Los pasajeros valencianos sufrirán el caos de los trenes a Chamartín hasta 2031 ante las evasivas de Puente
Desde el Ministerio de Transportes no aportan ninguna solución para paliar los retrasos que sufren los viajeros de la Comunidad Valenciana por las malas conexiones con la capital española
Una nueva avería en la estación madrileña de Chamartín durante el pasado martes provocó otro colapso en la línea de alta velocidad que conecta la capital española con la Comunidad Valenciana. En esta ocasión, una caída de la tensión ocasionó problemas en tres de las vías utilizadas por los AVE, Avlo, Iryo y Ouigo, que originó retrasos en más de una decena de trenes.
Este incidente se suma al largo listado de los últimos meses, donde las demoras han marcado la línea ferroviaria entre Madrid y la región. Los usuarios valencianos están cansados de este tipo de contratiempos en la línea de alta tensión desde que se desvió la conexión de la Comunidad con la estación principal de Atocha a la de Chamartín-Clara Campoamor en 2023, hace ya un año y ocho meses.
Uno de los sucesos más graves desde la sustitución de terminal tuvo lugar hace tan solo unas semanas, el pasado 5 de agosto, cuando uno de los convoyes se quedó parado durante horas sin electricidad. Es decir, no tenía ningún tipo de luz ni sistema de aire acondicionado, con temperaturas de hasta 40 grados en su interior. Los ocupantes tuvieron que romper las propias ventanillas del vehículo para que entrase aire de fuera y aliviar el ambiente.
Cabe recordar que la estación de Chamartín es la más alejada del centro de la capital, por lo que el trayecto suele durar entre 20 y 30 minutos más que si saliese desde Atocha y los pasajeros se ven obligados a coger Metro, Cercanías u otro medio de transporte para desplazarse una vez han llegado ya a Madrid. Es otra de las quejas que los usuarios suman a los retrasos y otros problemas que de por sí ya están ocasionando los cambios por las obras y que no parece que el Ministerio de Transportes vaya a solucionar a corto o medio plazo.
Las redes sociales son un claro reflejo de todo este malestar. Tras cada contratiempo ocasionado con la línea de alta velocidad, las plataformas, principalmente X, antes denominada Twitter, se convierten en un hervidero contra el titular del Ministerio, Óscar Puente.
¿Por qué se cambió de estación?
El 13 de septiembre de 2022 Adif estableció Madrid-Chamartín como la estación referente para la línea de alta velocidad entre la capital y Alicante y, posteriormente, el 23 de enero de 2023 fue la fecha definitiva del cambio también para la conexión con Valencia. Esta decisión, que ha acarreado problemas y retrasos durante estos casi dos años, fue tomada por el ministro Puente, debido a las obras de ampliación previstas en la estación principal madrileña.
La modificación de terminal ya fue polémica antes de su aprobación, cuando a principios del año 2022 se planteó el proyecto, que afectaría en primera instancia a la conexión con Alicante. Una medida que no contaba con el apoyo ni del alcalde de la ciudad de Alicante, Luis Barcala, ni de la Diputación provincial.
Tanto Barcala como Carlos Mazón, expresidente de la Diputación alicantina y ahora presidente de la Generalitat Valenciana, calificaron el proyecto de «auténtica aberración» y de «despropósito», respectivamente. También señalaron en su momento que era «una penalización que no tiene ningún sentido».
Mínimo 83 meses de obras
Las obras de remodelación por las que se autorizó el cambio de estación consisten en la construcción de un apeadero subterráneo con cuatro vías para que todos los trenes AVE puedan realizar su parada tanto en Atocha como en Chamartín, incluyendo los de Alicante, Valencia y también Murcia, que ahora solo pueden llegar a la segunda.
El mayor inconveniente de esta operación son los plazos, ya que la ejecución estaba planteada para que durara mínimo seis años y medio, según anunciaron al inicio del proyecto, por lo que, hasta 2028 los AVE entre la Comunidad Valenciana y la capital de España no volverían a parar en Atocha.
Con las modificaciones del proyecto y la aprobación de nuevas obras, este plazo que parece todavía lejano, se retrasa todavía más. Cuando la estación pasante esté terminada, los trenes de la conexión Alicante-Madrid y Valencia-Madrid tendrán posibilidad de realizar una doble parada en la capital, tanto en Atocha como en Chamartín, pero el plazo de ejecución delimitado para el desarrollo de esas obras supera los 83 meses de duración, según los requisitos contemplados en el pliego de condiciones por el que se licitó la contratación de sus obras. Esto se traduce en que no será del todo efectivo hasta el año 2031, nueve años después de que quedase interrumpida esa posibilidad.
Intento de volver a Atocha rechazado
De hecho, a finales del 2023 la Generalitat volvió a intentar mediar para recuperar Atocha como estación principal para conectar a la Comunidad Valenciana con Madrid debido a todos los problemas y quejas que estaba ocasionando esta medida, pero el Gobierno central volvió a rechazar esta propuesta formulada en diciembre por el Partido Popular en el Senado.
El representante alicantino en la Cámara Alta fue quien lanzó la cuestión, aportando un estudio de la Universidad de Alicante (UA), en el que se afirma que la modificación de la estación de referencia para los trenes de la línea Alicante-Madrid, «supone un perjuicio para los pasajeros que se desplazan fundamentalmente por negocios». El informe del centro académico, liderado por el profesor de Territorio y Medio Ambiente, Armando Ortuño, explica que con este nuevo diseño «los viajeros quedan alejados del centro de negocios de la capital, situado principalmente en el entorno de la Puerta del Sol, donde se concentra buena parte de esa actividad económica, política y también turística».
Así pues, por parte del Ministerio de Transportes no parece que vaya a haber ninguna solución y la Comunidad va a seguir con las mismas condiciones en su conexión a la capital española hasta 2031.
Para colmo, el conflicto entre los usuarios de Renfe y el ministro Puente se aviva más que nunca debido al cambio en la política de puntualidad de Renfe. Anteriormente, con un retraso de 30 minutos, se devolvía el importe íntegro del billete, pero desde el pasado 1 de julio, para que se reembolse el 100 % del ticket es necesario un retraso de 90 minutos, es decir, el triple de tiempo.