El síndico de Vox en las Cortes Valencianas, José María Llanos, tras su entrevista con El DebateVictoria Sir

Entrevista | Síndico de Vox en las Cortes valencianas

José María Llanos: «No negamos la violencia sobre la mujer, todo lo contrario, defendemos penas más duras»

El portavoz parlamentario de Vox en la Comunidad Valenciana valora el primer medio año del Gobierno de coalición con el PP, la situación interna de su partido, el debate ideológico en torno al género o la situación lingüística en las aulas de la región

josé María Llanos Pitarch nació hace 56 años en la ciudad del Turia. Especializado en Derecho Romano, lleva 34 dando clases como profesor titular en la Universidad de Valencia y está afiliado a Vox desde prácticamente el minuto uno. Parlamentario autonómico desde 2019, desde hace tres meses es la voz cantante de los de Santiago Abascal en las Cortes Valencianas. Sin elevar el tono, pero sin rehuir ninguna pregunta, el síndico de Vox repasa con El Debate en su despacho la situación del partido, la del Gobierno de coalición con el PP y algunos temas clave de la actualidad valenciana y española.

Lleva escasos dos meses como portavoz de Vox en las Cortes. ¿Cómo ha sido el aterrizaje en la Cámara con ese nuevo rol?

–La legislatura pasada ya fui portavoz adjunto, por lo que, de alguna manera, el papel de representar al grupo es muy parecido. Lo que pasa es que, siendo portavoz principal, como síndico, lógicamente la responsabilidad es mayor y es un honor. Se trata de seguir haciendo el trabajo que veníamos haciendo ya desde la legislatura pasada con el apoyo de la ciudadanía. Pero siempre teniendo en cuenta que no hablas por ti, personalmente, sino que hablas en representación de quienes te han votado y de unas ideas que hay que representar de la forma más clara, de la forma que llegue mejor a los valencianos. E intentando decir las cosas de la mejor manera posible, porque ya van a ser los demás los que le den la vuelta.

¿Por qué cree que la dirección nacional de Vox apostó por usted para sustituir a Ana vega?

–En Vox siempre se ha dicho, desde Santiago Abascal a cualquiera de nosotros, que todos somos necesarios, pero nadie es imprescindible y nadie tiene un puesto garantizado. Todos estamos al servicio de un mismo proyecto. Supongo que el comité nacional, el secretario general, Ignacio Garriga, y el presidente Abascal pensaron que ya había sido Ana Vega la portavoz en la primera legislatura y que en esta segunda convenía hacer un cambio. Se ha hablado de alas duras y de alas blandas, pero aquí todos defendemos lo mismo. Lo importante es Vox. Cada uno de los que estamos en el partido somos meros instrumentos al servicio de unas ideas.

Llanos, en su despacho, donde tiene un retrato del Rey y una foto con Iván Espinosa de los MonterosVictoria Sir

Vox fue fundado en diciembre de 2013 y usted entró en el partido en 2014, por lo que es uno de los militantes más veteranos que tiene. ¿Qué opinión le merecen las salidas de algunos de los primeros espadas a lo largo de los últimos tiempos?

–Yo creo que eso es normal y que pasa en todos los partidos y en todas las asociaciones, fundaciones, empresas u organismos. Lo que pasa, por una parte, es que quizás en Vox resuene más porque hay un interés de los de fuera en desprestigiar lo que viene a representar Vox en la política nacional y también en cada una de sus regiones. Y, por otra parte, está el hecho de que quizás algunos esperaban en Vox algo que no han conseguido. Es decir, no sacar adelante un mensaje, un proyecto común, un proyecto político, sino un proyecto personal. Quienes esperaban que iban a hacer un proyecto de carrera en Vox, evidentemente, se equivocaban. Se han dado cuenta de que no sirve para eso y, por tanto, se han apartado.

Según ha dicho esto último me ha venido a la cabeza inmediatamente Macarena Olona. ¿Se refiere a ella?

–No sé cuáles serían sus motivos concretos. Me refiero en general a todos los que se han ido marchando. En el caso de Macarena, todos hemos visto los tiempos. En su momento hizo una importantísima labor en el partido. También, luego, cuando fue cabeza de lista en Andalucía. Después, ella misma comunicó públicamente que dejaba la política por cuestiones de enfermedad. Al poco tiempo parece que eso no era tan grave y pedía volver. Yo entiendo que cuando uno se va de un sitio pues quizás no puede pedir luego volver a la primera línea. Las estrategias políticas se tienen que configurar con los que están. Quizás, en esos momentos Macarena no se vio suficientemente reconocida, cuando decidió volver y decidió marcharse. Yo, hasta ese momento, todo mi respeto. A partir de ahí, cuando intenta empezar un nuevo proyecto, además atacando al que fue su partido, pues lógicamente debo reconocer que me pareció un error.

Hace muchos años que Santiago Abascal ya decía que en Vox cabían monárquicos y republicanos, más liberales o más conservadores, pero eso no significa que haya distintos posicionamientos

Vox parece que sí tiene varias alas en torno a algunas cuestiones como la economía. ¿Hoy el partido es más liberal o más proteccionista?

–Se habla de que hay esas distintas vertientes, pero yo no creo que las haya. Hace muchos años que Santiago Abascal ya decía que en Vox cabían monárquicos y republicanos, más liberales o más conservadores, pero eso no significa que haya distintos posicionamientos. El mensaje no ha cambiado desde el decálogo que supuso el manifiesto fundacional de Vox del 2014. Luego, evidentemente, cada maestrillo tendrá su librillo. Y no habrá dos alas, sino las 70.000 de los afiliados. Cada uno tendría su programa personal al 100 %. Pero lo cierto es que nosotros estamos a favor de compaginar lo que es la aportación, digamos tuitiva, de las administraciones públicas con un fomento y una defensa de la iniciativa privada. Creemos en la libertad de mercado, en una economía abierta, no en una economía de lo que se llamaba en otros tiempos el capitalismo salvaje. Estamos en lo que todos llamamos el Estado del bienestar. Ya nos hemos acostumbrado a esa terminología, que es la colaboración público-privada, siempre sin tomar caminos radicales.

Usted lleva ya dos legislaturas en las Cortes, aunque esta es la primera en la que Vox está en el Gobierno autonómico. ¿Cómo cambia este hecho la posición del Grupo Parlamentario Vox dentro del Pleno?

–Pues la verdad es que es un poco ir escalando peldaños gracias al apoyo de los valencianos. Primero éramos extraparlamentarios. Ya conseguimos suficiente apoyo en la pasada legislatura para entrar en las instituciones y ahora estamos en un Gobierno de coalición. Lo cierto es que el cambio es notable. Ya era notable estar en la oposición, y más siendo Vox. Porque por más que presentes iniciativas y te dejes todo el esfuerzo en que se aprueben medidas buenas para la ciudadanía, en nuestro caso lo que ha ocurrido ha sido que hemos sufrido un rodillo totalitario por parte de los partidos de la izquierda que gobernaba por el pacto del Botánico. Con Podemos, Compromís y el PSOE no conseguíamos que saliera adelante ninguna iniciativa.

José María Llanos, durante la entrevista para este periódicoVictoria Sir

Por tanto, ahora no es hacer política contra un muro. Nuestra principal función era entonces que, ya que no conseguíamos sacar adelante nuestras propuestas, al menos la ciudadanía fuera consciente de que estábamos peleando en todo momento y de que íbamos a seguir así, sin cambiar el mensaje. Yo creo que eso ha sido reconocido por los valencianos y precisamente por eso ahora estamos en el Gobierno. Yo entiendo que hay gente de nuestros votantes que hoy están un poquito desesperados, podríamos decir, porque dicen «dijisteis que haríais esto o lo otro y no lo estáis haciendo». Que nos den tiempo, por una parte, y, por otra, que tengan en cuenta que no tenemos la mayoría absoluta, que estamos con unos socios. Hay unos pactos de gobierno de mínimos que vamos a exigir que se cumplan, pero todo nuestro programa solamente se podrá aplicar si tenemos la suficiente confianza de los valencianos.

–Ha pasado ya algo más de medio año desde que PP y Vox comenzaron a gobernar en coalición la Comunidad Valenciana. ¿Qué balance hace de estos primeros meses?

–Yo creo que es muy positivo. Ya le digo que igual en la calle a veces no se advierte tanto porque las medidas que se van adoptando no son de hoy para mañana muchas de ellas. Ya con la aprobación de los primeros Presupuestos para 2024 se ha hecho un gran esfuerzo por parte de los dos partidos. No ha habido ningún problema. Tanto el anteproyecto como el proyecto y luego la aprobación de los Presupuestos y la Ley de Medidas se aprobaron por unanimidad por parte de ambos. Incluso las enmiendas también las presentamos todas conjuntas, cosa que ni siquiera el Botánico había hecho en ningún momento.

El PP apoya la Agenda 2030 y el Pacto Verde y más cuestiones que nosotros creemos que son la ruina para para el campo español

Eso demuestra un magnífico entendimiento. De momento, no hay problemas. En algunas cuestiones no estamos de acuerdo, pero nos entendemos. Tomamos la decisión y estamos gobernando bien. Yo creo que los tres consellers, Justicia e Interior, Cultura, con la Vicepresidencia primera, y Agricultura, están demostrando que Vox lo está haciendo muy bien en este Gobierno de coalición. Algunos quisieran que se notara más, pero lo importante ya no es que se note la marca Vox, que a nosotros nos importa y mucho, sino que se note la marca cambio, alternativa, para la calle, para los ciudadanos.

En el último mes, sin embargo, se han visto algunas discrepancias entre ambas formaciones, como las surgidas a raíz de una campaña turística para el colectivo LGTB o la de un festival de la canción en Valencia que iba a apoyar la Vicepresidencia, con Vicente Barrera al frente, hasta que desde la Presidencia se le enmendó la plana y se dijo que no se apoyaría para no opacar al Benidorm Fest. ¿Debemos acostumbrarnos a que se produzcan estos episodios tras unos primeros meses en los que la sensación era de sintonía total entre ambas formaciones?

–Puntos de vista distintos los va a haber. Pero no se trata de que se acostumbren a la noticia, sino que eso no les afecte en su día a día. En lo que estamos es en levantar la economía, en crear un clima de futuro, de esperanza para los valencianos. Es cierto que somos dos partidos distintos y tenemos planteamientos distintos. Nosotros siempre hemos defendido en todo momento la igualdad que propone y que ampara el artículo 14 de la Constitución y no creemos en campañas de colectivización. Creemos que el turismo tiene que ser cuanto más mejor, pero no un turismo específico para unos o para otros, sino para todas las personas. Sin embargo, el PP, que es nuestro socio, entra más en el juego. No oculto nada. El PP apoya, por ejemplo, la Agenda 2030 y el Pacto Verde y más cuestiones que nosotros creemos que son la ruina para el campo español, para el sector primario. Se trata de intentar gobernar teniendo posicionamientos distintos en algunas cuestiones.

Usted hizo unas declaraciones el pasado junio en torno a la violencia contra las mujeres en el ámbito de pareja, a las que se refirió como «violencia intrafamiliar», en lugar de los habituales «machista» o «de género». Un término, por otro lado, que es el que emplea habitualmente su partido, pese al revuelo causado. ¿Se le vetó por ellas desde el PP para ocupar el cargo de consejero de Justicia o liderar alguna otra Consejería?

–No, en absoluto. Es más, nadie me llamó para proponerme esa Consejería antes. Y la cuestión de la terminología no es solo una cuestión terminológica para Vox. El PP en eso ha adoptado el lenguaje ideológico de la izquierda. Han apostado, desgraciadamente, por un constructivismo, por crear una artificiosidad en la sociedad que nosotros no podemos admitir. Nosotros creemos que si el género es una opción personal, sexual, pero no es una identidad biológica, no se puede hablar de violencia de género. Se puede hablar de violencia sobre la mujer, como se puede hablar sobre violencia sobre los niños, los mayores o los enfermos, pero no sobre el género.

El genero es un constructo de la izquierda que nos quieren imponer con un interés muy claro, quebrar la familia natural

Creemos que el genero es un constructo de la izquierda que nos quieren imponer, además, con un interés muy claro, quebrar la familia natural. Quebrar la relación padres-hijos para que todos seamos seres individualistas, para podernos controlar. Nosotros estamos luchando desde el primer día contra eso. No negamos la violencia sobre la mujer, todo lo contrario, defendemos penas más duras. Las víctimas, las mujeres, estarán más protegidas con Vox que con ningún otro partido. Pero lo que negamos es la construcción ideológica de la izquierda, que casi todos aceptan, menos Vox.

–Como jurista, ¿qué cree que pasará con Carles Puigdemont y con la amnistía a todos los implicados en en el procés separatista catalán? ¿Cree que todo aquello puede quedar en nada, más allá del tiempo que pasaron en la cárcel algunos de sus responsables antes de los indultos?

–Mi impresión, y con las últimas noticias, que nos dicen que las conversaciones entre el PSOE, entre el señor –Félix– Bolaños y compañía, y los de Junts son fluidas, es que, por desgracia, sí, que va a haber acuerdo. Nos van a someter nuevamente a todos los españoles, nos van a poner al pie de los caballos del independentismo y eso no supone reconciliación ni convivencia. Supone quebrar el sistema institucional, el sistema constitucional, generar una mayor discriminación entre los españoles, que pagaremos económicamente, social y moralmente. Esta cesión al chantaje de los separatistas lo pagará la unidad nacional y lo pagará nuestra imagen en el exterior. Un Gobierno débil es un Gobierno contra el que todo se puede hacer y nosotros estamos realmente preocupados por esa situación. Yo creo que lo van a hacer. Otra cosa es esperar que los jueces en España, y en Europa sobre todo, puedan parar este engendro.

¿Confía en que con la nueva ley de Educación valenciana se pueda revertir la discriminación lingüística al español en las aulas de la región?

–Hay dos cuestiones que afectan a los valencianos que tienen que ver con la lengua y que se les oculta. Por una parte, la imposición lingüística, tener que estudiar valenciano sí o sí. Y, por otra parte, el tipo de valenciano se está imponiendo. Respecto de la primera, efectivamente, ya se han dado algunos pasos con la Ley de Acompañamiento, con la Ley de medidas, con los Presupuestos, en el sentido de, por ejemplo, que las zonas castellanohablantes estén exentas de cursar asignaturas en valenciano, no de la asignatura de valenciano, porque, lógicamente, es riqueza cultural de alguna manera conocer la lengua autóctona, aparte del español, que es la de todos. Y luego se está preparando la modificación de la legislación a efectos de que no solo sean las zonas castellanohablantes, sino que se ejerza el derecho de todos los padres, recogido en el artículo 27.3 de la Constitución. Nos parece muy positivo y se están dando pasos firmes en esa cuestión. Se va a permitir que los padres puedan no solo elegir el centro, sino poder elegir la lengua vehicular con la que sus hijos se van a educar.

José María Llanos, en la puerta principal de las Cortes Valencianas, en ValenciaVictoria Sir

Luego está qué tipo de valenciano. Por desgracia, tanto por el apoyo de la izquierda como por el del PP de entonces, se blindó el de la Academia Valenciana de la Lengua en el Estatuto de Autonomía. Esta entidad está vendida a la unidad lingüística con el Institut d'Estudis Balears Catalans y nos están imponiendo un valenciano que no es el nuestro. Es un catalán normalizado, adaptado, pero no es valenciano. Se basan en las bases, que no son normas, del 32, de Castellón, que fueron unas bases provisionales que luego nos han impuesto a todos nosotros. Los valencianos tenemos una gramática multicelular, una gramática reconocida por la Real Academia de Cultura Valenciana. No existe una unidad lingüística con el catalán. Claro que se parecen, como todas las lenguas romances, pero tenemos una lengua propia que ya bebió incluso de la terminología y del hablar árabe en Valencia hasta el siglo decimotercero, que tiene su propia gramática. Esa es la que vamos a defender.

Pero Vox no olvida que hay que cumplir la ley. Podemos querer cambiar la ley, pero respetamos la que hay. Por tanto, oficialmente, tenemos que admitir este catalán normalizado, pero en la medida de nuestras posibilidades vamos a intentar, primero, que se convaliden los títulos de valenciano de verdad, los que aprueba la Real Academia de Cultura Valenciana, el que imparte Lo Rat Penat, y también la capacitación de los profesores del valenciano de verdad, como ocurrió hasta el 83, hasta que llegó el PSOE al poder a la Comunidad Valenciana.