle candidata a presidir la Junta.

La imagen que dio Vox poniendo a una ‘paracaidista’ no ayudó a cumplir con sus objetivos. Tampoco las actuaciones de esta en los dos debates que se hicieron entre los que se postulaban a San Telmo, donde se mostró perdida en muchos temas y atacando de frente a Juanma Moreno, con quien pretendía gobernar semanas después.

Esta cadena de fallos estratégicos y tácticos culminaron con la salida de Olona de Vox, escenificando una ruptura traumática con reproches y graves acusaciones que la organización notó de inmediato en las encuestas a nivel nacional.

Para intentar evitar el autosaboteador episodio andaluz, Santiago Abascal y su equipo de campaña han modificado notablemente su hoja de ruta de cara al 28 de mayo. Por ejemplo, en la Comunidad Valenciana el candidato a la presidencia de la Generalitat es el catedrático de Derecho Constitucional Carlos Flores Juberías.

Experiencia fuera de la política

Con esta elección, Abascal estaría reconociendo su error del 19-J. Ahora, la línea a seguir es escoger a presidenciables que no pertenezcan al aparato del partido y tengan, como Flores Juberías, una amplia y reconocida experiencia fuera de la política.

En este sentido, el candidato de Vox, además de la citada cátedra en la Universidad de Valencia, ha sido miembro de la Junta Electoral de la Comunidad Valenciana y hasta hace unas semanas formaba parte del Consejo Valenciano de Transparencia.

También es cónsul de Macedonia del Norte en la capital levantina y en el ámbito académico ha sido nombrado Doctor Honoris Causa por la Universidad de San Francisco de Sucre, en Bolivia, y por la de los Santos Cirilo y Metodio de Skopje, de Macedonia.

La actitud adoptada por Flores Juberías está siendo completamente distinta a la que tuvo Olona en la campaña andaluza. Así, es consciente de lo que reflejan todas las encuestas: o el tripartito de izquierdas renueva su mandato cuatro años más o la suma de Partido Popular y Vox sustituiría en el poder autonómico valenciano al PSPV-PSOE de Ximo Puig y a sus socios de Compromís y Unidas Podemos.

Con ese contexto sobre la mesa, el catedrático no está entrando en el cuerpo a cuerpo ni bajando ‘al barro’ contra el PP como sí hizo Olona con Moreno. Este aspecto no quita a que, a la par, haga valer la posición de Vox tras los comicios si los populares quieren regresar a la Generalitat. En este sentido, ya ha advertido que Vox apostará por el cambio, pero no a cambio de un cheque en blanco a Carlos Mazón.

Tanto Flores Juberías como otros dirigentes de la formación vienen declarando desde hace tiempo que su meta es reeditar el modelo de gobierno pactado en Castilla y León, donde ambos partidos forman parte de la misma coalición. Dicho con otras palabras, Vox pedirá -exigirá, más bien- tener varias consejerías y, según los resultados, la vicepresidencia regional.

De todas formas, las negociaciones para futuros pactos en la Comunidad Valenciana no irán por libre, sino que se enmarcarán dentro de un todo en el conjunto de España, donde las alianzas en autonomías y ayuntamientos se prevén tan necesarias como numerosas.

El candidato de Vox a presidir la Comunidad Valenciana, Carlos Flores Juberías, junto al Palacio de la GeneralitatVOX

Para demostrar perfil propio el candidato no está necesitando utilizar un tono en sus discursos bronco, incendiario ni de excesiva confrontación más allá de la evidente y sana rivalidad política.

Naturalmente, critica al PP. No hacerlo sería presentarse como una copia de los populares y ya se sabe que la gente suele optar por el original frente al imitador. Pero eso no le ha desviado del realismo, y de que el rival a batir no es otro que el tripartito, reconociendo que Carlos Mazón sería su «único socio», en palabras de la portavoz de Vox en las Cortes Valencianas, Ana Vega.

Fue el propio Flores Juberías quien, en una entrevista en El Debate a los pocos días de su designación, insistía en que iba a llevar a cabo una campaña alejada del «extremado nivel de radicalismo, de cainismo y de polarización que reina en la vida política valenciana en particular y española en general».

Igualmente, reclamaba y deseaba el tiempo que restaba para que abrieran las urnas transcurriera de una forma «calmada, pausada, sosegada» y en el que los candidatos tuvieran «la oportunidad de dialogar» entre ellos «y con los valencianos».

En términos demoscópicos, la gran mayoría de encuestas apuntan hacia un triunfo por la mínima del bloque de centro-derecha frente a la coalición de socialistas, nacionalistas y comunistas.

Según el estudio realizado por Target Point para El Debate, la unión de PP y Vox alcanzaría 51 escaños, uno por encima de la mayoría absoluta. De ser así, el tripartito sería historia tras ocho años de gobierno marcados por un fuerte adoctrinamiento hacia posiciones pancatalanistas, escándalos por doquier y un deterioro sin precedentes de la Sanidad pública.

De todos modos, el panorama electoral presenta un escenario de máxima igualdad en el que el baile de uno o dos diputados entre ambos bloques sería determinante para el futuro de la Comunidad Valenciana durante los próximos cuatro años. El cambio en Vox es un hecho. Ahora falta por saber si será suficiente para trasladarlo al conjunto de la región.