Sánchez dinamita las primarias para suceder a Puig e impone a Morant tras llamar a filas a los candidatos

Carlos Fernández Bielsa y Alejandro Soler renuncian a liderar el PSPV-PSOE después de reunirse con Santos Cerdán y se integrarán en el equipo que diseñe la ministra de Ciencia

Fin al culebrón para la sucesión de Ximo Puig como líder del PSPV-PSOE. Horas después de que se formalizaran las precandidaturas para las primarias de los secretarios provinciales de Valencia y Alicante, Carlos Fernández Bielsa y Alejandro Soler, respectivamente, y la de la ministra de Ciencia, Innovación y Universidades, Diana Morant, el proceso ha dado un giro abrupto. Este se ha producido tras la reunión mantenida en la sede socialista de Ferraz entre el secretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán, y los tres aspirantes y de la que sale un Congreso Extraordinario a la búlgara a favor de la exalcaldesa de Gandía.

El verbo clave era elegir. Esa palabra es la que ha protagonizado la actualidad más inmediata en el socialismo valenciano y nacional. Pero los militantes, a los que durante meses se ha apelado a que expresaran libremente su voto para escoger a su nuevo secretario general, ya no podrán poner esa palabra en práctica después de que en la cita a cuatro bandas, la mano derecha del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, lograse que Bielsa y Soler renunciasen a sus planes.

Por tanto, con sus rivales fuera de la competición a cambio de ser integrados en futuro equipo directivo de la organización, será Morant la encargada de disputarle al 'popular' Carlos Mazón la presidencia de la Generalitat en 2027. Esto ha sido posible porque, con Sánchez a los mandos del PSOE, todo puede cambiar en cuestión de minutos y sentar en la misma mesa a los candidatos para ejercer presión sobre dos ellos ha sido el mejor ejemplo de la estrategia y la táctica 'sanchista'.

Del «respeto» de Cerdán a la injerencia

Según fuentes conocedoras de la cita, a ella en un principio únicamente estaban convocados los líderes provinciales, aunque al final se decidió que también acudiera la titular de Ciencia, Innovación y Universidades. Es conocido que Morant era la candidata elegida por el secretario general del PSOE para, a través de ella, controlar la acción y los destinos del PSPV y el hecho de que hubiera dos postulantes alternativos no sentó nada bien en Ferraz en general ni a Sánchez en particular. El paso adelante dado por Bielsa y Soler implicaba un notable cuestionamiento interno a un jefe de filas que en esta segunda etapa al frente de la organización en absoluto está acostumbrado a que no se haga lo que él dice. No lo ha podido tolerar.

Dicho con otras palabras, lo que el número dos del Partido Socialista ha querido testar de primera mano con la celebración de esta reunión a cuatro bandas, al igual que ya vino haciendo en días previos sin demasiado éxito, fue las posibilidades reales de que la de la ministra sea la única candidatura para hacerse con la filial autonómica y que las primeras no se lleguen a votar, algo que finalmente ha conseguido. Cabe recordar que la primera vuelta de las mismas estaba convocada para el 25 de febrero, mientras que si hubiese sido necesaria una segunda vuelta, ésta habría tenido lugar el domingo siguiente, 3 de marzo.

La ministra de Ciencia, Diana Morant, en la presentación de su candidatura para liderar el PSPV-PSOEEFE / Natxo Francés

Bajo apelaciones al diálogo, a la unidad y a no repetir «errores del pasado», el deseo último del presidente del Gobierno era que, más pronto que tarde, tanto Bielsa como Soler retirasen sus candidaturas y renunciasen a competir en las primarias. Esta postura intervencionista por parte de Ferraz choca frontalmente con otras palabras que el propio Cerdán pronunció el mismo día que apelaba a que se le diera voz a las afiliados. «Sabéis que podéis contar con el apoyo de la dirección federal y con la de este secretario de Organización, tenéis todo el apoyo», dijo antes de asegurar que la cúpula nacional de la formación «respetará» la decisión que las bases eligieran. De nuevo ese verbo tan temido en la sede del PSOE. De nuevo la hemeroteca.

Después de Illa, Morant

Con un Ejecutivo que vive permanentemente en el alambre como consecuencia de su múltiples pactos con nacionalistas e independentistas de toda clase y condición, el presidente lo último que se podía permitir era seguir sin tener el control del PSPV-PSOE, la segunda de España en número de militantes, más aún tras la turbulenta relación en los últimos dos años con Puig, que se volvió del todo díscolo. Eso solo pasaba por que Morant fuese su extensión en la Comunidad Valenciana. De hecho, diversos analistas ven la llegada de la exalcaldesa de Gandía al liderazgo del PSPV-PSOE como la segunda parte de lo que se hizo con el exresponsable de Sanidad Salvador Illa y a modo de spoiler de lo que le puede pasar con Isabel Rodríguez y Pilar Alegría.

No obstante, aunque no parecía que los rivales de Morant fuesen a dar su brazo a torcer fácilmente, al final han sucumbido. El contenido concreto de lo tratado en el cónclave no ha trascendido, pero todo parece indicar que la oferta que la mano derecha de Sánchez ha trasladado en forma de integración y responsabilidades orgánicas ha sido suficiente a cambio de deshacer el breve pero intenso camino que ya estaban andando. A la vista de cómo presentaron sus proyectos tanto Soler como Bielsa, mucho tendrán que explicar ahora a los afiliados a los que tanta mención hicieron sobre por qué se han plegado a los «dirigentes» que se suponía que no tenían que interferir en el futuro de su partido.

Por tanto, no ha sido necesario que Ferraz apurase tanto los tiempos como el Gobierno suele hacer en el Congreso de los Diputados, a veces sin éxito como lo vivido este martes. A colación, conviene recordar que Puig bromeó diciendo la mítica frase de que «París bien vale una misa», en alusión a su posible marcha a la capital francesa como embajador de España en la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), ya que ahora tener en el PSPV-PSOE a Morant como 'embajadora' y poder hacer y deshacer a su antojo bien les vale a Sánchez y Cerdán obligar a callar a las bases.