El presidente valenciano, Ximo Puig, con el expresidente catalán, Carles PuigdemontEFE

Comunidad Valenciana  El rodillo lingüístico: el PSOE calla ante las subvenciones a los catalanistas en la Comunidad Valenciana

Desde 2015, Ximo Puig ha destinado casi 10 millones de euros al independentismo en la región, mientras el Ayuntamiento de Valencia también ha regado con subvenciones a dedo a estas entidades

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el de la Generalitat Valenciana, Ximo Puig, son más parecidos de lo que tanto el uno como el otro quieren hacer ver. Aunque su intención es aparentar que son como el perro el gato, la verdad es que ambos confluyen en ser del puño y la rosa.

Entre otros aspectos, eso conlleva no dar explicaciones sobre asuntos capitales de la gestión. No porque no las haya, sino porque no conviene darlas porque el más mínimo gesto de transparencia dejaría ver un sinfín de vergüenzas que no convienen…y menos aún en campaña electoral.

En el caso de Sánchez, cuando se le pregunta si el cese de la ministra de Exteriores Arantxa González Laya obedeció a una orden directa de Marruecos, el jefe del Ejecutivo evade el tema como buenamente puede y se va por los cerros de Úbeda.

Puig, por su parte, actúa de la misma manera. Al igual que su jefe de filas, es incapaz de responder a preguntas de gran trascendencia aunque estas sean cerradas y baste con un simple sí o no. El tema consiste en despejar a córner y si con el presidente del Gobierno el banderín está en Marruecos, con el valenciano este se encuentra en el independentismo catalán. Dos temas capitales. Dos temas sin respuestas.

La estrategia del socialista, sobre todo en los últimos cuatro años para diferenciarse de los partidos a su izquierda, ha sido la de realzar su perfil institucional. Lo ha hecho desde la propia Generalitat, apropiándose de una de las frases del himno de la Comunidad como es 'tots a una veu' (todos a una voz).

Pero también ha aprovechado su cargo institucional para su lema partidista: nada mas y nada menos que 'El President'. Él y nadie antes ni después que él.

Ese afán por ser el más valencianista del lugar quizás esté presente para tapar las innumerables traiciones que tanto Puig como sus consejeros –bajo su connivencia– han consumado a la identidad valenciana.

Nueve millones de euros. Esa es la cantidad –mínima– que la Generalitat ha destinado durante las dos legislaturas que lleva en el poder a entidades independentistas catalanes en la Comunidad.

Con esos pingües ingresos, los secesionistas todavía a día de hoy siguen campando en la región metiendo en vena a la sociedad aspectos tan surrealistas como los 'Países Catalanes'. Ha llegado un punto, gracias al tripartito de izquierdas, en que lo hacen incluso con cierta soberbia, lo que los jóvenes llaman 'ir de sobrao'.

Flirteo independentista

La combinación de dinero de dinero y apoyo político ha derivado en que a lo largo de la Comunidad aún se sigan organizando los denominados 'aplecs' o quedadas separatistas en localidades como Alcoy.

El Debate se ha puesto en contacto con los responsables de Comunicación del PSPV-PSOE. Concretamente, se les ha pedido saber su versión sobre por qué desde organismos públicos valencianos se destinan millones de euros al catalanismo.

El mensaje fue enviado el jueves a mitad mañana y todavía, cuando se está escribiendo esta pieza, no ha habido respuesta a pesar de que sí se ha leído. Este hecho, por otra parte, viene siendo habitual, ya que cuando se le piden explicaciones al Ejecutivo autonómico o a los socialistas valencianos sobre su flirteo con los secesionistas, lo más habitual es que no contesten.

Frente a los nueve millones de euros del presupuesto y de los que goza el independentismo, fuentes del Partido Popular afirman que cuando lleguen a la Generalitat una de las primeras medidas que tomarán será la de aprobar «una ley de señas de identidad».

Ximo Puig, y Carlos Mazón conversan durante un evento.EFE

Según explican, esta permitirá «poner en valor y defender» lo que son los valencianos y no dudan en justificar su necesidad: «Ha llegado el momento de poner a nuestra tierra por delante de todo», insisten. Con ello, «no se darán subvenciones a los que no defienden» las «señas»: «Tenemos claro lo que somos y lo vamos a defender», continúan.

En la Comunidad Valenciana Ximo Puig no es el único dependiente del nacionalismo catalán. Este hecho también tiene su constante manifestación en el Ayuntamiento de Valencia, donde Joan Ribo y su vicealcaldesa socialista, Sandra Gómez, conviven encantados con las ideas separatistas.

Con la difunta Rita Barberá no había atisbo de catalanismo en la ciudad de Valencia. Hoy día este convive con las plagas de ratas, cucarachas y árboles sin podar. Aunque la suciedad y la falta de poda son unos dos los principales asuntos sobre los que más se quejan desde hace años los valencianos, los fondos municipales tienen el vicio de irse hacia otros menesteres.

En esta línea, no suelen irse dispersos de manera aleatoria ni equitativa. Más bien, tienen tendencia a apesebrarse en las cuentas bancarias del independentismo catalán. Ribó no suele rendir cuentas públicas sobre ello porque tiene la misma alergia a la transparencia que su número dos.

Este periódico se ha puso en contacto con la propia candidata Gómez para, literalmente, saber «cómo justifica el PSPV-PSOE que el Ayuntamiento haya subvencionado a entidades independentistas en la ciudad de Valencia que instalen sus postulados? ». Jamás, a día de hoy, hubo respuesta.

Ante el pasotismo de Gómez, El Debate envió la misma cuestión a su jefa de Prensa, que contestó con un «no sé de qué me hablas». Ante ese despeje a córner para evitar dar una respuesta concreta, se le contestó con el siguiente texto: «Entre otras, subvenciones a Escola Valenciana y Plataforma per la Llengua (autodenominada ONG del catalán y que espía a niños en los recreos para asegurarse de que hablan catalán)».

Aún así, no hubo contestación. Se le preguntó por entidades concretas, pero tampoco se supo nada. En opinión del candidato de Vox a la alcaldía de Valencia, Juanma Badenas, las ayudas al secesionismo por parte del PSPV-PSOE y Compromís son «una traición al pueblo valenciano» cuyo único objetivo es el de favorecer «la imposición y conquista de un territorio ajeno a la Comunidad Valenciana».

«El señor Junqueras y todos sus compadres son unos ladrones de identidades y de capital social. Para poder construir el capital social catalán tienen que robar el de Valencia y del resto de España. Por tanto, Cataluña ens roba capital social», zanja Badenas.