Ximo Puig (PSOE) y Aitana Mas (Compromís), en las Cortes Valencianas.ROBER SOLSONA/EP

Comunidad Valenciana  PSPV-PSOE y Compromís: dos partidos 'en funciones' a la espera de determinar sus liderazgos

Mientras los socialistas están inmersos en una partida de ajedrez con Ferraz sobre el sucesor de Puig, Compromís no duda en despellejarse y airear sus problemas internos ante la opinión pública

El 24 de julio, día posterior a la celebración de las elecciones generales, el Boletín Oficial del Estado (BOE) publicaba el cese del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y de sus ministros, pasando a estar en funciones hasta la conformación de un nuevo Ejecutivo. Esa circunstancia lo que hace es limitar notablemente la actuación de los dirigentes, impidiéndoles llevar a cabo políticas que puedan comprometer a sus sucesores. En otras palabras, poco más allá de lo indispensable para que el día a día transcurra con normalidad.

A ese achicamiento de las competencias se ha llegado según lo establecido en la ley. Sin embargo, hay contextos en los que parece que se esté instalado en él sin necesidad de un encaje legal, más bien por una deriva interna que aúne tensión, malos resultados y un futuro incierto. De estos casos, en la Comunidad Valenciana existen dos que, además, están de plena actualidad. Son los del PSPV-PSOE y Compromís. Ambas fuerzas se encuentran inmersas en un duro momento tras el batacazo electoral que supuso el 28 de mayo y están más pendientes de sus peleas intestinas que de su labor fiscalizadora de la acción de Gobierno.

Comenzando por los socialistas, la derrota en los comicios autonómicos supuso un auténtico varapalo para el partido en general y para su líder, Ximo Puig, en particular. Los cuarenta escaños que obtuvo el PP y los trece de Vox garantizaron desde la misma noche electoral que el centro-derecha, como así ha terminado ocurriendo, se haría con la presidencia de la Generalitat. Pero no solo eso. Habiendo sido durante dos legislaturas el jefe del Ejecutivo valenciano, los resultados empujaban a Puig a dar un paso atrás y dejar la primera línea política.

Maniobras para suceder a Puig

Él mismo así lo anunció dando un doble mensaje: no sería el portavoz en las Cortes Valencianas y, por tanto, tendría un papel secundario en el hemiciclo, a la vez que rechazó la idea de ser senador por designación autonómica. Ahora bien, ambas promesas a los pocos días fueron enmendadas por el propio Puig para sorpresa de propios y extraños. Así, se reservó el escaño destinado al líder de la oposición, dio la réplica a Carlos Mazón y la semana siguiente obtuvo el respaldo del parlamento autonómico para representarle en la Cámara Alta.

Este repentino cambio de postura desde las filas del PSPV-PSOE hay quienes lo relacionan con el próximo congreso de la federación socialista en el que se tendrá que decidir quién será su próximo secretario general. Aún no hay fecha fijada para ello. La previsión era celebrarlo en otoño, pero la complicada aritmética parlamentaria que dejó el 23-J y una hipotética repetición electoral la mantienen en el aire. Aún con todo, Puig ya ha empezado a maniobrar de cara a intentar que el nuevo líder de la formación sea de su cuerda, alguien fiel a lo que viene a llamarse el ximismo.

Cabe recordar que su relación con Pedro Sánchez está completamente rota a raíz de varios desencuentros en el último año. La concepción de traidor que el presidente del Gobierno tiene hacia su barón unida a la enorme pérdida de poder territorial le lleva a apostar por el secretario provincial del PSPV-PSOE en Valencia y alcalde de Mislata, Carlos Martínez Bielsa. Su candidatura aún no es oficial, pero ya recibió el respaldo de Ferraz, es decir, de Pedro Sánchez, en la elaboración de las listas para las elecciones generales, lo que a la par supuso un revés para Puig. También un serio aviso.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, con Ximo Puig y Sandra Gómez en un acto del PSOE en Valencia.EFE

Ante tan poco alentador panorama, Puig ha nombrado a la delegada del Gobierno en la Comunidad Valenciana, Pilar Bernabé, como número dos del partido a nivel regional. Lo hizo, eso sí, de forma «unilateral» según indican fuentes del entorno socialista y sin que en el orden del día de la reunión en que se hizo oficial la designación apareciese punto alguno relacionado con el cambio de la estructura orgánica.

El PSPV-PSOE, a rebufo de Mazón

Bernabé es una persona de la máxima confianza de Puig y, precisamente por eso, no son pocos los que creen que situarla al frente de sus nuevas responsabilidades en la formación es una manera más que clara de decirle a Sánchez que en el PSPV-PSOE todavía manda él, que va a ser Puig quien dirija el proceso sucesorio y, de paso, descafeinar la hipotética y dada por hecho candidatura de Bielsa.

Mientras tanto, los socialistas valencianos siguen yendo a rebufo de la agenda marcada por Carlos Mazón, que en sus primeros días como presidente de la Generalitat ya ha recibido el respaldo de los agentes sociales, ha anunciado la puesta en marcha de un estudio para derogar los impuestos de Sucesiones y Donaciones y ha comenzado las negociaciones para unir en avión Valencia y Nueva York.

El otro partido que parece estar ‘en funciones’ es Compromís. Salvo alguna declaración aislada, los focos se centran en los nacionalistas porque hace unos días evidenciaron en las Cortes que están al borde la ruptura. El cisma fue a cuenta de la elección de su senador por designación autonómica. Mientras Més, el partido de Joan Baldoví, propuso a Enric Morera –presidente del Parlamento entre 2015 y 2023–, Iniciativa, a quien pertenecen Mónica Oltra y su sucesora, Aitana Mas, optaba por Carles Mulet.

Las tiranteces entre dos de las tres familias de Compromís fue a más por momentos, llegando incluso Iniciativa a proponer a Mulet a la Mesa de las Cortes sin el conocimiento ni aprobación de los de Baldoví. Finalmente, Més impuso su criterio y Morera irá a la Cámara Alta. No obstante, el precio pagado es bastante alto, puesto que la formación de Oltra se ha salido de los órganos internos de la coalición y parece que, al menos de momento, todos los puentes están rotos.

Por tanto, se esperaba un verano en la política valenciana moderadamente tranquilo, con un nuevo Gobierno sin apenas agenda ejecutiva por las fechas de su toma de posesión y con dos partidos en la oposición guardando fuerzas, reflexionando sobre la estrategia a seguir en la recién estrenada legislatura. Pero no está siendo así. Mientras el PSPV-PSOE está inmerso en una partida de ajedrez con Ferraz para dirimir quién toma el relevo a Puig, Compromís no tiene el más mínimo reparo en despellejarse internamente y airearlo ante la opinión pública, con el agravante de que Baldoví no tiene asegurado su liderazgo. La sombra de Mónica Oltra es muy alargada.