José Félix Cirujeda, anciano que murió en Cullera en un contexto sospechosoEl Debate

Un párroco y una cuidadora, investigados por la muerte de un anciano en Cullera (Valencia)

La jueza ha impuesto medidas cautelares a ambos, incluyendo la retirada del pasaporte y la obligación de comparecer periódicamente en sede judicial

La Justicia investiga a un párroco y a una cuidadora de ancianos por la muerte de un nonagenario en la localidad valenciana de Cullera en circunstancias sospechosas. El Juzgado de Primera Instancia e Instrucción 1 de Sueca (Valencia) ha abierto una investigación para esclarecer la muerte del hombre, el año pasado y ha impuesto medidas cautelares al religioso y a la trabajadora. En concreto, la retirada del pasaporte y la obligación de comparecer periódicamente en sede judicial.

La investigación se centra en la muerte del anciano, que cambió su testamento a los 18 días de que la cuidadora investigada comenzara a trabajar para él, en julio de 2023. Mes y medio después, el hombre falleció por una insuficiencia respiratoria sin que se le llegara a hacer la autopsia, fue incinerado y dejó una vivienda para la mujer y 6.000 euros a la parroquia.

Fuentes del Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana (TSJCV) han confirmado de que el párroco y la mujer comparecieron ante la jueza este jueves citados como investigados por presuntos delitos de homicidio y extorsión ante la titular del juzgado.

La causa judicial se incoó a finales de 2023, meses después de que un sobrino del fallecido interpusiera una denuncia ante la Guardia Civil tras descubrir que la cuidadora de su tío figuraba como heredera universal de éste. El juzgado va a continuar practicando diligencias de investigación, como declaraciones de testigos, para el esclarecimiento de los hechos.

Por su parte, la defensa del sacerdote asegura a Europa Press que el párroco no tenía relación de amistad ni con la cuidadora ni con el anciano, a quien conocía desde dos años atrás porque acudía a la parroquia y que, con la evolución de la enfermedad que sufría, reclamaba la presencia del párroco para que le administrara los sacramentos.

Según asegura, no se le puede atribuir ninguna responsabilidad porque únicamente propuso a la mujer como «posible cuidadora» y, por tanto, queda en manos de la familia la relación que tuviera con ella. Asimismo, afirma que tuvo conocimiento de los 6.000 euros legados después del fallecimiento del anciano, cantidad que siempre rechazó y a la que sigue renunciando.

«Confiamos plenamente en su inocencia y negamos que se le pueda atribuir ningún tipo de responsabilidad, ya que su única actuación ha sido asistirle como sacerdote», señala la defensa, que ejerce el letrado Juan Molpeceres.