Yolanda Díaz y Joan Ribó, en uno de los últimos actos de la campaña de las elecciones del 28 de mayoEUROPA PRESS

Elecciones 28-M  Yolanda Díaz sigue en silencio pese al fracaso de la pirueta de apoyar a la vez a Podemos y Compromís

La líder de Sumar todavía no ha dado ninguna explicación sobre los resultados del 28-M, cuando apoyó a un Ribó que pierde la alcaldía y a UP a la Generalitat, pero que queda fuera de las Cortes Valencianas

Sin noticias de Yolanda Díaz. Tras más de 72 horas desde que se consumara el arrollador triunfo del Partido Popular el pasado 28 de mayo y la debacle de la izquierda, la vicepresidenta segunda del Gobierno no ha hecho una valoración personal de los resultados del domingo.

Durante la noche electoral no compareció públicamente para analizar el escrutinio y la nueva configuración de los ayuntamientos y doce comunidades autónomas. La única reflexión la hizo en su perfil de Twitter mediante dos menciones y ya una vez anunciado por Pedro Sánchez el adelanto electoral. En el primero de ellos, se limitaba a señalar: «El mensaje recibido anoche fue muy claro: hay que hacer las cosas de otra manera. Sin distracciones. Desde este mismo momento estamos trabajando para ganar el próximo 23 de julio. Asumo el reto».

Seguidamente, y en la misma plataforma, la titular de Trabajo seguía en modo campaña y deslizaba muy sucintamente cuáles van a ser los ejes políticos y retóricos en los 52 días que restan hasta que los colegios electorales vuelvan a abrir. Así, aseguró: «Este país tiene mucho futuro. Son tiempos de audacia. Tenemos un proyecto para seguir dando respuesta a los desafíos sociales, ecológicos y económicos de nuestro país. Frente a la España negra de Feijóo, salimos a ganar. La gente nos está esperando».

Es decir, al igual que el presidente del Gobierno, Díaz no hace la más mínima autocrítica y es la gente la que ha votado mal. Esta actitud de no dar la cara y escudarse en unos simples renglones en internet perfectamente diseñados por su equipo de Comunicación llama especialmente la intención en la Comunidad Valenciana.

Ribó dejará la alcaldía

Allí, la vicepresidenta no solo se implicó personalmente en la campaña del 28-M –eso lo han hecho los principales líderes nacionales–, sino que aportó una suerte de innovación ciertamente sorprendente. Como su proyecto político propio, Sumar, no gozaba –ni goza– de implantación territorial, lo que se le ocurrió a Díaz fue pedir el voto para dos partidos a la vez.

Esta pirueta sin precedentes le llevó a apoyar a Compromís para que su su candidato al Ayuntamiento de Valencia, Joan Ribó, lograse la reelección como alcalde. Lo curioso fue que en el mismo espacio y tiempo hizo lo propio con el aspirante de Unidas Podemos (UP) a la presidencia de la Generalitat, Héctor Illueca.

El resultado para ambos no pudo ser peor. En cuanto al nacionalista, no solo pasó de ser la primera fuerza en la capital levantina a ser con rotundidad la segunda, sino que además el 17 de junio dejará de ser alcalde para ceder el testigo a la popular María José Catalá.

Por otra parte, el respaldo explícito a Illueca tenía un motivo. Si los comunistas no alcanzaban en el conjunto de la región el 5 % de los votos, se quedarían sin representación en las Cortes Valencianas. Ante ese miedo, Díaz se volcó con el candidato, que tiene los días contados como vicepresidente segundo del Gobierno valenciano presidido por el socialista Ximo Puig.

Hasta el 22 de mayo se podían publicar encuestas y, aunque en el alambre, la práctica totalidad de sondeos situaban a la coalición comunista por encima del 5 % de los sufragios y, por ende, con serias opciones de obtener escaños en el parlamento regional. Sin embargo, los morados tan solo obtuvieron el 3,5 % y en la siguiente legislatura serán una fuerza extraparlamentaria al igual que Ciudadanos u otras residuales como el PACMA o Centro Democrático.

Ada Colau, Mónica García, Mónica Oltra, Yolanda Díaz y Fátima Hamed, en el evento que organizaron en ValenciaEFE

Por tanto, el efecto Yolanda Díaz que no pocos analistas auguraban y al que algunos partidos se aferraban brilló por su ausencia y resultó ser más artificial que real. El balance de la primera campaña electoral de la ministra de Trabajo no le deja demasiado optimismo: su candidato a la alcaldía de la tercera ciudad de España sufre una dura derrota y dejará el cargo, mientras que su apuesta para presidir la Generalitat Valenciana llegaba como vicepresidente segundo por ser clave para la formación del Ejecutivo y ahora ni siquiera tendrá escaño en las Cortes.

Por si fuera malo el precedente de la Comunidad, cabe recordar que en noviembre de 2021 Díaz presentó en Valencia el germen de lo que hoy ya es Sumar. A tal efecto, organizó un acto en el que le acompañaron Mónica Oltra, Mónica García y Ada Colau. Esa instantánea, al menos en términos municipales y autonómicos, es la historia de un fracaso: la primera está fuera de la política por, supuestamente encubrir los abusos sexuales de su marido a una menor de catorce años cuya tutela tenía encomendada, la madrileña ha visto cómo Isabel Díaz Ayuso conquistaba la mayoría absoluta y Colau está a un paso de salir de la alcaldía de Barcelona.

Este fracaso a Díaz le llega cuando el cronómetro para integrar a Unidas Podemos en Sumar sigue corriendo y tan solo les quedan ocho días para lograr concurrir juntos o no el 23 de julio. Mientras tanto, todo es silencio ante una situación que obliga a dar muchas explicaciones.