La ministra de Ciencia, Innovación y Universidad, Diana Morant

La ministra de Ciencia, Innovación y Universidad, Diana MorantEuropa Press / Juanma Serrano

Los tres motivos por los que Sánchez precipitaría la vuelta de Morant a la Comunidad en su crisis de gobierno

El cambio en el Consejo de Ministros por el que quien fuera entre 2021 y 2024 jefe de Gabinete del presidente del Gobierno, Óscar López, ha entrado al frente de la rimbombante cartera de Transformación Digital y Función Pública en sustitución de José Luis Escrivá no parece que vaya a ser el único que el jefe del Ejecutivo, Pedro Sánchez, vaya a acometer en el corto plazo. Y es que todo apunta a que entre finales de este mes de septiembre y principios de octubre se producirá una crisis de gobierno. Otra más.

En caso de que se lleve a término, la versión oficial indicaría que sería por el eventual nombramiento de la actual ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, como nueva comisaria europea. Sin embargo, la profundidad que se prevé esconde varios motivos más. Más allá del alcance que pudiera tener la modificación, una de las principales afectadas podría ser Diana Morant, titular de Ciencia, Innovación y Universidades.

A poca gente se le escapa que el líder socialista no da puntada sin hilo. Por ello mismo, según se van produciendo los acontecimientos políticos, sus acciones van tomando sentido. Como viene explicando El Debate en numerosos análisis, el nombramiento de Morant en 2021 resultó más que llamativo dado su inmenso desconocimiento general, incluido entre militantes del PSPV-PSOE, pero las piezas encajaron cuando Ferraz forzó, no de muy buenas maneras, que fuera la secretaria general de la federación en la Comunidad Valenciana.

Batalla a Mazón... y a Compromís

Paradójicamente, ahora ese mismo motivo puede ser el que le haga salir de acudir al Palacio de La Moncloa cada martes a deliberar leyes y decretos. Además de blindarse de puertas hacia dentro, Sánchez ha convocado el Congreso Ordinario de su formación con vistas a que sus barones territoriales sean afines y, en esas labores, Morant es pieza fundamental para los intereses' sanchistas' a nivel autonómico.

En lo referente a la acción del Gobierno y a su proyección mediática, la exalcaldesa de Gandía es baladí, cuando no raquítica, puesto que su popularidad continúa a estas alturas en unos niveles ínfimos para lo que a una ministra veterana como ella se le supone. Por tanto, no sería descartable que en el área de Ciencia Sánchez buscara un revulsivo frente a la ignorancia ciudadana como la que genera Morant.

La ministra de Ciencia, Diana Morant, delante de Pedro Sánchez

La ministra de Ciencia, Innovación y Universidades, Diana Morant, delante de Pedro SánchezJesús Hellín / Europa Press

La segunda, y quizás principal, razón que haría que ésta volviera a la región sería que desde Madrid resulta casi imposible poder hacer cierta oposición a un Consell como el de Mazón. El batacazo que el socialismo valenciano se agendó en las últimas elecciones autonómicas marcó un antes y un después para la federación. Tanto, que supuso la salida forzada de Ximo Puig, la convocatoria de unas primarias, así como la mutilación de éstas para meter con calzador a la ministra. Ferraz es Ferraz.

Mazón sigue con su hoja de ruta

Así, mientras el PSPV-PSOE seguía y sigue a la deriva, el Ejecutivo valenciano continúa con una hoja de ruta que incluye medidas como la supresión de los impuestos de Sucesiones y Donaciones, la eliminación de la tasa turística, la bajada en el Impuesto de la Renta o finiquitar los flirteos de la izquierda con el independentismo catalán en favor de las señas de identidad valencianas. Nada de ello beneficia al plan Morant-Sánchez, que todavía a día de hoy se reduce a tachar a Mazón y sus consejeros de fascistas y retrógrados.

Como consecuencia, si el presidente del Gobierno pretende que el PSOE recupere el Palau de la Generalitat en 2027, sabe que su candidata debe estar en la tierra que aspira a dirigir. No solo ha de hacerlo pensando en el mandatario 'popular' como enemigo a batir (a quien ve como enemigo), sino también para intentar ganarse a unas bases de un partido, el suyo, que aún ni se han repuesto del tropezón en las urnas ni han asimilado quién en su líder.

Por último, a Morant se le podría ver de seguido en la Comunidad porque la ministra también tiene que librar una nada desdeñable batalla ideológica en la izquierda. De este modo, cada día que la supuesta líder de la oposición está en Madrid con su rol institucional, son 24 horas de alegría para Compromís, con quien compite por un importante nicho de votos.

Este aspecto se puede ver en las Cortes Valencianas cada vez que hay Pleno o sesión de control al Consell. En dichas sesiones parlamentarias, el portavoz del PSPV-PSOE, José Muñoz, concluye sus intervenciones sin hacerle daño político alguno a Mazón. Tampoco es que el síndico nacionalista, Joan Baldoví, le consiga encontrar las cosquillas al presidente de la Generalitat. No obstante, el hecho de que el catalanismo de este último venga de cuna y el de Morant y sus súbditos sea importado de urgencia vía Ferraz pone a la aún responsable de Ciencia ante otra gran dificultad.

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