Diana Morant, en las Cortes ValencianasEuropa Press / Jorge Gil

Morant culmina sus primeros meses al frente del PSPV sumando líos internos y sin agenda para la región

El plan de la ministra de Ciencia no está consiguiendo sus objetivos, ya que el partido está en crisis en las tres provincias, su liderazgo no termina de cuajar y defiende a capa y espada a Sánchez sin entrar en las reivindicaciones regionales

Los días previos a que se inicien las vacaciones tanto de Navidad en diciembre como de verano a finales de julio los líderes políticos suelen hacer balance de su gestión al frente de las instituciones si son ellos quienes las gobiernan o, si se trata de la oposición, criticando al mandatario de turno. Lo mismo sucede con su labor al frente del partido que lideran, apuntando de paso, alguno de los objetivos que se marcarán unos y otros a la vuelta de los días de asueto.

En lo referente a la Comunidad Valenciana, la dirigente del PSPV-PSOE y también ministra de Ciencia, Innovación y Universidades, Diana Morant, está manteniendo un llamativo silencio en los últimos días que choca con la hiperactividad, institucional y de partido, que mantuvo en el primer semestre del año. 2024 la socialista lo empezó sin ostentar su actual puesto. Eso sí, estaba en las quinielas para suceder a un Ximo Puig derrotado en las urnas en favor de Carlos Mazón y abrasado en su relación política y personal con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.

En contra de Morant jugaban muchos más factores para liderar la federación valenciana, la segunda de los socialistas en España, que a favor. Por ejemplo, su nivel de popularidad era y continuaba siendo raquítico a pesar de ser ministra, su peso orgánico era más que discreto y llevaba tres años haciendo vida en Madrid. Sin embargo, su baza no era pequeña. Era la baza y era el propio Sánchez. Con eso le bastó para comandar el PSPV-PSOE, aunque su camino no estuvo libre de obstáculos.

Derrota ante Mazón en las europeas

Así, la ministra y su jefe de filas no dudaron en utilizar el aparato de Ferraz para forzar a que los líderes provinciales de Valencia y Alicante, Carlos Fernández Bielsa y Alejandro Soler, respectivamente, se retirasen de la carrera en las primarias a las que ya se habían presentado ambos para dejarle el camino libre a la apuesta personal del jefe del Ejecutivo. Ese hecho se consumó en una reunión en la sede de la formación no exenta de tensión.

Morant fue proclamada oficialmente líder de los socialistas valencianos a finales de marzo y su balance en estos cuatro meses no es que se pueda catalogar como triunfante o como para presumir. En términos electorales, el 9 de junio tuvo su primer enfrentamiento con Mazón, a quien le disputará la presidencia de la Generalitat, a cuenta de los comicios europeos. Su debut no pudo ser más amargo, ya que los 'populares' salieron victoriosos.

Morant y Pedro Sánchez, en el Congreso Extraordinario que erigió a la ministra como líder del PSPVRober Solsona / Europa Press

En lo referente a la cuestión interna, la situación es, quizás, peor, con un sinfín de líos orgánicos que afecta a las tres provincias. En Castellón, la etapa de la titular de Ciencia se inició con la dimisión en bloque de más de la mitad de la Ejecutiva del PSPV en la capital de La Plana. A esto hay que sumarle que en la localidad de Benicasim el que era su portavoz en el Ayuntamiento ha abandonado el grupo parlamentario, pasando al de los No Adscritos hace escasos días.

Respecto a Valencia, la disputa con Fernández Bielsa viene de lejos, por lo que apartarle de las primarias no fue un gesto propicio para la reconciliación. Además, su integración en la estructura del partido tampoco ha sido un proceso idílico, ya que el alcalde de Mislata y Morant han chocado por temas referentes a nombramientos, llegando incluso a que algunos hayan sido suspendidos provisionalmente.

En cuanto a Alicante, la que fuera consejera de Sanidad y portavoz del PSPV en las Cortes Valencianas con Ximo Puig, Ana Barceló, ha llegado a pedir la dimisión del secretario general local, Miguel Millana, y ha acusado al histórico dirigente provincial Ángel Franco, recuperado y aupado por Morant, de tener «secuestrado» el partido.

Por último, las propuestas de la ministra para la Comunidad, que tendrán que ir configurando su programa para presidir la Generalitat, escasean. Lejos de poner sobre la mesa una hoja de ruta para reformar el sistema de financiación autonómica, valorar el preacuerdo entre Sánchez y Esquerra Republicana de Catalunya, decir cuál es su plan sobre le trasvase Tajo-Segura o reivindicar las infraestructuras de las que carece la región, el discurso de Morant ha sido permanentemente el de defender a capa y espada todo lo adoptado por el presidente del Gobierno en base a los argumentarios del Palacio de la Moncloa.