La exvicepresidenta de la Generalitat Valenciana Mónica Oltra, junto a su sucesora, Aitana Mas, el día de su dimisiónEFE

Comunidad Valenciana  Iniciativa, el partido de Mónica Oltra, continúa su sangría con la fuga de más altos cargos y militantes

En los últimos días, figuras relevantes de la formación se han dado de baja criticando a la actual dirección por no avanzar en el proceso para constituirse como partido político y dejar de ser una coalición

La estructura interna de Compromís es más que compleja y a día de hoy es la causa de que esté viviendo su momento más delicado, llegando a incluso a ponerse en cuestión su supervivencia a corto plazo. El último movimiento al respecto fue con vistas a las elecciones generales del pasado 23 de julio, cuando los valencianos concurrieron a las urnas en coalición con Sumar, el proyecto de la vicepresidenta segunda del Gobierno en funciones, Yolanda Díaz. Este hecho no es baladí, ya que los nacionalistas pasaron de tener voz propia en el Congreso de los Diputados a compartir grupo parlamentario con casi una veintena de formaciones más.

Sin embargo, la situación todavía puede enredarse más si se tiene en cuenta que Compromís no tiene una organización de partido político en sí y que, a su vez, lo conforman tres organizaciones, Els Verds, Més e Iniciativa del Poble Valencià (IPV). Este último es el partido de la exvicepresidenta de la Generalitat Mónica Oltra –actualmente investigada por, supuestamente, encubrir los abusos sexuales que su marido cometió a una niña de 14 años cuya tutela tenía encomendada su Consejería– y es el protagonista de la última gran crisis nacionalista.

En los últimos días, la formación está sufriendo un goteo constante de dimisiones y bajas de afiliados, algo sin precedentes. Dos son los motivos de esta implosión. El primero de ellos se produjo a cuenta de la elaboración de las listas para los comicios del 23-J, continuó con la elección de cargos en las Cortes Valencianas para la presente legislatura y alcanzó su punto álgido con el nombre del senador por designación autonómica que le correspondía a Compromís. Mientras Iniciativa apostaba por Carles Mulet –que ya tenía escaño en la Cámara Alta–, Més hizo lo propio con Enric Morera, presidente del parlamento regional entre 2015 y 2023 y hacia quien se inclinó esta partida interna.

Una «federación de partidos»

La segunda razón del contexto de crisis por el que atraviesan los nacionalistas hace referencia a la organización interna con la que la formación debería contar. A día de hoy, el formato es el de una coalición y no son pocas las voces que reclaman que Compromís sea un partido político tal cual. Esta es la postura que con más ahínco defiende Més, la pata mayoritaria, y sobre la que en Iniciativa tienen más reticencias. Ese bloqueo es el que ha provocado el repentino y alarmante conjunto de dimisiones. La última en conocerse es de relieve, ya que se trata de Helena Ferrando, exsecretaria autonómica de Servicios Sociales.

En una carta dirigida a la cúpula de IPV, lamenta la gestión que tras la dimisión forzada de Oltra cuando resultó imputada están llevando a cabo Alberto Ibáñez –diputado en San Jerónimo– y la que fuera sucesora de la propia Oltra, Aitana Mas: «La dinámica de discusión en torno a la distribución partidaria de cargos en las instituciones donde estamos presentes, por mucho que se trate de disfrazar de divergencias programáticas o ideológicas, no es comprensible para la ciudadanía y puede acabar arruinando el crédito y prestigio que hasta ahora ha acumulado Compromís», denuncia Ferrando.

Su salida se une, entre otras, a la del exvicealcalde de Valencia, Sergi Campillo, que la pasada semana dio el paso y abandonó el partido. También vía carta, denunció la «dinámica de discusión interna, siempre aireada en el exterior» por parte de cargos de Compromís a la par que pedía «avanzar hacia una federación de partidos o estructura similar estable» y criticaba la acción de los dirigentes de IPV: «De nuevo, la dirección de Iniciativa ha propuesto y ha sido ratificado por la Mesa Nacional volver a abrir otro proceso interno por discutir por enésima ocasión lo que queremos ser en el futuro», subrayaba en la misiva.

Joan Baldoví y Aitana Mas, en el pleno que evidenció la ruptura de CompromísBiel Aliño / EFE

En su opinión, la ejecutoria de dichos mandatarios de la formación «ha resultado del todo decepcionante», por lo que aseguraba no sentirse «representado». «Esta dirección, o al menos gran parte de ella, no ha hecho ningún esfuerzo de integración. En realidad, ha hecho todos los esfuerzos en lo contrario», insistía Campillo. En el texto, reconocía que la decisión la ha tomado tras «un largo proceso de reflexión» en el que ha primado centrar sus «esfuerzos» y «anhelos» en el «trabajo conjunto en Compromís», donde ya ha solicitado que se le dé de alta como persona adherida una vez ya se ha desvinculado de Iniciativa.

Silencio en Compromís

Su compañera en el Ayuntamiento levantino Luisa Notario ha tomado la misma decisión de renunciar a sus responsabilidades orgánicas en la segunda 'familia' de mayor importancia de los nacionalistas después de una determinación «meditada y pensada». «Hay dinámicas que no nos gustan. Desde el congreso de 2022 hay un ambiente de confrontación y quiero dedicarme en cuerpo y alma a la ciudad de Valencia y a hacer oposición al Gobierno del PP y Vox, más hoy cuando entra la ultraderecha al Ejecutivo de Catalá», escribió el pasado viernes a los que ya son sus excompañeros.

Al igual que Ferrando y Campillo, Notario tiene claro quién es el culpable de una situación que, subraya, le habría podido «reconducir». «No hemos recibido ninguna llamada ni la dirección del partido se ha puesto en contacto con nosotros», criticó mientras ya alertaba que hasta ese día se habían dado de baja 15 personas y auguraba más salidas.

El Debate se ha puesto en contacto con Compromís para conocer de primera mano cuál es esa cifra a día de hoy y saber cuál es la postura de la coalición al respecto. Sin embargo, no ha obtenido respuesta alguna. Por tanto, tampoco se ha podido confirmar si es cierta la versión que apunta a que en el seno de Iniciativa el enfado con los dimisionarios es mayúsculo, ya que relacionan las bajas con forzar un acercamiento a Més y así asegurarse un cargo en el corto plazo, que tendría aún más peso si los nacionalistas finalmente se constituyesen como partido político.