Una fotografía del padre Carlos Ferris

Una fotografía del padre Carlos FerrísFundación Fontilles

Historia valenciana

La gesta del padre Ferrís, el jesuita que levantó en Alicante un pequeño pueblo con leprosos de toda España

El Sanatorio de San Francisco de Borja abrió sus puertas en 1909 en las montañas de la comarca alicantina de la Marina Alta y allí residían en torno a 300 enfermos de manera simultánea, con sus propios servicios de panadería, carpintería, herrería, imprenta, zapatería y peluquería

El padre Ferrís (Albal, 8 de diciembre de 1856–Gandía, 18 de octubre de 1924) impulsó numerosas obras sociales a finales del siglo XIX y principios del XX, lo que le valió la concesión en 1921 de la Gran Cruz de la Orden Civil de Beneficencia, actual Orden Civil de la Solidaridad Social.

Tras ser ordenado sacerdote en el Seminario Diocesano de Valencia, institución en la que también obtuvo un doctorado en Teología, el arzobispado destinó a Carlos Ferrís Vila a la parroquia de San Esteban de Valencia, en la que fundó un círculo católico obrero.

Posteriormente, dirigió la Casa de la Misericordia de la Diputación de Valencia, con alrededor de 700 asilados, impulsó la fundación del primer colegio para personas sordomudas o ciegas de la ciudad y, en 1887, el primer pensionado para estudiantes universitarios procedentes de otras poblaciones.

En 1893 entró como jesuita en el Palacio Ducal de Gandía, sede de la Compañía de Jesús en la localidad y comunidad a la que perteneció hasta su fallecimiento. En esta ciudad, dirigió la Congregación del Sagrado Corazón de Jesús y fue el responsable de la creación los primeros círculos católicos de la comarca de la Safor, que promovieron numerosas obras benéficas, además de la fundación de un ropero en 1898 y de una caja de ahorros en 1900, con el objetivo de satisfacer las necesidades de la población empobrecida y de proteger a los agricultores de préstamos abusivos.

Pero la gran obra del padre Ferrís fue la creación de Fontilles en 1902, junto con el abogado Joaquín Ballester, para materializar la construcción de un sanatorio que brindara residencia y atención sanitaria a las personas enfermas de lepra, frente a los lazaretos imperantes en la época, que simplemente recluían a los pacientes.

Tras siete años de esfuerzos, el Sanatorio de San Francisco de Borja abrió sus puertas en 1909 en las montañas de la comarca alicantina de la Marina Alta, en un terreno ubicado en los términos municipales de Orba y la Vall de Laguar, para acoger personas enfermas de lepra procedentes de toda España.

Vista del sanatorio de Fontilles en sus años iniciales

Vista del sanatorio de Fontilles en sus años inicialesSegaria vía Wikipedia

Con el tiempo, el sanatorio llegó a convertirse en un pequeño pueblo en el que residían en torno a 300 enfermos de manera simultánea, con sus propios servicios de panadería, carpintería, herrería, imprenta, zapatería y peluquería. Durante su historia, el centro ha acogido a más de 3.000 pacientes de lepra.

La Fundación Fontilles, entidad valenciana que trabaja por la salud y el bienestar de colectivos vulnerables desde su creación en 1902, homenajea esta semana a su fundador con motivo del centenario del fallecimiento del sacerdote jesuita.

Acto por el centenario de su muerte

El acto central tendrá lugar a las 19:30 de este jueves 17 de octubre en el Centro Arrupe de Valencia, y contará con la participación del arzobispo de Valencia, Enrique Benavent, el director del Centro Arrupe, Abel Toraño, la vicepresidenta de la Fundación Fontilles, Alicia Puchalt –descendiente de una hermana del padre Ferrís–, y el historiador Vicente Comes.

Estatua del padre Carlos Ferrís en Fontilles

Estatua del padre Carlos Ferrís en FontillesSegaria vía Wikipedia

Los actos de homenaje seguirán a las 19:00 del viernes 18 de octubre con la celebración de la Eucaristía en la parroquia de Nuestra Señora de los Ángeles de Albal, pueblo natal del padre Ferrís, en el que también se visitará su casa natalicia, en proceso de conversión en museo.

El programa concluirá el sábado 19 en el sanatorio, en cuya iglesia está enterrado el sacerdote desde 1930, con un encuentro al que asistirán residentes, peñas, personas voluntarias, miembros del patronato de la fundación, religiosos jesuitas y religiosas franciscanas.

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