La diputada de Compromís Águeda Micó (en el centro), en la manifestación catalanista del 9 de OctubreEuropa Press / Eduardo Manzana

Siete ejemplos de cómo la izquierda valenciana reniega de España mientras se somete al nacionalismo catalán

PSPV-PSOE y Compromís desprecian los símbolos e instituciones nacionales a la par que siguieron en la Generalitat la hoja de ruta separatista impulsando los «Países Catalanes»

El himno de la Comunidad Valenciana comienza con la estrofa «Para ofrendar nuevas glorias a España; todos a una voz; hermanos venid», una idea que se repite dos veces más a lo largo de la canción. Salvo por una minoría social y política muy localizada, esa idea estaba bien arraigada, pero desde 2015 sufre una fuerte regresión que el presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, se ha propuesto revertir. Como gran causa de ello está la importación del proyecto separatista catalán a la región de la mano del PSPV-PSOE, Compromís y Unidas Podemos.

Ese plan perfectamente orquestado las formaciones de izquierdas lo llevaron a cabo hasta prácticamente el último día que estuvieron en el poder a mediados del mes de julio y, en las formas, en diferentes direcciones. Si de ir en contra de España, sus símbolos e instituciones se trata, los primeros ataques habitualmente van contra quien ostenta la Jefatura del Estado, es decir, la Corona y el Rey Felipe VI. En ese terreno, Compromís ha sobresalido más.

A la vez que el Monarca daba su tradicional discurso de Navidad hace menos de un año, la organización nacionalista colgaba en sus perfiles de redes sociales un vídeo en el que aparecía una lechuga con ojos y una corona, así como el texto «dice lo mismo que el otro y le ha votado la misma gente». La intención política resulta evidente, pues la escenografía recreaba el palacio de la Zarzuela y se pusieron la bandera de España y la de la Unión Europea. Del mismo modo, el exalcalde de Valencia Joan Ribó modificó el Reglamento municipal de Honores y Distinciones para que el Rey no pueda recibir reconocimientos de la ciudad a propuesta del Ayuntamiento.

Puig calla ante los ataques de Aragonès

La unidad territorial fue uno de los caballos de batalla del tripartito durante sus dos legislaturas. Pero no para fortalecerla desde una óptica española, sino para fragmentarla y fomentar una única nación junto a Cataluña, Islas Baleares, la Comunidad Valenciana y zonas de Aragón y el sur de Francia bajo la mitológica denominación de «Países Catalanes». Mediante una política de subvenciones al anexionismo por valor de 13 millones de euros tan solo en la Generalitat y más de un millón dado por el Consistorio levantino, asociaciones catalanistas han visto cómo en la Comunidad tenían dinero y puertas abiertas para alimentar el germen de su quimera nacional.

La última afrenta a la integridad territorial de España y la región se pudo ver en el Senado a colación del debate contra le ley de amnistía que está ultimando el presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez. En la Cámara Alta, el jefe del Ejecutivo catalán, Pere Aragonès, aseguró que Cataluña llega «hasta Guardamar» (del Segura), en la provincia de Alicante. Ante semejantes afirmaciones, hubo un llamativo silencio del PSPV-PSOE y en particular de su líder, un Ximo Puig que a última hora incluso rehusó tomar la palabra como estaba previsto, ni siquiera para defender el Estatuto de una autonomía con el que él gobernó ocho años y había sido directamente amenazado. Por el contrario, su sucesor, Mazón, no titubeó ni tardó en calificar la provocación de su homólogo como «una ensoñación, un dislate y un insulto».

Imagen del vídeo de Compromís en el que comparaba a Felipe VI con una lechugaCompromís

Los símbolos nacionales también han sido marginados por la izquierda valenciana mientras estaba en las principales instituciones. En este sentido, en los actos de socialistas y nacionalistas ver banderas de España es poco menos que un milagro. Como si la rojigualda estuviera vetada en estos mítines, las enseñas más llevadas son la Señera valenciana y otras preconstitucionales, como la republicana, o de colectivos sociales, como la LGTBI o de sindicatos.

Compromís, junto a Junqueras

No obstante, para buena parte de Compromís hay otra bandera fetiche, como es la estelada, es decir, la que utilizan los independentistas catalanes para reivindicar la ya explicada anexión. De hecho, algunos de sus cargos han posado orgullosos junto a este símbolo, de la misma manera que a otros muchos no se les nota incómodos en actos con esta clase de enseñas. Por ejemplo, el pasado 9 de Octubre, Día de la Comunidad Valenciana, se pudo ver a Águeda Micó, diputada en el Congreso por Compromís-Sumar, en una manifestación catalanista a la que también acudió el líder de Esquerra Republicana, Oriol Junqueras, que contraprogramó a la oficial celebrada por la festividad.

Concejales de Compromís celebran un éxito electoral con esteladesRedes sociales

Este desprecio también lo sufre el himno nacional. Ese mismo día, tras depositar la tradicional ofrenda floral a los pies de la estatua en honor al Rey Jaime I «El Conquistador», determinados dirigentes nacionalistas se negaron a aplaudir la canción, algo que sí hicieron segundos antes al acabar el cántico regional. De hecho, ni el PSPV-PSOE ni Compromís hacen sonar el himno de España al final de sus mítines y demás actos de partido, una muestra más de su postura ante los símbolos nacionales y lo que estos representan.

Consciente de todo lo descrito y para evitar que esa senda siga avanzando, Mazón se ha comprometido a aprobar una ley de Señas de Identidad con tal de «proteger y defender la cultura, la historia y las tradiciones valencianas», una circunstancia que también conlleva hacer lo propio con el Estatuto de Autonomía y la Constitución de 1978.