Ximo Puig, rodeado de un grupo de periodistas, el pasado 18 de diciembreRober Solsona / Europa Press

Comunidad Valenciana

El último año del Gobierno de Puig cerró el peor resultado presupuestario de los últimos seis ejercicios

El análisis de las Cuentas elaborado por la Sindicatura de Cuentas muestra cómo la Generalitat cerró el ejercicio de 2022 con un resultado presupuestario negativo de 3.382 millones de euros

La auditoría realizada por la Sindicatura de Cuentas indica que la Generalitat Valenciana cerró el año 2022, último ejercicio completo del anterior Consell, encabezado por el socialista Ximo Puig, con un resultado presupuestario negativo de 3.382 millones de euros, un 57,1 % superior al del año anterior y el peor de los últimos seis ejercicios.

Además, el Gobierno del Botánico aumentó de forma «significativa» la cuenta 413, conocida como «facturas en los cajones» porque corresponde a compras y gastos no recogidas en los Presupuestos. En concreto, esta partida creció en 555,7 millones, un 57,9 % más.

El fondo de maniobra, que refleja la capacidad de la administración de afrontar gastos a corto plazo, fue negativo por valor de 12.811 millones de euros, mientras que el remanente de tesorería (liquidez al cierre del ejercicio), fue igualmente negativo por importe de 4.998,6 millones de euros. Ambos indicadores empeoraron respecto a 2021, lo que evidencia las dificultades financieras y tensiones de liquidez para atender los vencimientos de deuda a corto plazo.

Según el órgano fiscalizador, y como recoge el Gobierno de la Generalitat Valenciana en un comunicado, el resultado de su auditoría muestra el «grave y creciente desequilibrio económico-financiero, patrimonial y presupuestario de la Administración de la Generalitat a 31 de diciembre de 2022, con una alta dependencia de los ingresos del endeudamiento», después del sostenido incremento del gasto llevado a cabo por el anterior Consell y por la insuficiencia de recursos del sistema de financiación autonómica.

El resultado económico-patrimonial del ejercicio se vio condicionado por el incremento de los gastos en un 3,2 %, un aumento que se suma a los de años anteriores, ya que desde 2017 no han parado de crecer. El informe destaca los aumentos del 7,3 % en 2020 y del 9,3 % en 2021 debidos a las medidas de lucha contra la pandemia. Además, en 2022 se invirtió la tendencia creciente de los ingresos reconocidos de los capítulos 1 a 8. Por primera vez desde 2017, los ingresos cayeron en un 2022 un 7,4% por la reducción de las transferencias extraordinarias para paliar los efectos de la pandemia.

Estimación de ingresos irreal

En este sentido, la Sindicatura de Cuentas recuerda que el anterior Consell decidió incluir en el Presupuesto de la Generalitat para 2022 una estimación de ingresos «no ajustadas a la realidad de su ejecución», al crear una transferencia a percibir del Estado de 1.000 millones de euros (fondo de transición a la nueva normalidad) que se sumó a la de 1.336 millones que habitualmente se incluía como partida «reivindicativa».

«El déficit de los derechos reconocidos respecto a las previsiones definitivas en las transferencias corrientes del Estado del sistema de financiación ha sido de 1.758,9 millones de euros. Esta inadecuada presupuestación aumenta el déficit presupuestario y el recurso al endeudamiento, en tanto que los ingresos no se obtienen y los gastos que se financian sí que se realizan», destaca el informe.

Al respecto, el Gobierno de Carlos Mazón destaca que cabe recordar que el déficit de la Generalitat en el último año del Botánico fue el más elevado de sus dos legislaturas en el Consell y se disparó hasta 3.860 millones de euros, equivalente al 3,1 % y superior al de todas las comunidades autónomas.

La auditoría de la Sindicatura de Cuentas ha dejado muy en entredicho la gestión económica del anterior Ejecutivo valenciano. Al menos la del último año completo. Entre otros, señala que, por ejemplo, en las condiciones especiales de ejecución en la mayoría de los expedientes revisados los criterios de adjudicación y las mejoras presentaban «incidencias importantes». Asimismo, apunta a que más de un tercio de los pagos de los gastos de funcionamiento estaban fuera de los Presupuestos o no tenían contrato.