El presidente de la Generalitat, Ximo Puig, durante un discursoEFE

Radiografía del español en la Comunidad Valenciana

El Gobierno de Puig utiliza el valenciano como arma electoral para ganar votos

La inmersión lingüística en todos los sectores de la vida pública es uno de los mantras del tripartito que ha ido calando durante sus ocho años en el poder

Lo que pase en la Comunidad Valenciana en las elecciones del 28-M puede convertirse en el preludio de lo que acontezca en las generales de final de año. Son más de 3,6 millones de votos los que están en juego y los partidos políticos lo saben. ¿Para qué lado se declinará la balanza? ¿Se mantendrá la izquierda en el poder? ¿Volverá a sentarse en el trono la derecha, tras dos legislaturas con el Pacto del Botánico en él? Las apuestas no descartan que esto último ocurra y los nervios y las esperanzas están en ambos lados a flor de piel. A menos de un mes para la cita electoral cada uno refuerza sus mantras con tal de ganar adeptos o no perder votantes. Entre las del Gobierno de Ximo Puig, una de las bazas estrella es el uso político del valenciano. Sin olvidar que la lengua es un puente que une e integra, los del ala izquierda no escatiman en esfuerzos por meter con calzador el valenciano –o en muchos casos el catalán–, en todos los ámbitos de la vida. Con sus políticas pretenden que la sociedad valenciana sienta el deber moral de hablar exclusivamente en este idioma.

Cada día hay un titular que confirma esta situación. Sin ir muy lejos en el calendario, se pudo saber a mediados de abril que el Barça C.F. ofrecía descuentos de un 30 % en las entradas para un partido del Valencia C.F. a los socios de Plataforma per la Llengua, un ente creado para imponer el catalán y perseguir el castellano en las universidades y comercios que ha recibido ayudas económicas cuantiosas por parte de la Generalitat Valenciana y del Ayuntamiento de Valencia gobernado por el socialista Joan Ribó.

Un mes antes trascendió a la opinión pública que los profesores de un colegio público de la capital valenciana habían roto las autorizaciones de sus hijos de Primaria por la única razón de que estaban escritas en castellano. «Quien no quiera valenciano, que no venga a este colegio», se defendía el centro.

También es mencionable el hecho de que en las zonas de predominio castellanohablante cada vez se esfuercen más por evitarlo. No sorprende que Compromís de Teulada haya anunciado el fichaje de la alemana Philippine Nordmann Kant, radicada en el municipio, por defender el uso del valenciano en una entrevista en el canal À Punt o que bajo el lema '¡Reencontremos el valenciano en la escuela!' se produjese una marcha en Elche. Tampoco que la última ocurrencia del presidente de las Cortes Valencianas, Enric Morera, haya sido que se imponga una prueba de conocimientos de valenciano a todos los aspirantes a presidir la Generalitat.

No obstante, ocho años en el poder por parte de la coalición PSOE+Compromís+Podemos dan para mucho más. Esta es la situación que se vive en la Comunidad Valenciana en detrimento del castellano y siguiendo la hoja de ruta catalana.

Educación

El valenciano, una lengua que según el último informe del Instituto Nacional de Estadística sólo habla bien el 5,6 % de la población, ha colonizado el sector educativo público. La Consejería de Educación está gestionada por Compromís bajo la actual batuta de Raquel Tamarit y tanto profesores como estudiantes mantienen una lucha con la administración para poder escoger lengua con libertad. Pese a que la comunidad cuenta con una ley de plurilingüismo que dice que al menos el 25 % de las asignaturas han de darse en castellano, la realidad es bien distinta ya que la misma ley permite que sean los Consejos Escolares quienes elijan la lengua de cada asignatura y ahí la oferta castellana se reduce. Así, recientemente se han producido situaciones protesta, como la de los estudiantes de la Universidad de Castellón que han tenido que manifestarse para exigir las copias de los exámenes también en español.

Además están impuestos en un gran número de centros los programas experimentales en las edades más tempranas, haciendo que los niños de Infantil asistan a sus primeras clases impartidas solo en valenciano y con cero horas de español. «En Primaria, el español se destierra a las asignaturas con menos texto, como Matemáticas, y el vocabulario de asignaturas como Ciencias Sociales o

Naturales, se aprende solo en valenciano», señala un estudio de Hablamos Español. Sin hablar, además, del uso de esta lengua tanto en notificaciones a padres como en tutorías. «Cada vez hay más centros que se niegan a dar las comunicaciones en español», asegura la presidenta de Hablamos Español, Gloria Lago.

En la misma línea, uno de los requisitos para optar a ser funcionario de la Generalitat –al mismo nivel que el de disponer de la titulación en cuestión– es el de poseer el título de valenciano. Una premisa que se impone a los docentes nuevos pero también a los antiguos y que ha supuesto el despido de profesores que llevaban toda su vida impartiendo clases.

Comunicaciones y empresas

El tripartito ha recibido recientemente un varapalo por parte del Defensor del Pueblo quien, analizando la situación, ha instado a la Generalitat a cumplir con la obligación de utilizar el español en sus comunicaciones y no sólo el valenciano, ya que considera que se ha de preservar el derecho a «recibir respuesta en la misma lengua utilizada en aplicación del artículo 9 del Estatuto de Autonomía».

Pero la Generalitat, ajena a las críticas que recibe, aprobaba a finales del año pasado la reforma del Estatuto de los Consumidores a instancias de la Plataforma per la Llengua para poder imponer multas de hasta 3.000 euros a comercios y empresas que denieguen la atención en valenciano. Además, es conocida la persecución a la que se somete a los comercios que no rotulan en valenciano sus nombres o carteles, señalándolos con una pegatina crítica.

Por otra parte, asociaciones culturales como Lo Rat Penat, que usan la ortografía del valenciano y no del catalán, denuncian que desde 2015 no han recibido ninguna subvención por parte de la Generalitat como sí lo han obtenido otras plataformas procatalanistas como Acció Cultural, Escola Valenciana, El Micalet o Fundación Full.

Sanidad

En el entorno sanitario, la tendencia también vira a eliminar el castellano. Tanto es así que «en los centros de nueva construcción ya no existe en la cartelería ni en los rótulos», lamenta Lago. No obstante, todavía encuentras ambas lenguas en la mayoría de los centros de atención sanitaria y, en general, la atención de los médicos se ofrece en castellano.

Además, la imposición del valenciano como requisito para acceder a la administración sanitaria valenciana –como ya lo está en la Educación y la Función Pública– es un tema que sobrevuela las cabezas de todos. Un hecho que puede ocurrir si hay un tercer Botánico, según ha prometido en varias ocasiones la vicepresidenta primera del Gobierno, Aitana Mas (Compromís) y por el que ya ha habido quejas.