El portavoz de Compromís en las Cortes Valencianas, Joan Baldoví, interviniendo en el Hemiciclo autonómicoCortes Valencianas / José Cuéllar

Compromís marca perfil propio y se desmarca de Sumar tras el fracaso de las europeas

Los nacionalistas valencianos continúan así el relato que iniciaron después de las elecciones gallegas

Como si se tratara de un milagro, las elecciones europeas del pasado domingo han conseguido algo que parecía hasta antes del 9-J poco menos que impensable, como es que Compromís vaya todo a una. Inimaginable. Inaudito. Bien es cierto, todo hay que decirlo, que ese ensalmo no es fruto del azar, sino que buena culpa de ello tiene la dimitida líder de Sumar y todavía vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz, cuya formación cosechó el enésimo batacazo en la cita comunitaria.

Más allá de facciones y 'familias' internas, los nacionalistas, al igual que hicieron tras las elecciones gallegas del 18 febrero, no han tardado en marcar distancias con sus socios. Si cabe, en esta ocasión con mayor crudeza y cerrando la puerta a una hipotética integración en el partido de la también ministra de Trabajo. De dejarlo claro se han encargado las tres principales caras de la coalición a nivel europeo, nacional y autonómico.

El primero de ellos es Vicent Marzà, que ha sido el último de los tres eurodiputados electos por Sumar. Al palo y gol, que dirían los futboleros. De hecho, el exconsejero valenciano de Educación, no ha dudado ni un momento en afirmar que la macrocoalición de Díaz ha pecado de lo que en su momento ya lo hizo Podemos por plantear un proyecto «desde dentro de la M-30».

«Así no suma»

«Lo que ha pasado refuerza nuestra posición, porque siempre hemos dicho que, si tiene sentido que haya una cooperación entre las diferentes fuerzas de izquierda transformadora en los países y territorios del Estado, debe ser de una forma en la que la fuerza prioritaria de cada territorio sea la que aporte y que coopere con el resto, no que haya un espacio que intente de alguna manera diluir al resto. Así no suma», dijo días atrás Marzà con cierta sorna con esa última palabra en una entrevista en un diario.

Esta posición, en términos políticos y estratégicos, lo que hace es separarse aún más de Sumar y que Compromís marque perfil propio ante una Yolanda Díaz a la que cada vez que se somete a las urnas le es equivalente a un suplicio. Algo que también comparte el portavoz nacionalista en las Cortes Valencianas, Joan Baldoví, quien enfatizó que su formación es un «proyecto autónomo» más allá de Sumar, a la par de que subrayó por activa y por pasiva una frase que ya se ha convertido en mantra: «No formamos parte de Sumar».

Vicent Marzà, analizando los resultados de las elecciones europeas del 9-JCompromís

El distanciamiento sobre quien hasta hace escasos meses era su gran aliada y apuesta política fue tal, que incluso la periodista que entrevistaba al síndico nacionalista le tuvo que interpelar con una frase más que clarividente: «Nos ha dado la sensación que usted hablaba de Yolanda Díaz casi como si la conociera de vista». Frente a ello, un Baldoví sorprendido no pudo más que balbucear e improvisar una defensa de la ministra cuando menos impostada.

Finalmente, el tercer gran rostro nacionalista, Àgueda Micó, que es portavoz adjunta de Sumar en el Congreso de los Diputados, no se ha quedado atrás, aseverando que su organización no formará «parte de ninguna reagrupación a nivel estatal de la izquierda española», dando así el enésimo portazo a la vicepresidenta en cuestión de horas desde la Comunidad Valenciana.

No solo eso, sino que la parlamentaria recalcó la «autonomía e independencia» de Compromís frente a Sumar, matizando que únicamente su lazo se reduce a «colaborar y cooperar desde la horizontalidad con otros proyectos políticos estatales» e instando a sus nuevos dirigentes a que decidan «cómo se quieren repensar y cómo quieren continuar ese trayecto».